A falta de seis fechas para el cierre, el FC Barcelona empató a 2 contra el Celta de Vigo y pone en riesgo el título de liga. Por otro lado, el Celta continúa respirando aires de primera, pero el fantasma del descenso aún lo acosa.
El partido comenzaba con un buen planteamiento del Barcelona. Como ya es habitual en la escuadra ‘culé’, se prioriza el dominio del balón y crear espacios en ataque para encontrar el gol. Y así fue. Desde muy temprano en el partido las intenciones eran claras, ganar los tres puntos fuera de casa y no conceder ventajas a su máximo rival, el Real Madrid.
Transiciones rápidas y balones al espacio fueron las artimañas de los dirigidos por Quique Setién para poner en aprietos a la defensa rival. Durante el encuentro, dos jugadores muy jóvenes dieron muy buenas señales como casi todos los minutos que juegan. Riqui Puig, en el centro del campo, captó todos los reflectores cuando tocaba el balón, pues siempre estuvo muy atento, fino en el pase y entregado en sus obligaciones defensivas. A su vez, Ansu Fati, la joya de 17 años, estuvo siempre en la banda y cortaba al centro, muy rápido de piernas para superar a cualquier rival que osaba retarlo y siempre con la mira en el arco.
A estos juveniles los acompañaron dos grandes veteranos de la profesión: Leo Messi y Luis Suárez. El argentino, movedizo y siempre con la cabeza en alto para encontrar al mejor ubicado, asistió al nueve en el primer gol del partido. Fue en un tiro libre muy cerca al área, y como la zurda del rosarino pone en alerta a cualquiera, Rubio, el arquero del Celta, puso a todo el equipo a defender esa ocasión de gol. Sin embargo, la viveza del uruguayo para pasar desapercibido entre camisetas contrarias fue crucial para que Messi lo viera y coloque el esférico en la cabeza para celebrar el 0 a 1 en el marcador. Messi tuvo una gran ocasión para celebrar su gol número 700, pero desperdició el hueco en la defensa y mandó el balón fuera de los tres palos. En el primer tiempo el cuadro visitante fue el claro dominador, aunque las ocasiones del Celta iban a ser un aviso importante de lo que pasaría más adelante.
En el segundo tiempo, la historia fue otra. Ante el apuro por los puntos para distanciarse del descenso, la escuadra viguesa añadía dinamismo a su juego y balones directos a los delanteros para aprovechar cualquier despiste de los centrales del Barcelona. Nada más al comenzar, en el minuto 49, la pócima surtía efecto. Fiódor Smólov, con el número nueve en la espalda y el arco vacío, solo le bastó empujar la pelota tras el pase de Iago Aspas.
El protagonismo estaba dividido porque a pesar de que el Barcelona seguía al acecho con la posesión del balón, los locales jugaban a la contra y casi siempre encontraban mal parados a los del fondo. Insatisfecho con el resultado, Óscar García, entrenador del Celta de Vigo, ponía sobre el césped a Rafinha Alcántara, ex jugador ‘culé’, para añadir control de balón junto a Denis Suárez, que también vistió la mica blaugrana.
En el minuto 64 de juego, otra vez la dupla sudamericana producía un adelanto en el marcador. Con Messi metiéndose al área y con un medio pase hacia Suárez, el delantero uruguayo dejó correr el balón un poco más la cuenta y encontró un mínimo espacio para patear el balón de punta y con la zurda. Y cuando ya casi se terminaba el encuentro, Rafinha, que entró muy eléctrico al partido, recibió una fina falta de Gerard Piqué en el minuto 88. El goleador español, Iago Aspas, fue el encargado de patear ese tiro libre que posteriormente le daría el empate para poder respirar tranquilos fuera de zona de descenso.
El FC Barcelona ha obtenido dos empates en sus últimos dos encuentros de visita. Y solo ha logrado conseguir los tres puntos fuera de casa en dos ocasiones de los últimos ocho partidos disputados.