Durante las últimas semanas hemos sido testigos de una realidad sin precedentes. Situaciones de esta envergadura evidencian las deficiencias del sistema.
Es así que la respuesta del Perú ante la pandemia es digna de ser resaltada entre las mejores a nivel internacional, según medios internacionales como la BBC, y que, a pesar de las dificultades propias de una economía emergente, podemos afrontar.
En gran parte es gracias a la gestión del Banco Central de Reserva del Perú durante las últimas décadas que hemos podido alcanzar un nivel de ahorro público respecto a nuestro PBI cercano al 30%, cifra que responde al sólido manejo de las variables macroeconómicas que nos brindan la liquidez y solvencia económica suficiente para ser capaces de recurrir al dinero ahorrado. El mismo que, dirigido a través de los canales indicados por el Gobierno, busca evitar la ruptura de las cadenas de pago, como bien ha explicado la actual ministra de economía, María Antonieta Alva.
Sin embargo, la última medida votada por el legislativo que, autoriza el retiro de un 25% de los fondos de AFP hasta una cantidad máxima de 12,900 soles, no es una medida sensata en tiempos de incertidumbre.
Existe un grupo importante de la población peruana la creencia de la existencia de algún tipo de bóveda en donde las AFP mantienen guardado todo su dinero. Nada más lejano de la realidad, las AFP mantienen más de la mitad de sus activos invertidos en instrumentos financieros ubicados en el exterior. Éstos tienen un precio establecido por el mercado y al haberse frenado la economía a nivel internacional el precio de todos ellos ha bajado también. Ello no significa que las AFP estén obligadas a venderlos, pero ante una liberación masiva sí que se verán forzadas a rematarlos, en la necesidad de recibir dinero inmediato para su repartición.
¿Cómo afecta esto a la ciudadanía?
Esta medida no ayuda a las personas que forman parte del sector informal, el cual constituye el 70% de la población económicamente activa. Para ello, el Gobierno tiene diseñado otros planes como los bonos de S/720.00 para las cuatro semanas que se ha extendido la cuarentena.
En cuanto a los aportantes, si la medida es promulgada, no podrán recuperar el dinero perdido durante este periodo coyuntural, debido a que habrá menos valor sobre el cual generar rendimientos cuando el mercado se recupere. Para el grupo que no retire, podrá recuperar su dinero en el futuro, pero de manera más lenta, ya que las AFP demorarán en volver a comprar activos financieros. Esto podría tener graves consecuencias en el largo plazo, porque habrá gente que tendrá que esperar su retiro para poder recuperar el dinero perdido.
Ante todo, debe mantenerse la tranquilidad. Las AFP han tenido en promedio un rendimiento anual de 10% durante los últimos 27 años, rendimientos muy superiores a los depósitos a plazo fijo de los bancos en el intervalo de tiempo comparado, han sobrevivido a la crisis financiera del 2007-2008 y han sabido sobreponerse a las coyunturas políticas de los últimos años. Debemos mantener la calma y tener una actitud sensata al respecto. De esta manera podremos fortalecernos cuando esta situación culmine.