En menos de 50 días, las peruanas y los peruanos tendremos la enorme responsabilidad de elegir al próximo presidente/a, a los representantes del Parlamento Andino y a 130 nuevos congresistas de la República. Esta debe ser una de las elecciones más complicadas de los últimos tiempos, porque nos encontramos en medio de una crisis económica y sanitaria ocasionada por un virus que aún seguimos combatiendo. Además, porque una mayoría política también nos trajo crisis producto del golpismo, la falta de ética y la mentira.
Luego de esto, es entendible que todos nos sintamos absolutamente indiferentes ante el escenario electoral porque esa mayoría política, traicionó la confianza de la población. Pero hoy, más que nunca, es fundamental informarnos e involucrarnos. De llegar al Congreso, me comprometo a reformarlo y devolverlo a la ciudadanía: es posible. A continuación, te presento mis propuestas para lograrlo.
Primero, necesitamos demostrarles a las personas que el «otorongo no come otorongo» no debe ser una regla de juego. Para ello, es necesario reformular la composición de la Comisión de Ética. ¿De qué forma? Haciendo que esta comisión sea externa, así evitamos blindajes y venganzas.
Segundo, tenemos que colocar un filtro para evitar que se sigan creando leyes inconstitucionales. Un estudio de Reflexión Democrática reveló que 9 de cada 10 leyes tienen un análisis costo-beneficio deficiente; además, nosotros mismos hemos sido testigos de cómo se promueven proyectos que no hacen más que generar falsas expectativas en la población, pues luego de aprobados terminan siendo declarados inconstitucionales. ¿Cómo combatiremos esta problemática? Creando una oficina de estudios económicos en el Congreso, compuesta por funcionarios capacitados que puedan realizar informes previos y obligatorios a la discusión de los proyectos en el Pleno del Congreso.
Por último, pero no menos importante: debemos eliminar los beneficios absurdos de los congresistas. Adiós bono de instalación para congresistas de Lima y Callao, adiós bono de representación para todo el Parlamento, adiós respaldo policial. ¿Cómo cumpliremos esta meta? Modificando el Reglamento del Congreso de la República. Ahorramos dinero y ganamos confianza.
Si el Congreso del Bicentenario puede impulsar estas reformas y hacerlas realidad, habremos dado un paso importante hacia la recuperación de la confianza ciudadana. Parecen fáciles y lo son, pero requieren de mucha voluntad política. Luego de leer esta columna, te propongo que, antes de decidir tu voto, revises si tu candidato y su partido están dispuestos a eliminar todas estas gollerías y apoyar la reforma del Congreso.
Si te decides por la 9 del Partido Morado, prometo no defraudarte. La política nos ha decepcionado, que eso nos movilice a involucrarnos. Hay esperanza.