El desarrollo de la inclusión financiera, si se quiere mantener un crecimiento sostenido en el largo plazo, es un gran reto para nuestro país. Si bien ha existido un avance en esta materia durante los últimos años, hay barreras que complican el progreso.
Por ello, se han desarrollado diversos mecanismos e innovaciones a través de un plan estratégico. Estos pretenden asegurar un aumento de la participación de toda la población en el sistema financiero.
¿Qué hemos hecho en estos últimos años?
De acuerdo a la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), existen factores relacionados al acceso al sistema financiero. Por ejemplo, la infraestructura y los costos de transacción son importantes ya que implican trasladarse a un punto de acceso donde haya mayor facilidad para realizar un trámite de este tipo.
Durante los últimos años, las políticas relacionadas a la inclusión financiera han ganado mayor relevancia a escala global. Organizaciones como el Banco Mundial, la OECD y el FMI consideran que se trata de una herramienta fundamental para el desarrollo económico, pues implica la reducción de desigualdades, el empoderamiento del consumidor y un aumento en la productividad de las empresas.
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Estado situacional de la inclusión financiera
A pesar de que hubo un crecimiento económico excepcional en el Perú desde inicios del siglo XXI, este no ha sido acompañado con un incremento en la inclusión financiera en la misma medida.
Resulta problemático porque se proyecta que la nueva tendencia de la economía mundial estará relacionada a menores precios de las materias primas y mayores costos financieros.
El contexto de la economía nacional, en el cual priman elevadas tasas de trabajadores y microempresas informales, complica cumplir con el crecimiento de la inclusión financiera en Perú. Por otro lado, también existen otro tipo de barreras para esta meta.
La encuesta de Global Findex sobre inclusión financiera del año 2017 señala nueve factores importantes: falta de dinero, altos costos, desconfianza en el sistema financiero, falta de interés, dificultad de acceso, documentación requerida, tenencia de una cuenta por parte de un familiar, distancia y factores religiosos.
Dentro de los resultados para Perú, se halló que las variables más significativas son las tres primeras. Esto quizá explicaría la poca participación de la población dentro del sistema financiero en la actualidad.
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La Estrategia Nacional de Inclusión Financiera
La importancia de fomentar mayores avances en esta área no ha pasado desapercibida por el gobierno peruano. Debido a eso, en el año 2014, se creó una Comisión Multisectorial de Inclusión Financiera. Esta organización tiene la finalidad de crear y brindar seguimiento a una Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF).
Bajo esta estrategia, instituciones públicas como el Banco Central de Reserva, la Superintendencia de Banca y Seguros, el Ministerio de Economía y Finanzas, entre otras. Dichas instituciones deben trabajar con entidades privadas del sistema financiero con el fin de asegurar el cumplimiento de siete líneas de acción para el 2021.
Dentro de esas líneas de acción se destaca el desarrollo de medios de pago electrónicos para productores minoristas. Tomando en cuenta que su alcance es bajo en comparación a otros países de la región.
El organismo detrás de esta finalidad es el Banco Central, cuyos objetivos son: promover los pagos mediante medios digitales, incentivar la reducción del uso de dinero en efectivo y diseñar un marco que garantice la seguridad y eficiencia de un sistema de pagos electrónicos.
Innovaciones digitales
Una de las medidas innovadoras es la promoción del uso del dinero electrónico. Dicho se define como un producto prepagado cuyos fondos se encuentran registrados en un medio electrónico. Algunos ejemplos son los e-wallets (tarjetas prepago), computadoras y dispositivos móviles.
Este tipo de dinero resulta efectivo ya que reduce los costos de transacción, los cuales implican el traslado hacia puntos de acceso para personas que viven alejadas de zonas urbanas.
Por último, las transferencias electrónicas inmediatas también han demostrado ser efectivas para la inclusión financiera. Estas pueden realizarse mediante aplicativos para celular de una entidad bancaria.
Además, en caso se necesite realizar transferencias de montos bajos para un individuo o negocio minorista, se pueden utilizar aplicativos como Yape o Plin, cuyo uso se ha ido generalizando recientemente.
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