La muerte de la reina Isabel II de Inglaterra ha acaparado todos los titulares y portadas de todos los medios de comunicación a nivel mundial. Isabel Alexandra Mary Windsor sirvió a la corona británica desde los 25 años, luego de la repentina muerte de su padre Jorge VI en 1952. Ha ocupado el trono de Inglaterra por 70 años y ha dejado asegurada la línea de sucesión entre su hijo Carlos, su nieto Guillermo y su bisnieto Jorge.
Tras el anuncio de su muerte, se activó de forma automática la famosa operación “London Bridge”, que contiene una serie de protocolos aprobados por la misma Isabel, que conforman una serie actos fúnebres, homenajes y reconocimientos que tendrán una duración de diez días en todo el Reino Unido y el resto de países que conforman la Commonwealth o Mancomunidad de Naciones, donde la reina británica es también la jefa de Estado.
El mundo recordará a Isabel II por haber tenido un gobierno de 15 primeros ministros desde Winston Churchill hasta la recientemente elegida Liz Truss, a quien recibió tres días antes de su muerte en el castillo de Balmoral, Escocia. La reina más longeva de la historia de Inglaterra será recordada por haber vivido la Segunda Guerra Mundial, donde fue mecánica y enfermera asistencial, haber recibido a catorce presidentes de Estados Unidos, conocido a cuatro pontífices de la Iglesia Católica, y sobrevivido a tres pandemias mundiales como la COVID-19. Sin embargo, será su extraordinario sentido del deber por el cargo que ostentaba y la sobriedad que la caracterizaba lo que más recuerden los británicos de ella.
A pesar de que en los tiempos actuales la concepción de la monarquía se entienda como un sistema de gobierno tradicional y del pasado, en Inglaterra, la figura emblemática es la reina Isabel II, un símbolo de unidad. En ella encarna la constitución y la institucionalidad de su país. En consecuencia, es compresible que su deceso cause conmoción en casi todo el Reino Unido de Gran Bretaña, donde varias generaciones han nacido y vivido durante su reinado y no han tenido otro monarca más que ella.
La era de Isabel II ha culminado y empieza el reinado de su hijo Carlos III, quien a los 76 años se convierte en el rey de mayor edad en asumir un trono europeo, y que a pesar de no tener la misma popularidad que la de su madre y la de su heredero Guillermo, está decidido a seguir el mismo cumplimiento del deber que tuvo su madre y por el que estuvo esperando tantos años. El tiempo dirá si el reinado de Carlos habrá servido para fortalecer más la monarquía y fomentar la estabilidad del Reino Unido.