A pesar de vivir momentos complicados a causa de la pandemia, los chilenos eligieron una nueva representación política en la Asamblea Constituyente, en la que izquierda terminó siendo la más victoriosa, con más de un 70% de votos. Los 155 representantes en dicho órgano representativo se encargarán de crear un nuevo capítulo en la constitución reemplazando así la del expresidente y militar, Augusto Pinochet.
Según el Servicio Electoral de Chile (Servel) dicho porcentaje pertenecen a los partidos «Apruebo Dignidad», «Lista Apruebo», «Lista del Pueblo» y «Independientes No Neutrales», mientras que por el lado de la derecha, el partido oficialista «Vamos por Chile» solo obtuvo un 21, 24%. De esta manera, el hemiciclo quedaría conformado de la siguiente manera: «Independientes» (49 escaños), “Apruebo Dignidad” (27 escaños), “Lista Apruebo” (25 escaños), “Vamos por Chile” (37 escaños), y los pueblos originarios cuentan con los restantes 17 escaños reservados.
El presidente Sebastián Piñera se pronunció
El actual mandatario del país vecino, Sebastián Piñera, llegó a manifestarse sobre la votación llevada el reciente fin de semana.
«La ciudadanía nos ha enviado un claro y fuerte mensaje, al Gobierno y a todas las fuerzas tradicionales. No estamos sintonizando adecuadamente con las demandas y anhelos de la ciudadanía. Es nuestro deber escuchar con humildad y atención el mensaje de la gente”, comentó el actual presidente desde la Casa de la Moneda.
Una jornada histórica e importante
Además de tener una gran representación de izquierda, Chile tuvo la oportunidad de tener una votación histórica, porque además de elegir a los 155 representantes en la Asamblea Constituyente; la población estaba llamada a votar por los alcaldes, concejales y gobernadores regionales, siendo así la primera vez que sus ciudadanos tuvieron la libertad de elegir a los constituyentes, pues todas las cartas magnas que ha tenido el país austral han sido escritas por los políticos tradicionales. Además, esta elección fue una de las consecuencias de las protestas masivas que ocurrieron en octubre de 2019.
A ello, se suma la tarea de tener un nuevo Estado que deje a lado la horma que dejó la Constitución escrita en tiempos del gobierno de Augusto Pinochet, quién se quedó por 16 años en el cargo y tuvo acciones cuestionables como la violencia contra los protestantes (mayoría de izquierda).