Las cosas que tiene la vida. Hace exactamente un año Alianza Lima descendía a la Segunda División y 365 días después, salta, llora de alegría y grita ‘somos campeones’. Carlos Bustos y compañía supieron mover sus piezas de inicio a fin. Un plantel que tuvo el regreso de ‘hijos pródigos’ como lo son Jefferson Farfán o Wilmer Aguirre y con la incorporación de un líder, tanto como dentro y fuera del campo: Hernán Barcos. Con la consagración de hoy, los Blanquiazules suman 24 campeonatos en la máxima categoría del fútbol peruano.
El partido que Alianza Lima y Sporting Cristal protagonizaron fue un espectáculo total. Si bien la primera final de ida tuvo a los Blanquiazules como victoriosos, eso no significó que los del Rímac no hayan tenido ocasiones para descontar. Tal como sucedido hace una semana, los dirigidos por Roberto Mosquera no desentonaron y buscaron todo el tiempo el arco contrario. Las embestidas de Alejandro Hohberg, Canchita Gonzales o el mismo Johan Madrid no pudieron penetrar el arco de Ángelo Campos.
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Bendita definición
Sin lugar a duda, la ocasión más claro vino cuando Madrid sacó un centro casi preciso para la cabeza Hohberg. El uruguayo nacionalizado peruano, solo, sin que ningún defensa lo marque, la mandó afuera. La definición, una constante en el elenco de Roberto Mosquera, volvía a pasar factura como en todo el año. Minutos más tarde, pero esta vez Marcos Riquelme, tendría en su cabeza la oportunidad para abrir el marcador. Otro centro rímense desembocaría en una clara oportunidad de gol que nuevamente fue desaprovecha por el ‘9’ de Sporting Cristal.
Los ataques seguían lloviendo para la mala suerte de Campos, pero Míguez, Portales y compañía estuvieron sólidos. Si bien Alianza demostró ser un equipo defensivamente fuerte, no desaprovecharon para salir de contraataque y buscar ampliar la ventaja obtenida en el partido anterior. Ya en la segunda mitad, Hohberg volvería a tener otra clara chance para marcar, pero su remate se estrellaría en el travesaño haciendo suspirar a más de un hincha celeste.
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Se toca la gloria
La atmósfera del partido y la hinchada que acudió al coloso del José Díaz creaba una presión tácita para todos. Hernán Barcos, acaso el mejor jugador en todo el año de la Liga 1 Betsson, enfrió en sus pies las arremetidas de los rivales. Como un diez clásico, jugaba a placer en el ataque o defensa. Una trifulca minutos finales ocasionó que Kevin Ortega, uno de los peores árbitros que nuestro fútbol peruano ha visto nacer, expulsó a Marcos Riquelme y Ricardo Lagos.
Todos los hinchas de Alianza miraban sus relojes. Estaban a tan solo minutos de saborear la gloria. No había nadie que pudiera acabar con ese sueño y el ingreso de Farfán hacía que la ilusión crezca más. Jugados casi 100 minutos, el silbato de Kevin Ortega consumió todos los sacrificios de Alianza Lima.
La seguridad de Ángelo Campos, el arquero menos batido en la temporada, la solvencia de Pablo Míguez y la sobriedad de Jefferson Portales conjugaron como un candado inquebrantable. Jairo Concha, Oslimg Mora, el Pájaro Benítez o el mismo Ballón fueron la columna vertebral para darle equilibrio al equipo. El Zorrito Aguirre y Hernán Barcos protagonizaron una de las mejores duplas siendo este último el líder del plantel con la figura de Jefferson Farfán como la máxima estrella. La sangre joven y veterana hicieron una mezcla para que Alianza Lima vuelve a subir al pedestal donde nunca debió bajar. Todo ya es cosa del pasado. Ahora son campeones y la sangre, sudor y gloria derramada en el campo nadie se las quitara.