En una conversación reveladora, el destacado experto en relaciones internacionales y seguridad internacional, Sebastien Adins, ofrece un análisis detallado sobre la guerra en Ucrania y su impacto global. Desde el trasfondo histórico hasta las complejidades de las alianzas internacionales, la entrevista proporciona una visión profunda de los eventos que han sacudido al mundo. No pierdas la oportunidad de comprender más a fondo uno de los conflictos más significativos de nuestra época.
MC: ¿Se puede aludir a la expansión de la OTAN a Ucrania y el derrocamiento de Yanukovych en 2014 como las principales causas del conflicto?
SA: Desde el 2013-2014, comenzando con el Euromaidán y seguido por la anexión de la península de Crimea, ha marcado el inicio de este conflicto, ahora catalogado como guerra. Sin embargo, algo que no se menciona con frecuencia son las divisiones internas, tanto en identidad nacional como en debates sobre política exterior, que se remontan a los primeros días de la independencia de Ucrania en 1991. La proclamación de independencia no fue un proceso fácil; aunque significó un hito en las relaciones con EEUU, la realidad sobre el terreno demostró la complejidad de la situación.
Ucrania, siendo el segundo país más extenso de Europa, alberga una diversidad de opiniones que no siempre coinciden con las de Kiev, su capital, o con las del oeste del país. La primera elección presidencial tras la independencia reveló una nación profundamente dividida. Mientras que el oeste votaba mayoritariamente por candidatos pro-occidentales que abogaban por la integración con la Unión Europea y, en ciertos casos, la OTAN, las regiones rusófonas del este y sur, incluyendo Crimea y la región del Donbass, preferían una relación más cercana con Rusia.
Es esencial reconocer los lazos históricos entre Rusia y Ucrania, así como la presencia significativa de ucranianos en Rusia, que datan de la era soviética. Este contexto ayuda a comprender la postura de Putin y las complejidades del conflicto. Si bien no justifica las acciones rusas comparar a Putin con Hitler es simplista y no contribuye a la comprensión del conflicto.
Durante las últimas dos décadas, distintos gobiernos ucranianos consideraron la posibilidad de unirse a la OTAN, motivados por el temor a una resurgencia del poderío ruso. Sin embargo, la realidad geopolítica, marcada por las ambiciones de las grandes potencias y la importancia estratégica de Ucrania para Rusia, ha complicado esta aspiración. La posibilidad de que una base naval tan emblemática para Rusia como Sebastopol cayera bajo el control de la OTAN fue un punto de conflicto crucial. Tanto Putin como las élites y una buena parte de la población rusa no podían aceptar esta perspectiva, lo que agregó una capa adicional de tensión a la situación.
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MC: Transcurridos dos años desde la declaración de la ‘operación militar especial’: ¿Por qué en 2022 y no antes, o después?
SA: Algunos argumentan que en 2022, el canciller alemán, Olaf Scholz, líder más influyente en la UE, y también crucial para Rusia por razones económicas, apenas llevaba unos meses en el cargo. Es decir, según esta interpretación, con Merkel, quien había estado en el poder durante dieciséis largos años, la situación podría haber sido más difícil para Rusia. Desde Moscú, se veía a Scholz como alguien que estaba aprendiendo sobre la marcha, y quizás no se esperaba una respuesta tan fuerte o concreta como la que hubiera dado Merkel.
Luego está el factor EEUU. No estoy afirmando que sea cierto, pero esa era la impresión en el entorno de Putin. Se creía que, con un EEUU más polarizado que nunca, Biden, aunque hubiera ganado las elecciones, no tendría ni la fuerza ni la autoridad para detener eficazmente a las tropas rusas.
Ahora bien, hasta la fecha, en Rusia no se reconoce una guerra. Todavía se refieren a ella como una ‘operación militar especial’, pero pocos conocen el origen de ese término. Resulta que cuando, hace dos años, en febrero de 2022, Rusia comenzó a enviar tropas, la mayoría de estas no estaban bajo el mando de las Fuerzas Armadas, sino de los servicios de inteligencia. ¿Cómo se explica eso? ¿Cómo es posible que una invasión no fuera coordinada por las Fuerzas Armadas? Aquí es donde debemos comprender la percepción que tenía Putin en Moscú.
