Por Milovan Byrne
Si tuviéramos que hacer un resumen de la extraordinaria carrera de Messi en sus 19 años de ecuanimidad y constancia futbolística en la élite, tendríamos que remontarnos en un aspecto esencial en una persona: su sonrisa. Cuando Messi sonríe, todo lo que parece complicado lo convierte en algo sencillo. Cuando Messi no sonríe, la docilidad se vuelve dificultoso.
El acto pleno de felicidad
La sonrisa es un aspecto pleno de felicidad. No solo se enfoca en una expresión facial que se forma al flexionar los 17 músculos entre nuestra boca y ojos que pueda dejar duda de la veracidad de este gesto en su rostro, sino que se expande a varios aspectos de nuestra vida cotidiana. Una sonrisa verdadera puede incrementar considerablemente el bienestar de una persona cambiándola desde los estados emocionales hasta llegar a mejorar la salud mental y emocional de una persona. Es por esto que una persona no es capaz de sonreír en todos lados: la comodidad con las personas o el lugar no son los mismos.
Con Lionel Messi pasa lo mismo. Su sonrisa ha sido una constante presencia en las etapas donde él se consideraba realmente feliz. Pep Guardiola priorizó hacerlo feliz y que sea el líder futbolístico al mejor equipo de la historia. ¿El resultado? El Barcelona fue campeón de todo. 3 años después, la MSN juntó a una gran pareja de atacantes que se hicieron grandes amigos durante la etapa de Luis Enrique. ¿El resultado? Campeones de Champions. Lionel Scaloni arropó un grupo dentro y fuera de la cancha con Messi como el principal cabecilla de la “Scaloneta”. ¿El resultado? Argentina campeón de la Copa América, Finalissima y el Mundial.
Entender su alegría
En la “Scaloneta” Messi logró el reto más grande de su carrera: ganar la copa del mundo. Desde hace 3 meses puede decir que se encuentra agradecido con la vida. Incluso, cuando el mismo comentó que desde que gano el Mundial solo le queda disfrutar del fútbol, está excluyendo el gen competitivo que siempre le caracterizó para priorizar el disfrute de su pasión, de su logro y de su gente. “Están siendo unos días muy muy especiales y solo puedo decirles que tengo una felicidad inmensa de ver a todo el pueblo argentino disfrutando y festejando lo que fue otro éxito de todos. ¡Gracias!”. Y claro, como no va a querer disfrutarlo si con los tropiezos que él tuvo en su carrera, la mayoría se hubiera resignado a fracasar o a aceptar su destino. Por eso es su sonrisa.
Lo más increíble de esto es que esa sonrisa que impregna Leo es capaz de hacer felices a millones de personas. Un problema filosófico que no puede dejar de ocultar una inquietud que me preocupa. ¿Cómo una simple sonrisa puede hacer feliz a tantas personas? ¿Por qué tantas personas somos dependientes al estado emocional de un individuo? Creo que eso puede reflejar en demasía la importancia de esa sonrisa: la felicidad por todos esos millones que lo acompañan en su carrera. Un deber ético y un reto engorroso para el astro argentino.
Regalos, replicas de trofeos, estatua, canción dedicada para él, entre otros presentes, fueron homenajeados para el capitán argentino. Estos detalles, por más que puedan parecer mayúsculos, no cambian la mentalidad o humildad de Messi. Lo que si cambia es el engrandecimiento de su imagen como representante fiel de su país y de su pueblo porque quedar en el corazón de la gente es mucho más importante que ganar una Copa del mundo. Por eso sonríe. Y si él sonríe, millones de personas también lo harán.