Una año más, la Champions League nos ha regalado una estupenda liguilla en la que ha pasado, y puede pasar, de todo. De hecho, la última jornada aún depara muchas cosas por definirse. En ese sentido, en la lucha de los clubes por hacerse con un lugar en los octavos de final, surgen intrahistorias que hacen más emotivos los choques. Distintos trasfondos (de cada encuentro, clubes, jugadores o agentes ajenos) que representan muy bien la magia de la Copa de Europa.
Las historias detrás de cada batalla
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La guerra de la expansión: el consorcio ‘RB’ contra el ‘City Football Group’
Era septiembre del 2008 cuando el jeque Mansour bin Zayed Al-Nahyan, a través de su empresa, Abu Dhabi Group, se hacia con el control del entonces austero Manchester City. Esto con el objetivo de hacerlo grande a través de grandes inyecciones de dinero. Un año después, en Alemania, la empresa austriaca Red Bull adquirió el SSV Markranstadt, un club de quinta división, para transformarlo en el RB Leipzig como parte de su inversión deportiva: ya contaba con el Salzburgo (Austria) y el New York Red Bulls (Estados Unidos); ahora buscaban incursionar en la Bundesliga. Una extensión futbolística de marca en el globo en la que también buscarían incursionar desde Emiratos Árabes Unidos.
Más de una década después, el Abu Dhabi Group, ahora bajo el nombre de City Football Group, tenía bajo su control a nueve clubes más en cinco continentes: Melbourne City (Australia), Yokohama Marinos (Japón), Sichuan Jiuniu (China), Mumbai City (India), Girona (España), Lommel (Bélgica), Troyes (Francia), Montevideo City Torque (Uruguay) y New York City (Estados Unidos). En ese tiempo, Red Bull solo adquirió dos propiedades más: Red Bull Ghana -que se degradó al poco tiempo como academia- y Red Bull Bragantino (reciente finalista de la Copa Sudamericana). Aunque, eso sí, la empresa de la bebida cuenta con equipos de béisbol o automóviles. Sin embargo, la verdadera pelea entre ambas entidades estará en el césped del Red Bull Arena, donde el Leipzig buscará sellar su pase a la Europa League contra un City ya clasificado.
Había una vez un tal Llorente…
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En marzo de 2020, Marcos Llorente llevaría al éxtasis al Atlético de Madrid y al planeta fútbol. En lo que acabó siendo el último partido de la Champions League antes de iniciarse la contingencia, el reconvertido volante silenció Anfield en una de las más grandes noches recordadas en el torneo. Sus dos goles permitieron que el nada favorito equipo de Simeone deje en el camino al Liverpool, vigente campeón entonces, con suma epicidad. Y, aunque suene extraño, en su linaje se encuentra la capacidad de exhibir actuaciones heroicas. Hay que remontarnos a Oporto en 1987 para entenderlo mejor.
En la antigua Copa de Europa, el Real Madrid perdía 1-0 contra el Porto, también defensor de la ‘Orejona’, y con eso veía que su 2-1 de la ida era invalidado. Con los ‘blancos’ fuera, Paco Llorente, papá de Marcos, saltó al campo y destrabó el encuentro. Un doblete suyo -de asistencias- desató la remontada española; tal y como haría su retoño 33 años más tarde. Coincidencias del fútbol, el también nieto de Paco Gento, jugador más grande de la Champions, ahora se encuentra ante la misma obligación de su padre: ayudar al Atlético a no caer, por segunda vez, en la fase de grupos. Otro capítulo que el menor de los Llorente puede agregar a su álbum familiar al lograr la hazaña.
La pausa de Haaland
Sorprendentemente, el Borussia Dortmund no podrá continuar en la Champions League. El fracaso de los teutones, en ese sentido, se llevan por delante a un Erling Haaland que no pudo jugar los tres últimos partidos, los cuales acabaron con la debacle de su equipo. Sentenciado el conjunto de Marco Rose a la Europa League, el noruego ahora deberá posponer su idilio con la máxima competición europea (21 goles en 18 partidos) para tomarse un descanso en la segunda competición continental, donde aún no ha dejado huella. «Al mal tiempo, buena cara» podría ser la frase que necesite el artillero de ahora en adelante.
