Estados Unidos y Reino Unido lanzaron ataques aéreos contra objetivos de los rebeldes hutíes en Yemen. Se reavivan los temores de un conflicto de mayor escala en la región.
El pasado jueves 11 de enero, Estados Unidos y Reino Unido bombardearon varias posiciones militares de los rebeldes hutíes que controlan una parte de Yemen. Además, contaron xon el apoyo no operacional de Australia, Países Bajos, Canadá y Bahréin. Esta acción militar se realizó en respuesta a los cerca de 27 ataques que desde hace semanas lanzaron los hutíes contra buques mercantes en el mar rojo, una ruta clave del tráfico marítimo.
El Pentágono informo que estos ataques aéreos golpearon casi 30 objetivos en Yemen utilizando más de 150 municiones. Según Yahya Sare’e, portavoz militar de los hutíes, los 73 ataques dirigidos a la capital, Saná, y las provincias de Hodeidah, Taiz, Hajjah y Saada, dejaron un saldo de cinco muertos y seis heridos.
Por otra parte, el presidente de Estado Unidos, Joe Biden, dijo el pasado viernes que llevarían a cabo nuevos ataques contra los rebeldes hutíes de Yemen. Siempre si siguen atacando barcos en el Mar Rojo. “Nos aseguraremos de responder si continúan con este comportamiento indignante”, declaró en un viaje de campaña electoral en Pensilvania. Además, declaró que no creía que los ataques del jueves hubieran causado víctimas civiles. “Esa es otra razón por la que fue un éxito”, afirmó.
¿Quiénes son los Hutíes?
Los hutíes, quienes tomaron el nombre de su líder Hussein Badreddin al-Houthi, surgieron en la provincia de Saada (norte), en la década de 1990. Iniciaron como una organización opositora al entonces primer presidente yemení, Alí Abdalá Salé. Ello por su deriva dictatorial y las relaciones de su gobierno con Arabia Saudí y Estados Unidos. Conocidos como los «Partidarios de Dios», el movimiento hutí se define como un movimiento de resurgimiento religioso de una subsecta centenaria del Islam chiita llamada zaidismo.
Los zaidis gobernaron Yemen durante siglos, pero fueron marginados bajo el régimen sunita que llegó al poder después de la guerra civil de 1962. El movimiento de Al-Houthi fue fundado para representar a los zaidis y resistir al sunnismo radical, en particular a las ideas wahabíes de Arabia Saudita. Sus seguidores más cercanos pasaron a ser conocidos como hutíes.
En el año 2003, tras la invasión de Estados Unidos a Irak, el grupo tomó como eslogan la frase: “Dios es Grande. Muerte a EE. UU. Muerte a Israel. Maldición a los judíos y victoria del Islam”. Años mas tarde, en 2014, los hutíes iniciaron una rebelión. Esto llevó al inicio de una guerra civil en Yemen, la cual se prolonga hasta la actualidad. Estos han logrado controlar gran parte de la costa de Yemen en el Mar Rojo, incluida la capital, Saná.
Los hutíes cuentan con el respaldo de Irán. Este país comenzó a aumentar su ayuda al grupo a medida que se intensificaba la guerra civil y la rivalidad con Arabia Saudita. Según un informe de 2021 del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Irán ha proporcionado al grupo armas y tecnología para, entre otras cosas, minas marinas, misiles balísticos y de crucero y vehículos aéreos no tripulados (UAV o drones).
El grupo forma parte del «Eje de Resistencia», una alianza de milicias regionales antiisraelíes y antioccidentales liderada por Irán y respaldada por la República Islámica. Junto con Hamas en Gaza y Hezbollah en el Líbano, los hutíes son una de las tres milicias prominentes respaldadas por Irán que han lanzado ataques contra Israel en las últimas semanas.
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¿Por qué es importante el mar Rojo?
