El pasado 5 de junio de 2022, la selección nacional de futbol disputó su partido preparatorio de cara al repechaje. Frente a Nueva Zelanda, Perú, en teoría, debía ensayar el once inicial para el día 13 de junio. Además, era indispensable probar posibles piezas de recambio en el armado del equipo.
De esta manera, al finalizar el partido, la victoria peruana nos deja en éxtasis, anímicamente, pero con cierta preocupación por el ritmo de juego mostrado con un equipo titular.
Era un amistoso, pero preparatorio
El resultado no siempre es lo más importante; sobre todo, en un amistoso. La premisa de este partido era la de cuidar a los jugadores y plantar el equipo que disputará la repesca. Sin embargo, por como se resolvió el partido, la primera condición pesó más que la segunda, para el equipo peruano.
Nueva Zelanda, totalmente reestructurada, también tomaba este partido como preparatorio para su repechaje frente a Costa Rica. Así, desde los primeros minutos, evidenciaba sus ganas de adueñarse del balón, pues tenía al frente a una selección que se lo pondría complicado. Era el escenario perfecto para medirse.
Así, al no cumplir con la misión establecida, optó por mostrar otra faceta ante los intentos de Perú por construir el juego: las faltas y el juego físico.
Los ‘All Whites’ cometieron hasta 20 infracciones y vieron la tarjeta amarilla en 3 ocasiones, demostrando que el partido de amistoso solo tenía el nombre. Asimismo, mientras tenían el balón, ponían en marcha toda su velocidad, individual y con pases al espacio, para romper líneas o librarse de sus marcadores peruanos.
Por el lado de la blanquirroja, la posesión estaba asegurada, pero con pocas intenciones de jugar a un ritmo, medianamente, intenso. Muy pocos pases eran destinados a romper líneas o al espacio, lo que generaba un juego más estático. Asimismo, a diferencia de Nueva Zelanda, Perú se mostraba muy permisivo con las faltas. Solo cometió 11.
Con piezas fundamentales en el equipo, Perú parecía solo querer agarrar continuidad física, mas no competir. De hecho, sin contar el gol, Perú solo generó una ocasión clara de gol y fue desde fuera del área con una gran técnica de Yotún. Por el otro lado, Nueva Zelanda creó hasta 2 oportunidades de abrir el marcador.
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Finalmente, no hubo ensayo
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Para el XI titular del partido para el repechaje, no significa ensayar el juego. Con un ritmo estático, Perú no ofreció, ni en lo más mínimo, su versión de las eliminatorias. A diferencia de Nueva Zelanda, priorizó cuidar a los jugadores.
Por ello, era más conveniente probar, más minutos, las piezas de recambio ante posibles ausencias. Por ejemplo, el ingreso de ‘Canchita’ Gonzáles y Gabriel Costa fue una de las noticias positivas de este encuentro. El ingreso de ambos mejoró la ofensiva peruana y cambió el ritmo por uno más volátil.
Sin embargo, nuevamente, se probó a Ormeño en un contexto totalmente desfavorable y con muy poco tiempo. Sin duda alguna, a pesar de los entrenamientos juntos, utilizar estos partidos es clave para ver los rendimientos de algunos jugadores, habitualmente, suplentes en la selección.