La coronación del equipo nacional hace 45 años, encabezado por el extécnico peruano Marcos Calderón, fue uno de los grandes hitos peruanos. Sin embargo, durante el camino para conseguir la segunda y hasta ahora última Copa América de nuestra historia, acontecieron diversos sucesos que hoy se convierten en anécdotas. Una de ellas fue la fuga del ‘El Cholo’ Sotil del FC Barcelona para viajar a Caracas y vestir la Blanquirroja.
Bendita mano
En la primera semifinal, jugada en Belo Horizonte, Perú consiguió su primer triunfo en condición de visita frente a la selección de Brasil por 3-1. Todo un país vibraría gracias a los recordados goles de Cubillas y Enrique Casaretto. Este último daría un anecdótico salto en su segundo gol, el mismo que terminaría por encaminar el resultado a favor del equipo peruano.
El partido de vuelta, jugado en el estadio aliancista de Matute, era escenario de una derrota frente al Scratch, quien terminaría derrotándonos por 2-0. Jugarse un tercer partido para conocer al segundo finalista no era una opción. Por tal motivo, Jose Guilherme Ferreira y Miguel Pellny, presidentes de las federaciones de Brasil y Perú respectivamente, acordaron disolver sus intereses en un sorteo.
Verónica Salinas, hija del entonces presidente peruano de la Conmebol, Teófilo Salinas Ferrer, se encargó de decidir qué país pasaría a la final. Se disolvieron dos papeles iguales, pero con los nombres de Perú y Brasil en cada uno.
Para sorpresa de muchos, la niña de 12 años sacaba el papel que contenía el nombre de nuestro país, desatando la alegría y rabia de peruanos y brasileños respectivamente. De esta manera, el equipo de nacional volvía a disputar una final de Copa América tras 36 años.
“Fuga”, gol y consagración
En la primera final que se jugó en el Campín de Bogotá, Perú cayó por la mínima diferencia con un gol del colombiano Castro. Seis días después, el 22 de octubre, el equipo de Marcos Calderón recibía a los cafeteros en el Estadio Nacional por el encuentro de vuelta. Juan Carlos Oblitas y ‘Cachito’ Ramírez se hicieron presentes en el marcador para darle la victoria al equipo bicolor.
Ya que no se podía definir al ganador por los goles anotados de visita, se decidió jugar un tercer partido en escenario neutral. Caracas fue la ciudad escogida para que estas dos selecciones se enfrenten y así conocer qué país se llevaría la tan preciada Copa América.
A cientos de kilómetros de distancia, en la ciudad de Barcelona, Hugo Sotil vivía impaciente e intranquilo la definición por el título. Quería viajar y jugar por su selección, así le cueste su futuro con la camiseta del FC Barcelona. Sabía que para llegar a tierras venezolanas debía conversar con los directivos del club catalán, para que estos le puedan dar la autorización.
Con el temor de una negativa a su pedido, ‘El Cholo’ Sotil se arriesgó, y contra todo pronóstico el permiso le fue otorgado junto con los mejores deseos.
Quien viajó a su lado fue Manuel González, jefe de la secretaría general de fútbol del Barcelona. Quería asegurarse de que el jugador no tenga inconveniente alguno para incorporarse al equipo de Marcos Calderón, además de cumplir el rol de informante para la junta directiva.
Lejos de generar un mal ambiente en el vestuario por su imprevista llegada, Sotil fue bien acogido por sus amigos Juan Carlos Oblitas, Héctor Chumpitaz, Percy Rojas, entre otros más. Marcos Calderón, sorprendido por la incorporación tardía de Hugo, lo recibió en el entrenamiento como si fuera uno más del equipo.
Para el técnico que supo salir campeón con Universitario de Deportes, Alianza Lima y Sporting Cristal, la llegada de Sotil era la pieza clave para completar su esquema.
Marcos Calderón no dudó en ponerlo de titular y lo mandó al campo contra Colombia desde el inicio. Si en España se discutía su estado físico (se decía que tenía sobrepeso y por eso alternaba en el banquillo de suplentes), en Perú era considerado una avioneta con gasolina inagotable. Fue así que a los 25’ y tras cazar un rebote del arquero colombiano, Hugo Sotil ponía el 1-0 para el equipo peruano.
El marcador no se movió más después del gol del ‘Cholo’ y en consagración de su hazaña fue alzado en hombros. Las discusiones sobre el haber dejado de lado el país que lo vio nacer quedaban fuera de discusión alguna. La osadía que tuvo al dejar Barcelona para venir a jugar por su selección y darle la segunda Copa América al Perú, es una muestra de que el amor por nuestra patria nos lleva a realizar hechos impensados e increibles.