Este jueves, la exministra María Atonieta Alva se pronunció respecto a las medidas que se tomaron durante su desempeño en el MEF. Al respecto, afirmó que «todas las acciones que se tomaron desde el Gobierno tuvieron como objetivo final salvar vidas».
Además, hizo alusión al cierre abrupto y total de la economía peruana. Sobre ello, sostuvo que la «necesaria» medida tuvo como consecuencia que las empresas y las familias del país no perciban ingresos por un extenso lapso de tiempo.
Por otro lado, señaló que la cuarentena es un instrumento para combatir el virus, porque son necesarias para aliviar la presión ejercida sobre el sistema de salud. En esta línea, recordó que la medida restrictiva se ha vuelto a imponer en Europa a raíz de la segunda ola de contagios, la cual hoy se vive en Perú.
Crisis económica
Cabe recordar que el Perú, pese a tener una solidez fiscal y monetaria superior a la de sus pares en la región, fue el país más afectado por la pandemia, pues apostó por un largo y estricto confinamiento. Según información del Banco Central de Reserva, se suscitó una caída del 29,8 % del PBI para el segundo trimestre y el 9,4 % en el tercer trimestre.
Sobre ello, la exministra destacó que en marzo del 2020 ocurrieron dos situaciones que deben recordase:
- «La primera es que no se sabía mucho del virus. Incluso, hubo toda una controversia por el tema de las mascarillas con la Organización Mundial de la Salud. No se sabía a qué virus nos enfrentábamos. No se tenía toda la información que se tiene ahora», dijo.
- La segunda, que previo a la pandemia ya contábamos con grandes deficiencias en el sistema de salud: «En marzo teníamos menos de 100 UCI disponibles para atender a una población de 33 millones de peruanos. Incluso, ahora que tenemos 1800 UCI, sigue siendo algo muy limitado».
Errores
Desde la aparición del virus, muchos países con base en sus propias capacidades y recursos tuvieron que tomar decisiones drásticas. Algunos impusieron una estricta cuarentena; otros, el distanciamiento social. Así, se establecieron medidas cuyo principal objetivo era evitar o aliviar el avance de los contagios.
En un artículo llamado «Políticas para combatir la pandemia del COVID-19”, publicado por los economistas Miguel Jaramillo y Kristian Lopez Vargas, se explica el grado de éxito en la respuesta de un país depende más de la calidad de estrategia de respuesta y despliegue, que de los problemas estructurales.
En esa línea, se le consultó a Alva Luperdi cuáles fueron los problemas de diseño e implementación durante la primera ola. Al respecto sostuvo: «La crisis aún no termina. Entonces, me parece prematuro tener una evaluación sobre qué funcionó y qué no, porque la crisis sigue en pie», sostuvo.
Además, aprovechó para destacar que se tomaron las mejores decisiones con la poca información que había, debido a que se trataba de un virus desconocido.
Asimismo, recalcó que condiciones estructurales como la exclusión financiera jugaron un papel en contra. «Yo sí creo que las condiciones estructurales fueron un problema. Sobre todo, para las respuestas de algunas medidas; por ejemplo, pensemos en Reactiva, donde en condiciones normales menos del 5 % de las mypes acceden al crédito de sistema financiero».
Inestabilidad política
Finalmente, señaló los desacuerdos con el Congreso como un impedimento para poder afrontar la crisis de manera óptima. «La inestabilidad política que nos tocó enfrentar nos distraía mucho de la atención de la pandemia. Yo, justo hoy, he puesto en Twitter esta declaración de inconstitucionalidad de la ley de la ONP. Nosotros tuvimos que invertir muchísimas horas en el Congreso. Tuvimos que explicar por qué esta ley no era constitucional. Explicar todos los efectos económicos. La inestabilidad política distrajo mucho la atención de la crisis».