Volodymyr Zelensky, a principios de 2022, era un presidente con una baja tasa de aprobación en Ucrania, por diversas razones como la crisis económica y el manejo deficiente de la pandemia. Pero también se pensaba, en Rusia, que los ucranianos, o al menos una buena parte de ellos, hartos de la corrupción gubernamental, podrían incluso dar la bienvenida a las tropas rusas. Se esperaba que, en cuestión de 3 a 5 días, se instaurara un nuevo gobierno títere pro-Rusia en Kiev, y luego los servicios de inteligencia, con un papel secundario respecto a las Fuerzas Armadas, se encargarían de controlar a la población. Se asumía que la población ucraniana sería pasiva, además, no se tuvo en cuenta que desde 2014 hasta 2022, el estado ucraniano había adquirido no solo una gran cantidad de armamento, sino también entrenamiento y capacitación del personal por parte de la OTAN.
Los ucranianos se habían vuelto mucho más nacionalistas y patriotas debido a la toma de Crimea y la guerra en el Donbass, y contaban con unas Fuerzas Armadas reforzadas. En términos de artillería, Ucrania ocupaba el segundo lugar en Europa después de Rusia, superando a Alemania y Francia. Esto, sin duda, explica por qué Rusia finalmente no logró su objetivo y Zelensky incluso permaneció en Kiev, una humillación para Putin, y las tropas rusas tuvieron que retirarse de la región de la capital semanas después.
En cuanto a las consecuencias, nuevamente, hay dos perspectivas. La occidental sostiene que Rusia es un estado paria, completamente aislado. Pero hay otra perspectiva, la del resto del mundo. Durante los años 90s, EEUU, la Unión Europea y Japón eran las superpotencias dominantes. Pero eso ha cambiado en 2022. Si bien las sanciones impuestas por Occidente han tenido un impacto negativo en la economía rusa, al revisar las cifras de crecimiento económico del año pasado, vemos que Rusia ha sido la economía europea que más ha crecido. Lo cual es paradójico.
MC: Hoy la guerra entre Rusia y Ucrania está estancada ¿Qué factores explican este estancamiento prolongado?
SA: Podemos identificar tres momentos clave en este conflicto. Primer momento, los días previos a la invasión. Recuerdo que desde diciembre de 2021, Joe Biden advertía sobre la inminencia de una invasión rusa. Incluso yo me mostraba escéptico ante tales afirmaciones, pero sucedió. Un ex Secretario General de la OTAN también advirtió sobre la posible caída de Kiev en tres días si Rusia iniciaba la invasión. Sin embargo, vimos lo que sucedió después, segundo momento: la retirada de las tropas rusas de Kiev y Kharkiv, seguida de las derrotas rusas en Kherson y otras regiones ucranianas a finales de 2022. El tercer momento es el que estamos viviendo ahora: Un estancamiento, una especie de limbo. La tan mencionada contraofensiva del verano pasado fracasó, pero también vemos avances por parte de Rusia en la actualidad. Por lo tanto, hablar de un equilibrio depende mucho del punto de vista.
Por un lado, Rusia opera como una economía de guerra y continúa movilizando recursos. Además, cuenta con una población considerablemente mayor que Ucrania, lo que facilita la movilización de fuerzas. Por otro lado, ¿qué papel jugará Occidente? Si no fuera por el apoyo significativo de EEUU, Alemania y el Reino Unido, Rusia podría haber logrado avances considerables. La gran incógnita es qué ocurrirá en 2024. ¿Se mantendrá este apoyo? Hay indicios de que podría disminuir debido a la fatiga de guerra tanto en Ucrania como en Occidente. Una encuesta reciente muestra que solo el 10% de la población europea cree que Ucrania pueda ganar esta guerra. Entonces, ¿por qué no negociar?
Pero aquí surge la dificultad: ¿en qué términos se negociaría? Putin no aceptaría devolver todos los territorios conquistados y los ucranianos insisten en la devolución de Crimea. Además, Zelensky ha aprobado un decreto que prohíbe negociar con Rusia mientras Putin esté en el poder. Esto complica aún más la situación. No me sorprendería ver nuevas derrotas para Ucrania en los próximos meses, especialmente debido a la falta de apoyo y recursos. La movilización entre los jóvenes ucranianos también está disminuyendo, y aunque el país sigue siendo democrático, movilizar a la población es más complicado que en Rusia.
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MC: ¿Cuáles fueron los parámetro que delimitaron las negociaciones de primavera de 2022, que según Putin, fueron saboteadas por Johnson?
