Voluntad Popular es el partido político venezolano más asediado por la Dictadura desde su fundación como movimiento y posterior a su aprobación como organización política.
Antes de su fundación y aprobación como partido político, el fallecido dictador Hugo Chávez ya había ordenado la inhabilitación política de su fundador, Leopoldo López (2008), quién fue Alcalde del Municipio Chacao (2000-2008) y aspirante a la Alcaldía Metropolitana de Caracas, siendo este un posible ganador, así como posteriormente candidato a la Presidencia de la República en 2012, a lo cual tuvo que dimitir por la inhabilitación política que recaía en él.
Desde siempre, Leopoldo López; y desde el 2009, Voluntad Popular, han sido una pesadilla constante para la dictadura venezolana.
Por lo mencionado, se han suscitado diversos intentos del Régimen para desestabilizar y acabar con la agrupación política; sin embargo, se han encontrado con un partido con bases leales a su líder, a su proyecto de nación («La Mejor Venezuela») y a su país.
La última acción por parte de la narco-dictadura, hoy día encabezada por Nicolás Maduro, se ha ejecutado el pasado 25 de mayo, a través del Ministerio Público usurpado por Tarek William Saab. Él mismo llevó un recurso de interpretación de la «Ley contra la delincuencia organizada y terrorismo» para poder determinar que Voluntad Popular es una organización terrorista y que esta es susceptible a sanciones ante la sala Constitucional de un Tribunal Supremo, el cual también ha sido usurpado por funcionarios de la Dictadura.
Esto corresponde a una muestra de cinismo por parte de aquellos que están acusados internacionalmente de violación de los derechos humanos, terrorismo y narcotráfico, y quienes además están solicitados para ser procesados por dichos actos. Esto, sin contar que son socios, financitas y protectores de organizaciones como las FARC, ELN, ETA, HAMAS, ISIS, HEZBOLLAH.
A pesar de los intentos del régimen dictatorial de Maduro de desaparecer Voluntad Popular, el grupo político continuará en vigencia dentro sus activistas, dirigentes y en millones de los venezolanos, así como seguirá siendo el mayor temor de los usurpadores del poder.