La columna de la semana pasada resaltaba la importancia de abordarse los problemas, retos y desafíos complejos con una mirada más profunda para entender las necesidades, preocupaciones y aspiraciones de los involucrados. Afirmamos que no pueden resolverse únicamente con un enfoque legal, solo el dialogo y la interacción abierta y franca puede resolver diferencias y conflictos sobre asunto complejos.
El Decreto Supremo N° 080-2020-PCM, aprueba la reanudación de actividades económicas en forma gradual y progresiva dentro del marco de la declaratoria de Emergencia Sanitaria Nacional por las graves circunstancias que afectan la vida de la nación a consecuencia del COVID-19. Dentro de las actividades económica aprobadas para la reanudación de actividades se encuentra la Minería e industria, esto incluye la explotación, beneficio, almacenamiento, transporte y cierre de minas del estrato de la gran minería y, proyectos en construcción de interés nacional e hidrocarburos. Algunos están preocupados de que esta reacivación económica genere mayores preocupaciones, temores y tensiones entre empresas mineras y comunidades de su entorno. Si bien es cierto las empresas mineras deben presentar Protocolos Sanitarios observando los “Lineamientos para la vigilancia de la Salud de los trabajadores con riesgo de exposición a COVID-19”, aprobados por Resolución Ministerial Nº 239-2020-MINSA (y sus posteriores adecuaciones), elaborar planes para la vigilancia, prevención y control de COVID-19 en el trabajo. Ello, no significa que podamos tener pobladores en comunidades con preocupaciones o temor frente al contexto de la pandemia. Afortunadamente, el sector Energía y Minas, mediante Resolución Ministerial N° 129-2020-minem/dm que aprueba los criterios de focalización territorial a ser aplicados en la reanudación de actividades mineras, ha resuelto incluir en los criterios de focalización territorio el criterio especifico de la responsabilidad social que prescribe que las empresas socializarán y/o difundirán, a los actores sociales que se encuentran en el área de influencia de sus actividades, las medidas de prevención que deben observarse para el manejo del COVID-19.
Hoy, ante la inexistencia actual de una vacuna contra el Covid-19, el distanciamiento social es la mejor protección que tenemos contra la pandemia, pero que estemos distanciados no significa que estemos desconectados. Esta pandemia nos ha demostrado que todos somos vulnerables, todos somos humanos y todos somos iguales ante esta enfermedad. A todos nos interesa tener buena salud y cuidar la vida, la propia y la de nuestras familias. Los que estudiamos y practicamos negociaciones, diálogos y gestión de conflictos sabemos la importancia de construir relaciones positivas. Tener buenas relaciones facilita que logremos buenos acuerdos (inteligentes y sostenibles), acuerdos que se basan en el diálogo transparente para satisfacer los intereses de las múltiples partes involucradas. Si bien es cierto las personas podemos tener diversos intereses, también es cierto que existen intereses diferentes, contrapuestos e intereses comunes. La salud y la vida son parte un interés común entre las partes, y nos motiva a querer estar protegidos contra la enfermedad.
La confianza y las buenas relaciones se sostienen en la creencia de que el otro no se va aprovechar de mis intereses y que no va a atentar contra mis intereses, sino al contrario va a cuidar y tratar de satisfacer mis intereses. En este contexto, las empresas mineras que reanudan sus actividades y las comunidades aledañas a sus proyectos tienen la oportunidad de comunicarse, la oportunidad de reconstruir relaciones y trabajar juntos para prevenir los contagios y tratar con cuidado cuando este ocurra.
El aislamiento y el distanciamiento social no implica necesariamente estar desconectados. Las relaciones humanas se basan en la conexión humana y la comunicación. La comunicación sincera permite que conozcamos cuales son los intereses del otro cuando interactuamos. Hoy, la tecnología permite que tengamos conexión humana y comunicación a pesar del distanciamiento. Es posible facilitar reuniones virtuales entre empresa y comunidad. Esto, nos da la oportunidad de conocer y abordar los intereses, necesidades, preocupación, temores y aspiraciones de las partes.
Las empresas mineras tienen la oportunidad de conectarse con las comunidades vecinas y explorar juntos la posibilidad de apoyarse para prevenir los contagios y la expansión del Covid-19. Las mineras tienen la oportunidad de actuar proactivamente y evidenciar que les interesa la salud de las personas que viven en sus comunidades vecinas. Las empresas pueden trabajar junto a sus comunidad para elaborar protocolos para la emergencia sanitaria por coronavirus para las comunidades campesinas y nativas. Pueden definir medidas de acción y monitoreo para mantener a sus comunidades saludables. Las empresas podrían realizar educación sanitaria y apoyar a que las comunidades puedan estar más protegidas. Asimismo, aprovechar de la institucionalidad o el fortalecimiento de la organización e institucionalidad comunal para tener comités de vigilancia comunitaria frente al Covid-19. También es posible que las empresas vean la oportunidad de apoyar la conformación de empresas comunales para que realicen tareas que puedan prevenir el escalamiento de preocupaciones y al mismo tiempo generen valor para la comunidad. La empresa y la comunidad trabajando en conjunto pueden reactivar la vida productiva del país como lo afirma el presidente de Colombia en lugar de enmarcar el mensaje como “reactivación económica” que algunos podrían decir que descuida el lado humano de la salud y la vida.
Tenemos la oportunidad de reactivar juntos, empresa y comunidad, la vida productiva del país, pero es clave hacer, hablar y actuar evidenciado que las empresas mineras les interesa cuidar los intereses de salud y vida de la población de las comunidades cercanas a sus proyectos. Tenemos la oportunidad de demostrar que nos interesa y que realmente nos importa el otro. Debemos darnos cuenta que el contexto nos pone el escenario preciso para mostrar que esta no es una cuestión de la comunidad contra la empresa o la empresa contra la comunidad, sino que es una cuestión que se debe abordar conjuntamente comunidad y empresa contra la pandemia. Solo debemos darnos cuenta y tomar la decisión de que podemos ser aliados estratégicos.