Pedro Castillo, candidato a la Presidencia por Perú Libre, ha incrementado su intención de voto como la espuma —o al menos eso indican las encuestadoras—. Al margen de quién es este radical candidato, cabe conocer qué propone.
Pese a que la solución no pasa por ahí, el candidato busca otorgar a los gobiernos subnacionales la facultad de gravar y recaudar tributos. Del íntegro de lo recaudado, estos niveles de gobierno tendrán la opción de administrar hasta el 70 % de esto, mientras el Gobierno Nacional, un 30 %. Frente a ello, es razonable cuestionar en qué ayuda aumentar los recursos si la administración sigue siendo paupérrima.
Por otro lado, quiere aumentar el porcentaje de tributos que pagan las empresas transnacionales de minería, hidrocarburos, energía y comunicaciones al 80 %. Sin dudas, esta es útil si buscas deshacerte de esos cuatro sectores, disparar el desempleo e incrementar los índices de pobreza. Si no hay inversión, no hay tributación. Además, no hemos de olvidar que actualmente las mineras ya pagan 47 % de sus utilidades en impuestos, habiendo desembolsado US$ 85 mil millones en los últimos 10 años. Con esto, adiós mineras y, por tanto, adiós impuestos.
Pero eso no es todo. Castillo también pretende que las cajas regionales puedan otorgar préstamos a los sectores más vulnerables con facilidades crediticias y bajas tasas de interés. Pese a que no especifica de dónde saldrá el financiamiento, de ser público, se generaría un incentivo perverso al disminuir las mencionadas tasas. Reducirlas pasa por facilitar el ingreso al mercado, generar competencia y bancarizar a la población. Propuestas como esta no ayudan y causan un efecto contrario al estimado.
Además de atacar a la educación privada, el polémico y radical candidato no tiene atisbos de responsabilidad fiscal, y pretende crear una “contraloría especial” para las empresas privadas, cuya utilidad es clara como el petróleo: revisar contratos ley y nacionalizar —léase estatizar—, a los sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, de comunicaciones, entre otros.
Por todo lo expuesto y muchas otras razones, el adalid de la izquierda peruana, Pedro Castillo, como dice su partido, nos llevará a un Perú libre: libre de inversión privada, riqueza, empresas, crecimiento económico y desarrollo.