En estos últimos días, el dólar ha sido protagonista innegable de los mercados financieros. Desde que inició el año, el índice dólar se ha ido debilitando por problemas estructurales de la economía estadounidense. ¿Qué implica todo esto para la economía peruana?
La situación estadounidense
El discurso de Jerome Powell, responsable de la Reserva Federal (homóloga del Banco Central de Reserva en Estados unidos), hizo un llamado a la calma. Durante su audiencia de confirmación ante el Senado, Powell dijo que deben centrarse más en la meta de inflación que en la meta de máximo empleo y reiteró que esperan que las presiones de los precios duren hasta bien entrado 2022. Este discurso dio pista, además de no implementar por lo pronto una subida de los tipos de interés.
Tal y como se había mencionado con respecto a los efectos de los aumentos de la tasa de interés, la inflación estadounidense es un fenómeno que afecta no solo a su propia economía, sino también al mercado emergentes. Las expectativas marcaron un debilitamiento de los rendimientos de bonos norteamericanos, empujando los capitales hacia economías como la nuestra. Gracias a este discurso es que los mercados repuntaron ligeramente y ante la poca amenaza de las subida de las tasas, los mercados financieros se quedarían en verde.
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El dólar y el desempeño nacional
La economía peruana ha visto como el tipo de cambio se ha apreciado durante estos días. Tal cual se explica en su funcionamiento, la tasa de cambio se determina por cambios de oferta y demanda. De acuerdo con Bloomberg, esto se debe a una oferta de dólares de parte de inversionistas offshore, en línea con las expectativas de subida de tasas de interés que llevó a cambiar el rumbo de los flujos.
Por otro lado, el silencio de ruido político es otro factor. Como se recuerda, el dólar alcanzó picos cerca a la juramentación de Castillo llegando a superar los 4 soles por dólar hasta 4.13. En toda su gestión, 3.89 es su valor más bajo. Este buen desempeño permite a los inversionistas entrar con más confianza, tal cual lo hicieron con otros mercados de la región.
Por su parte, el Banco Central aprovechó tal situación y el volumen negociado del 11 de enero superó con creces el promedio del 2021. Esta acción se realiza en el marco de sus responsabilidades e ir fortaleciendo la moneda nacional.
Las consecuencias en diferentes plazos
La situación futura es una completa incertidumbre. La inflación golpea a todos por igual y la subida de tasas de interés son una política común para frenarlo. La diferencia con la economía estadounidense es que involucra al dólar, divisa que mantiene a flote gran parte del mercado financiero. De mantenerse en silencio político, la incertidumbre es menor. Sumado a esto, si las expectativas de la economía estadounidense continúa sin subidas agresivas, el dólar puede empezar a bajar considerablemente.
Los principales efectos serían fortalecer nuestra moneda, llamar a la inversión y motivar el comercio. A largo plazo, el efecto de la subida de precios sería cada vez menor, reduciendo los costos de algunos insumos. Aunque claro, esta situación es algo complicada, ya que esto se relaciona más con las innumerables crisis que afectan la cadena de suministros. Y aunque lo exterior escape de nuestras manos, es importante mantenernos calmados por dentro, ya que así estos shocks tendrán un menor impacto.
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