SA: Es innegable que las afirmaciones de Putin tienen fundamento, especialmente en lo concerniente a las negociaciones durante marzo y abril de 2022. Si bien su interpretación histórica puede ser peculiar, los hechos sobre esas negociaciones son verídicos. Se llevaron a cabo conversaciones, incluso ante las cámaras, aunque el progreso real de dichas negociaciones sigue siendo un misterio.
Según Rusia, hubo avances significativos, una afirmación respaldada por un exministro ucraniano. Se rumorea que Ucrania estuvo dispuesta a incluir una cláusula de neutralidad en su constitución, lo que implicaría abstenerse de unirse a la OTAN y, eventualmente, considerar la posibilidad de unirse a la Unión Europea bajo condiciones diferentes. Además, se discutió la concesión de más derechos políticos y culturales a los rusófonos en el este de Ucrania, en consonancia con los acuerdos de Minsk.
Sin embargo, según este mismo exministro ucraniano, fue Boris Johnson, y no Joe Biden, quien condicionó su apoyo a la abstención de Ucrania de firmar el acuerdo negociado con Rusia. Aunque en términos hipotéticos, no podemos asegurar que la firma del acuerdo habría eliminado por completo la hostilidad, ni garantizado un cese total de los ataques híbridos o desafíos a la autoridad ucraniana.
MC: Dadas las consecuencias potenciales para los países vecinos, ¿cuál debería ser la respuesta para prevenir una escalada adicional en la región?
SA: Es importante destacar que Occidente se comprometió en febrero de 1990 a no ampliar la OTAN. Este acuerdo es un hecho documentado, respaldado por testimonios de figuras prominentes como el exministro alemán de asuntos exteriores, Genscher, y el embajador estadounidense Matlock. La OTAN contaba con 16 países miembros en 1990, y actualmente, con la posible incorporación de Suecia, serán 32, es decir, el doble. Esta situación ha alimentado la percepción en Rusia de que Occidente rompió su palabra y se aprovechó de su debilidad durante la grave crisis que enfrentó en los años noventa.
En cuanto a la posible adhesión de países vecinos como Georgia o Moldavia a la OTAN, es necesario considerar varios aspectos. Moldavia aún no tiene el estatus de candidato, aunque el actual gobierno tiene aspiraciones pro-OTAN. Sin embargo, Moldavia es una sociedad dividida y enfrenta un conflicto interno en Transnistria, lo que plantea interrogantes sobre su idoneidad para unirse a la alianza militar. Del mismo modo, Georgia tiene desafíos con las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur. A pesar del deseo de algunos georgianos y moldavos de unirse a la OTAN, es crucial pensar en una arquitectura de seguridad europea que incluya a Rusia y que no provoque conflictos adicionales en la región.
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MC: Ahora, cambiemos el enfoque de Occidente a Oriente. ¿Hasta qué punto China está siendo beneficiada por este conflicto?
SA: A ver, antes que nada, la postura oficial de China es una supuesta neutralidad. Aunque algunos comentaristas ya con cierto humor dicen que se trata de una neutralidad pro-rusa. Oficialmente Beijing sí mantiene un diálogo con Kiev, y Zelensky hasta la fecha ni siquiera llegó a criticar la postura, ellos saben perfectamente sobre el comercio con Rusia, el apoyo político a Putin, etc. Pero creo que Zelensky también piensa en un escenario post-guerra, ¿quién podría en algún momento apoyar, ayudar a Ucrania a reconstruir tantos daños de infraestructura? EEUU, posiblemente, pero también está el caso de China. China tiene grandes recursos, tiene ahí la Iniciativa de la Franja y la Ruta que también pasa por Ucrania, la Nueva Ruta de la Seda.
En los hechos, para responder a la pregunta, dos ideas. Cuando empieza la invasión, muchos dijeron que tal vez Xi Jinping fue el único mandatario en el mundo al tanto de lo que podía pasar. Días antes salieron las Olimpiadas de Invierno, Putin viajó a Beijing, se dice incluso que Xi Jinping le dijo a Putin, si realmente quieres atacar a tu vecino, espérate hasta que terminen las Olimpiadas, ¿no? Y así pasó. Beijing probablemente pensó, de la misma manera como Moscú, que sería un conflicto de días, que sería una cosa fácil de materializar, de imponer ahí un régimen pro-ruso y que todo iba a terminar bien. Pero la guerra ya lleva dos años.
