El pasado 26 de abril, el presidente Martín Vizcarra anunciaba la aplicación de un “impuesto solidario”. Así lo describió el líder del Ejecutivo: “un impuesto referido a los que ganan una cantidad elevada mensualmente a la riqueza que algunos grupos empresariales han tenido a lo largo de su desempeño económico”.
Una vez más, el Estado quería meter su mano en el bolsillo del trabajador y el empresario, esto, para promover la solidaridad del rico hacia quien más lo necesita. Una modalidad de solidaridad no conocida, con carácter de obligatoriedad y que se maneja en solo 6 de los 35 países de la OCDE y en 4 de América Latina y el Caribe.
Este impuesto se conoce o en países con un PBI per cápita mucho más elevado que el nuestro o en aquellos que viven al borde de la quiebra. En Europa, en países como Suiza, Noruega y Luxemburgo, que tienen US$82,796.55, US$81,687.25 y US$116,638.89, respectivamente en cuanto a su PBI per cápita; mientras que, en países con economías deficientes como Argentina y España también se vive el mismo tipo de solidaridad obligatoria.
Esto no es lo único que calificaría de curioso respecto al monólogo de ‘Aló presidente’. Martín Vizcarra también aseguró que el Estado peruano es solidario. “El concepto es que tenemos que ser solidarios. Es un requisito necesario para salvar esta difícil situación. Aquí es solidario el Estado peruano con todos sus ahorros: más de 5 mil millones de soles para 6 millones 800 mil familias en estado de vulnerabilidad”, apuntó.
Extraigo dos afirmaciones de lo indicado por el jefe de Gobierno:
- “Tenemos que ser solidarios”. Para el presidente ya no es más una opción la solidaridad, se ha vuelto una tenencia, un ejercicio obligatorio del que genera riqueza, dar parte de su riqueza, porque el Estado paternalista te lo dice. Se rompió el concepto de solidaridad.
- “Aquí es solidario el Estado peruano”. Perdón, presidente; pero el Estado no es solidario, en todo caso es solidario el contribuyente al que el Estado le arrebata un porcentaje de lo que genera a través de su trabajo. No existe solidaridad estatal por el simple hecho de que el Estado no genera riqueza.
Ahora, la medida tiene como objetivo reunir S/300 millones, según precisó Zeballos. “La perspectiva direcciona a una recaudación de alrededor de 300 millones de soles mensuales y va a tener un carácter temporal”.
Entonces, la medida busca dotar de liquidez al Estado. No hay nada de malo, vivimos tiempos de crisis y hay gastos que cubrir; sin embargo, ¿es la opción más acertada? El economista Carlos Parodi dice que hay tres opciones para financiar el exceso de gasto, “ahorros previos, nuevos impuestos y deuda”.
Parodi señala que la primera ya se descartó. Quedan dos: impuestos o deuda. Sobre el tema, asegura que impuestos en recesión es como un remedio peor que la enfermedad. Considera que es una visión al corto plazo. Concluye con la opción más barata es endeudarnos.
Es verdad, en vista de la fortaleza y estabilidad macroeconómica del país, endeudarnos en el largo plazo a una tasa baja se traducirá en poder afrontar y tomar medidas en el futuro, estas, cuando la economía mundial se haya normalizado y no en plena recesión.
Esta propuesta del Ejecutivo podría tener más de una causal: a) populismo: quitarle al rico y darle al que necesita siempre ha sido aplaudido, b) improvisación: muchas de las medidas del Gobierno se han gestado en plena conferencia, sin realmente ser meditadas y, c) ignorancia: quizás, realmente no sepan cómo afrontar esta situación.