En el último año, el Perú se vio sumergido en una crisis política sin precedentes, la cual se dificultó con la llegada de la crisis sanitaria y económica producto de la pandemia del COVID-19. En noviembre del año 2020, en el instante en que Manuel Merino asumió a la Presidencia, evento que desató la indignación de miles de peruanos, se empezó a dialogar respecto a la necesidad de convocar una Asamblea Constituyente. Pero, ¿hasta qué punto sería esto posible?
Sobre el tema, el Centro Wiñaq realizó recientemente una conferencia virtual para comprender mejor la situación. Según Ipsos, en noviembre de 2020, un 60 % de peruanos encuestados apoyaba una nueva Constitución, cifra mucho mayor al 2011, cuando dicha opinión era compartida solo por un 26 %.
Las características de la nueva Constitución
En diciembre del 2020, el IEP realizó una encuesta para saber qué temas deberían incluirse en una nueva Constitución. Entre las respuestas más populares, se exigían:
- Penas mayores para los delincuentes y corruptos (60 %)
- Mayor intervención del estado en la economía (36 %)
- Fortalecimiento de valores familiares y tradición católica (25 %)
El resultado apuntaría a una Constitución más punitiva, estatista y conservadora en cuanto a lo social.
No obstante, a pesar que todas las señales parecen abrazar la idea del nacimiento de una nueva Carta Magna, cuando Ipsos preguntó a un grupo de peruanos qué partido debería redactar la nueva Constitución un 67 % respondió que no confiaba en ninguno.
¿Factible o no factible?
Para profundizar en el tema, conversamos con el politólogo José Alejandro Godoy, quien fue ponente en el conversatorio de Centro Wiñaq «Cambio Constitucional: ¿Hasta qué punto?«. Él nos brindó sus impresiones sobre el tema.
En principio, frente a la duda sobre qué camino podría tomarse -entre un cambio parcial o total de la Constitución- aseguró que «tenemos todavía esa discusión abierta».
«No hay una cuestión en la cual haya algo que te diga si vamos a ir por un lado o si vamos a ir por el otro. Lo que queda claro es que por ahora son una mayoría quienes quieren cambios parciales o totales, y es minoría quienes quieren mantener la Constitución tal cual está», declaró Godoy.
Del mismo modo, explicó que no es posible definir cómo será el cambio constitucional porque es algo que todavía está en «disputa».
«Como aparece en los cuadros que presentó Centro Wiñaq en la exposición, las más claras [variaciones a la Constitución] van por cuestiones mucho más punitivas y cuestiones mucho más conservadoras. A diferencia de lo que proponen varios de los grupos que están a favor del cambio de Constitución, que van por otro tipo de demandas», agregó.
Bajo esa premisa, también se mencionó la importancia de la composición del futuro parlamento al momento de discutir alguna reforma constitucional.
«Ni siquiera sabemos si va a haber algún tipo de reforma. Toda reforma constitucional, completa o parcial, requiere la mayoría total del número de votos en el Congreso más referéndum o de 87 votos. (…) Lo más probable es que tengamos un Congreso igual de fragmentado que el que tenemos hoy y con distinto tipo de intereses y van a votar a favor o en contra defendiendo ese interés particular», expresó el politólogo.
Sin embargo, a pesar de que el panorama de división en el Congreso parece ser un punto de inquietud, José Alejandro Godoy recalcó la importancia de que se llegue a un consenso.
«No estamos hablando de algo que tiene que beneficiar a uno ni a otro, o que hay una única manera de hacer las cosas. Sí es importante que manteniendo, obviamente, ciertos criterios de estabilidad macroeconómica podamos tener una discusión en serio sobre puntos básicos de la economía, puntos flacos de la institucionalidad y puntos flacos de la relación público-privada que han salido a la luz en los últimos años», aclaró durante la entrevista.
Por último, Godoy expresó que no debemos tenerle miedo a este debate, ya que es importante que se contrasten estas visiones de contrapeso para poder llegar a un mutuo acuerdo.