En la actualidad tomar un crédito es una de las tantas decisiones financieras que podemos optar y muchas veces puede ayudarnos anticipadamente a conseguir metas, financiar proyectos y en otras ocasiones solucionar la falta de liquidez a corto plazo.
Sin embargo, en un mercado abierto y competitivo tendremos diversas opciones para elegir cual de ellas es la mejor opción, es posible que muchas instituciones financieras luchan por conseguir que su cliente acepte una de esas ofertas. Incluso para muchas personas llegan a tomar estas ofertas por el simple hecho de la constante insistencia o agobio de los vendedores lo que es un claro error por parte de un consumidor.
Por lo tanto, en esta entrega te enseñaremos dos métodos sencillos para reconocer un buen préstamo y compararlo contra otras ofertas y cuidar nuestra economía personal.
¿De qué se compone un crédito?
Antes que nada para poder reconocer una buena propuesta de crédito debemos saber de que se compone básicamente cualquier crédito.
Como podemos observar, en el gráfico anterior cualquier crédito siempre se va a componer de estos 3 elementos que sumados nos permitirán conocer el costo real de cualquier crédito.
En primer lugar tenemos al capital o principal, que es simplemente el monto que se le ha prestado o entregado al cliente.
En segundo lugar tenemos los intereses del crédito, que es la cantidad de dinero que se cobra por haber prestado el capital a un cliente.
Estos intereses se calculan con una TASA DE INTERÉS (Expresada en %). Se debe tener en cuenta que mientras más sea la tasa de interés, mayor será lo que finalmente pagará por el crédito.
En tercer lugar tenemos los gastos, que son aquellos montos escondidos que no son intereses pero que, sin embargo, son cobrados mensualmente y que incrementan el precio de tu préstamo. Por ejemplo estos pueden ser: seguros de desgravamen o de vida, portes, comisiones, envíos de estado de cuenta, notificaciones, etc.
OJO: La característica de estos gastos es que son obligatorios para tomar el crédito y hay que estar atentos a ellos. Por lo tanto, siempre es necesario consultar si es obligatorio optar por los seguros adicionales
¿Debemos guiarnos solo por la tasa de interés?
Para evaluar un crédito es necesario ver tanto la tasa de interés de forma mensual como anual para tener dos formas de comparar entre dos o más créditos. Otro aspecto importante es solicitar la tasa costos efectiva o tasa final, esto nos permitirá comparar los intereses sumando los gastos y ver porcentualmente cuánto nos cuesta un préstamo en realidad. Por ejemplo comparando las tasas:
Al comparar estas tasas podemos reconocer que no necesariamente el crédito que tenga menor tasa anual será el que uno inmediatamente deba elegir sino más bien el que tenga una Tasa Costo Efectiva más baja.
¿Qué pasa si mi crédito es menor a un año?
Otra manera sencilla de saber comparar cual de los créditos con un número X de cuotas es multiplicando la cuota mensual del crédito por la cantidad de cuotas que se han solicitado y restando el monto para saber la cantidad neta que se pagará adicional por el crédito. Acá no necesitaremos saber la tasa de interés sino más bien comparar cuánto pagaré de intereses:
En este caso el cliente debe valorar su liquidez mensual y comparar para ver cual de los dos créditos le conviene y con esto asumir de forma responsable todas sus obligaciones financieras.
Conociendo la estructura del préstamo y con estos 2 tips podemos reconocer en pocos pasos y comparar un crédito sobre otro, así también conocer finalmente cuánto será el costo final que pagaré por el préstamo.
Sitios webs recomendados para ampliar tu conocimiento:
¿Cuáles son los beneficios de los préstamos? (comparabien.com.pe)
Cuatro consejos para elegir un préstamo – eleconomistaamerica.pe