La semana pasada se reveló un supuesto financiamiento por parte del Ministerio de Cultura para la promoción de la película dirigida por Malena Martínez: « Hugo Blanco, Rio Profundo » . Este documental, que busca presentar la figura de Hugo Blanco como un héroe nacional e impulsador de reformas, fue arduamente criticado durante estos días y con justo motivo. ¿Quién es Hugo Blanco? Para los más jóvenes podrá ser desconocida la figura de este personaje y, precisamente ese puede ser el gran peligro de difundir un documental como este entre los adolescentes, sobre todo cuando se pretende tergiversar la historia.
Podríamos mencionar una innumerable lista de hechos desagradables causados por este señor. Sin embargo, solo mencionaremos algunos datos para desarrollar su perfil. Hugo Blanco, cusqueño, fue un líder campesino simpatizante de la ideología trotskista, sí, una variante del pensamiento marxista que, en sus diversas aplicaciones han hecho harto mal a nuestra sociedad. Incluyendo al Perú, que en los años 90 se vio duramente afectado por los ataques terroristas, inspirados por doctrinas semejantes. Este personaje, ex guerrillero y marxista confeso, fue condenado 25 años a prisión por el asesinato de un miembro de la Policía Nacional.
En 1962, en medio de un levantamiento campesino, Hugo Blanco disparó a muerte a Hernán Briceño Minauro. Hazaña de la cual no se le percibe para nada arrepentido, por el contrario, se le observa en algunos videos contando este suceso con una sonrisa en el rostro. Este líder político, de la izquierda peruana, fue responsable del asesinato y tortura de miembros de la Policía Nacional y de muchos campesinos. Atentó contra nuestro país, se sublevó contra el Estado de Derecho, intentó imponer su pensamiento derramando sangre y muerte. Violó los derechos fundamentales de muchos compatriotas. Se rebeló contra el Perú. En breve, aunque a muchos les dé temor afirmarlo: era un terrorista.
No mencionaremos su paso por la política peruana y mucho menos, el boicot organizado contra la visita del vicepresidente de EEUU Richard Nixon, protagonizado por él y otros jóvenes de izquierda. Ya suficiente tenemos con lo antes expuesto. Pues bien, este personaje ha sido ensalzado en el documental « Hugo Blanco, Rio Profundo » como un héroe de la patria. No solo eso, este film ha sido promovido por nuestro flamante Ministerio de Cultura, con S/ 119,322 nuevos soles para su propagación y transmisión en teatros municipales, universitarios, colegios, centros culturales, entre otros. Ante las innumerables críticas, el Ministerio de Cultura emitió un comunicado verdaderamente vergonzoso, por medio del cual busca justificar lo que es, a la vista de todos, una apología al terrorismo. Expresa que el mencionado documental « ganó el Concurso Nacional de Proyectos de Distribución de Largometraje 2019, convocado por el Ministerio de Cultura, mediante Resolución Directoral Nº D000217-2019-DGIA/MC » y, por dicho motivo, obtuvo el incentivo económico, que se pagó con dinero extranjero.
El gobierno no puede promover, con dinero propio o ajeno, manifestaciones que presentan como venerables a personajes que han hecho tanto daño al país, social, cultural y económicamente. Tampoco puede apoyar o alinearse con ideologías que mellan contra la soberanía de nuestra patria. Por otra parte, el ministerio afirma que la subvención era extranjera. Pero ese este monto ingresó al Ministerio de Cultura. Desde que ese dinero ingresa a un órgano del Estado pertenece a todos los peruanos. Es nuestro dinero, el cual, fue donado al Perú para que promueva la cultura. No para que auspicie y promueva el comunismo. Sin duda alguna, el arte es un camino para expresar ideales y pensamientos. Nadie se opone a ello. Que la izquierda peruana quiera usar el cine, el teatro o la música para hacer defensa de su doctrina y obtener adeptos es tarea de ellos.
Pero el Estado no puede prestarse para promover una cultura de muerte, mucho menos, cuando esta cultura atenta contra la armonía nacional. Ese documental es un insulto para todos los peruanos. Para los mayores, que han sufrido el terror de verse acorralados por guerrilleros alzados en armas propagando el miedo y la desesperación. Para los jóvenes, que buscan construir una sociedad pacífica y mantener el Estado de Derecho. Para los Policías y Guardias que vieron sangrar injustamente su digna institución. Para los campesinos, que día a día intentan superar los daños ocasionados por el terror infundido en el pasado. Y, finalmente, para todo peruano necesitado de paz y de alimento, que observa cómo el gobierno usa recursos para enmendar el error de algunos y no para alimentar y dar salud al necesitado.
Defendamos nuestro Estado Constitucional. No rindamos homenajes absurdos a quienes bajo el lema de libertad y progreso, han dañado hondamente nuestra patria. No permitamos que el gobierno se vuelva un instrumento servil de estos ideales. Creo que, si a alguno le quedaba la duda de que este gobierno es de izquierda, con esto, ha quedado claramente demostrado.