Esta estrecha franja de mar, que se extiende desde el estrecho de Bab-el-Mandeb frente a la costa de Yemen hasta el Canal de Suez en el norte de Egipto, es responsable del 12% de los flujos comerciales globales marítimos. Esto incluido el 30% del tráfico mundial de contenedores. Por este motivo, los bloqueos e interrupciones en el trafico comercial de esta zona puede generar perdidas de millones de dólares. Además, interrupciones en las cadenas de suministro globales.
Por ejemplo, cuatro de las principales compañías navieras a nivel mundial, Maersk, Hapag-Lloyd, CMA CGM Group y Evergreen, han comunicado su decisión de suspender los envíos a través del mar Rojo. Ello debido a preocupaciones sobre posibles ataques de los hutíes. En consonancia con esta medida, la destacada empresa petrolera BP también anunció que adoptaría la misma precaución el día de ayer. Esta medida generaría un aumento en los precios del petróleo y del gas.
Estos ataques plantean la posibilidad de que los barcos deban optar por una ruta significativamente más extensa alrededor de África. Ello podría conllevar un aumento considerable en los costos de los seguros. Las empresas, a su vez, podrían trasladar este incremento en los costos de transporte a los consumidores, lo que podría resultar en un nuevo aumento de precios en un momento en que los gobiernos de todo el mundo están lidiando con la gestión de la inflación en la pospandemia.
Según los expertos, el objetivo de estos ataques es generar un impacto económico negativo a los aliados de Israel con la esperanza de que lo presionen para que cese el bombardeo del enclave. Puesto que el grupo subversivo ha afirmado que solo cederán cuando Israel permita la entrada de alimentos y medicinas a Gaza.
¿Será posible calmar las aguas?
Ante el episodio ocurrido el pasado jueves, la Casa Blanca no tardo en sacar un comunicado conjunto con otras naciones. En él, se señalaba que su objetivo seguía siendo que desescalen las tensiones y restaurar la estabilidad en el Mar Rojo. Pero como declaró el mandatario estadounidense, Joe Biden: “Estos ataques selectivos son un mensaje claro de que Estados Unidos y nuestros socios no tolerarán ataques contra nuestro personal ni permitirán que actores hostiles pongan en peligro la libertad de navegación en una de las rutas comerciales más críticas del mundo. No dudaré en ordenar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”.
Por otro lado, el grupo terrorista Hamás también habló después del ataque. Sostuvo que tendrá consecuencias en Medio Oriente, además de criticar la represalia de las fuerzas occidentales: “Condenamos enérgicamente la flagrante agresión estadounidense-británica en Yemen. Les hacemos responsables de las repercusiones en la seguridad regional”, dijo el grupo en un comunicado publicado en Telegram.
Asimismo, el viceministro de Exteriores de los hutíes, Husein al Ezzi, escribió en redes sociales que “nuestro país ha sido objeto de una agresión masiva por parte de barcos, submarinos y aviones de combate estadounidenses y británicos, y no hay duda de que Estados Unidos y Gran Bretaña tendrán que estar preparados para pagar un alto precio”. También amenazó que tanto Washington como Londres “soportarán las terribles consecuencias de esta flagrante agresión”.
Según algunos expertos, la respuesta de Estados Unidos significaría únicamente una advertencia hacia los Hutíes, y ante la falta de incorporación de otros actores, no se vislumbraría la posibilidad de que el conflicto pueda escalar de manera significativa. Sin embargo, otros apuntan que estamos ante un escenario de “Tercera Guerra Mundial” que se lucha en tres frentes: en Ucrania, que se encuentra en guerra con Rusia desde el 2022; en la Franja de Gaza, asediada por Israel desde el inicio del conflicto con Hamás; y Yemen, tras las recientes hostilidades.
De lo que si se puede estar seguro, es que de no abordarse de manera adecuada los problemas estructurales de Yemen, pueden dar lugar a una extensión de la escalada de violencia en los países vecinos, intensificando la inestabilidad en la región, generando más migraciones y empeorando la crisis humanitaria que se viene dando en ese país desde hace varios años.