Y de la misma manera que a Europa, también a China, le afectó, por ejemplo, la inflación, los precios del petróleo que se dispararon, los precios del gas. Esos precios son mundiales. Entonces sí se sabe que, sobre todo en el 2022, cuando ya claramente se había demostrado que Rusia no tenía cómo ganar ese conflicto, que había cierta preocupación en Beijing por las consecuencias económicas. Ahora, a su vez, Beijing sabe que Rusia no puede mantener una mala relación, pésima relación con Occidente y seguir como si nada estaría pasando con China.
MC: Entonces ¿Quiénes son los ganadores en este conflicto?
Se dice que si hay una sola prioridad de Putin en materia de política exterior, es esa idea de que Rusia ha sido, es y tiene que ser siempre una gran potencia. Ver a Rusia como un país completamente independiente y por eso sus constantes tensiones con Occidente. Pero el tema es que con el deterioro de los vínculos con Occidente, cada vez más Rusia empezó a ser dependiente de China, sobre todo en el tema económico. Así que en ese sentido, digamos que hay una ventaja por el lado de China.
Si a mí me preguntan a ver quiénes ganan siendo un poco cínicos, ¿quién gana con este conflicto? Mi respuesta sería China y Estados Unidos. EEUU tiene una OTAN más unida que nunca. Hace tan solo cinco años el mismo Macron dijo que la OTAN se encontró en un coma cerebral. Dio a entender que la OTAN ya no tenía futuro. Ahora la OTAN se encuentra más unida que nunca y además con dos estados históricamente neutros, Finlandia y Suecia.
Además, y pocos lo mencionan, si Europa necesitaba siempre el gas ruso, ahora no es que ya no lo compra, pero claro, los volúmenes han ido cayéndose dramáticamente. ¿Dónde más podría comprar Alemania, Italia sus reservas de gas? Circulan varios nombres, Azerbaiyán, Argelia, Turkmenistán, Noruega, etc. Pero de lejos, el país que más incrementó sus exportaciones de gas y de petróleo a la Unión Europea es EEUU. El polémico gas esquisto con unas consecuencias dramáticas para el medio ambiente al tener un precio mundial alto ahora realmente resulta rentable exportar ese recurso. Entonces, esa es un poco la situación actual. Tanto que se habla de la nueva Guerra Fría, pues en ese caso concreto es cierto que ambas grandes potencias, China y Estados Unidos, están ganando y los que están perdiendo son, en ese caso, Rusia y la Unión Europea. Ni mencionamos a Ucrania.
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MC: ¿Cuál será el papel de la OTAN si el conflicto se prolonga? ¿Cómo se percibe este respaldo a largo plazo?
SA: La OTAN, como alianza militar y organización intergubernamental con 32 estados miembros, liderados por Estados Unidos, mantendrá oficialmente su discurso de apoyo a Ucrania en respuesta a la agresión rusa. Sin embargo, la capacidad de la OTAN para respaldar a Ucrania se ve limitada por los recursos disponibles, especialmente los de Estados Unidos. Aunque países europeos como Alemania han mostrado su apoyo tanto económico como militar, la capacidad de respuesta europea se ve obstaculizada por la sorpresa y la falta de preparación para un conflicto de esta magnitud.
El shock inicial ante la invasión rusa ha revelado las limitaciones industriales y logísticas de Europa para proporcionar un apoyo militar efectivo a Ucrania. A pesar de los esfuerzos por parte de los países europeos, la producción y entrega de armamento a Ucrania enfrenta demoras y dificultades técnicas. Estos desafíos resaltan la necesidad de reevaluar las políticas de defensa europeas y la percepción de seguridad en este contexto, donde la amenaza de conflictos militares en el continente es tangible.
MC: ¿Cuál es el verdadero impacto de las sanciones económicas? ¿En qué medida ha afectado realmente a su estabilidad?
SA: Si bien Occidente ha intentado aislar a Rusia mediante sanciones económicas, estas no han llevado al colapso económico del país. China ha aumentado sus compras de petróleo y gas rusos, e India ha aceptado grandes descuentos en estas materias primas. Además, las relaciones entre Rusia y varios países de África, Asia y partes de América Latina siguen siendo sólidas. Es cierto que Occidente está haciendo todo lo posible para aislar a Rusia, pero ¿por qué no tomó estas medidas en 2003 cuando EEUU invadió Irak?
El papel de las sanciones económicas ha sido un tema destacado desde que Putin emitió su declaración. Si bien se ha hablado mucho sobre el cierre del mercado occidental para Rusia, ¿cuál es el verdadero impacto de estas sanciones en su economía? Se ha observado que la economía rusa ha mostrado un aumento en comparación con los países europeos, lo que plantea la pregunta sobre la efectividad de estas medidas para lograr un cese al fuego duradero y detener la violencia en curso.
Antes incluso del inicio de esta guerra, ya existía una amplia literatura sobre si las sanciones económicas funcionan o no. El consenso general es que su efectividad es limitada, especialmente cuando no hay un consenso entre las grandes potencias. En este caso, aunque Occidente ha impuesto sanciones, otros países como India, Turquía y China han adoptado una postura más pragmática, lo que socava la eficacia de las sanciones.
Varios factores contribuyen a la falta de efectividad de las sanciones. En primer lugar, desde 2014, el gobierno ruso ha implementado una estrategia de sustitución de importaciones, produciendo internamente los productos que antes importaba. Esto ha reducido la dependencia de Rusia de los productos occidentales. Además, existe el problema del desvío o contrabando, con productos que entran a través de países vecinos como Turquía o Georgia. Esta práctica ha evitado en gran medida el impacto de las sanciones. Además, si Rusia lo desea y tiene los recursos, puede comprar insumos a través de terceros mercados, lo que debilita aún más el impacto de las sanciones.
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MC: ¿Cree que el fallecimiento de Alexei Navalny podría tener implicaciones políticas significativas?
SA: Respecto al fallecimiento de Navalny, el destacado opositor de Putin, es poco probable que tenga implicaciones políticas significativas a nivel interno en Rusia. Aunque Navalny fue una figura destacada en la oposición, su popularidad estaba limitada principalmente a ciertos sectores urbanos y clases medias, especialmente en Moscú y San Petersburgo. Sin embargo, en gran parte del país, Navalny era visto con escepticismo, e incluso como un agente de Occidente que buscaba occidentalizar Rusia, lo que fortaleció su imagen negativa en algunos sectores. A pesar de su prominencia, es poco probable que Navalny hubiera tenido un impacto electoral significativo para desafiar el dominio político de Putin.
A nivel internacional, el fallecimiento de Navalny ha generado condena y ha llevado a Estados Unidos a imponer un nuevo paquete de sanciones, incluyendo medidas dirigidas contra personas asociadas con el lugar donde Navalny estuvo detenido. Sin embargo, en términos de impacto político en Rusia, es probable que el evento tenga un alcance limitado debido a la percepción y su popularidad dentro del país. Muchos rusos aún ven a Putin como la opción preferida para mantener la estabilidad y evitar la inestabilidad que experimentaron durante la década de 1990.
MC: ¿Continuará recibiendo Putin apoyo interno en Rusia, a pesar de la prolongación del conflicto y los costos asociados?
SA: En el contexto de Rusia, con una población de más de 144 millones de habitantes, las élites pueden considerarse como los poderes fácticos que operan en el país. A pesar del poder centralizado de Putin, debe tener en cuenta los intereses diversos de estos grupos. Entre ellos, los Siloviki, con antecedentes militares y de inteligencia, representan una facción poderosa y leal a Putin, respaldando sus decisiones, como la iniciación del conflicto en Ucrania. Por otro lado, sectores como la iglesia y los medios de comunicación también respaldan firmemente al gobierno.
Sin embargo, dentro de las élites económicas hay preocupación y descontento por la guerra, dado que muchos de ellos tienen negocios con Occidente. Sin embargo, oponerse abiertamente a la guerra podría resultar en represalias del gobierno, por lo que muchos optan por un pragmatismo, tratando de mantener sus intereses intactos en medio del conflicto.
En cuanto a la sociedad, la composición de las tropas desplegadas en Ucrania es reveladora. Mayoritariamente reclutadas de áreas rurales y étnicamente diversas, estas tropas no representan la demografía típica de las grandes ciudades rusas. Aunque la pérdida de vidas rusas en el conflicto podría tener implicaciones políticas, la distancia geográfica de las áreas periféricas donde residen las tropas reduce el impacto político directo en Moscú. Además, existe un sentido arraigado de patriotismo entre muchos ciudadanos rusos, lo que contribuye a la aceptación de sacrificios en nombre del país.
Extendemos nuestro más sincero agradecimiento al Dr. Sebastien Adins por brindar su perspectiva sobre la complejidad del conflicto entre Rusia y Ucrania. La entrevista fue realizada el 23 de febrero de 2024 para Diario El Gobierno.