El ‘club de los 100’ abre sus puertas a Modric en el duelo más clásico
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De jugar el partido contra el Inter, la Champions League añadiría a Luka Modric como su miembro 43 en la lista de los jugadores con 100 partidos en la competición. Un selecto club al que, en la quinta jornada, se sumó Robert Lewandowski. Lo haría encima en uno de los partidos mas clásicos de la Copa de Europa. Y es que, tras el Bayern Múnich, el actual campeón italiano -que superó la fase grupos 10 años después- es el gran rival del Real Madrid en el torneo. Muchas idas y venidas han vivido ambos clubes en la Champions League, protagonizando grandes cruces siempre. Esta vez no será menos, ya que se juegan la primera plaza del grupo en otro duelo impactante en el Bernabéu.
¿Xavi quiere y no quiere ‘déjà vu’?
A inicios del siglo, el Barcelona defraudó -por ese tiempo era costumbre- en la Champions League de la manera más estrepitosa. Esto después de acabar tercero de su grupo y jugar la Copa UEFA (hoy Europa League). Por aquel tiempo, un joven Xavi se estaba haciendo un hueco en el primer equipo y vivió de primera mano la catástrofe culé. Ahora, 21 años después, y como primer entrenador, el canterano azulgrana querrá evitar por todas que el barcelonismo viva nuevamente esa terrible experiencia. Aunque, claro, para ello deberá vencer al potente Bayern Münich en un duelo con muchas incógnitas.
De lograrlo, por otro lado, no solo significaría que el Barcelona pueda apuntar su nombre nuevamente entre los 16 mejores de Europa, sino también algo mucho más grande. Hablamos de que, en los enfrentamientos (en todas las rondas: grupos, octavos, etc.) entre catalanes y bávaros en el certamen, el ganador siempre ha acabado por jugar la final. Lo sabe de misma mano Xavi, que levantó la última ‘Orejona’ de los españoles tras dejar a los campeones alemanes en el camino. Eso sí, sus pupilos deberán revertir o igualar el marcador en el Camp Nou para que la tradición esté a su favor. Buenos y malos recuerdos vuelan por su cabeza.
Una ‘Diosa’ acostumbrada al drama
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Apenas han pasado tres campañas desde su debut en la élite, pero la Atalanta empieza a colare entre los gigantes. Haciendo sufrir a los grandes (PSG, Liverpool o Real Madrid) está bien; no obstante, lo que define a los equipos top es levantarse ante las adversidades, y los lombardos saben de ello. En su estreno en la temporada 19-20, se convirtieron en el primer equipo en pasar a los octavos de final luego de sumar solo 1 punto en sus primeros cuatro partidos. Su victoria (0-3) contra el Shakhtar Donetsk terminó por sellar una gesta icónica en los anales del torneo.
Ello no sería suficiente para los de Gasperini, que pasaron por una situación no tan similar, mas sí igual de exigente, en la edición anterior. Los italianos viajaron a Ámsterdam con la necesidad de vencer a todo un Ájax para permanecer entre los mejores del viejo continente. Y lo consiguieron en una noche que quedó inscrita en su historia por lo épica que resultó. Ahora, por tercer año seguido, la ‘Dea’ se planta ante la misma misión, esta vez contra el Villarreal, para seguir flotando junto a la monarquía de Europa. Rememorando sus antecedentes, no sería raro que lo consiga.
Baile de plebeyos
Cuatro equipos buscan dos cupos a la ronda de dieciséis mejores. Esta situación no ocurría desde la temporada 2009-10, cuando Manchester United, CSKA Moscú, Besiktas y Wolfsburgo se jugaron su pase en la jornada final. Curiosamente, los ‘lobos’ se ven inmersos en la misma situación tras mas de diez años, aunque ahora junto a Lille, Sevilla y Salzburgo. Un grupo de nobles colados en la más grande categoría que ajustan sus cuentas para seguir sorprendiendo a los más grandes. Menos los andaluces, que son corona de ese grupo.
En esas, el Wolfsburgo y el Lille se juegan ambos su segundo pase a los octavos de final en su historia. Los alemanes aún recuerdan su memorable recorrido hasta los cuartos de final en la campaña 15-16, donde Cristiano Ronaldo les puso fin. Por su parte, los monarcas franceses están en la pole casi 14 años de su último acceso. Mientras, el Sevilla aspira por no quedar caer de nuevo a ‘su’ competición (Europa League) cuando busca engancharse a la élite para hacer crecer su jerarquía. Debe lograrlo contra un Salzburgo que busca ser el primer equipo austríaco en hacerse un hueco en la ronda de 16.
El Chelsea marca el lugar destinado a su sucesor
Actual poseedor de la corona, el Chelsea será el último equipo que pise San Petersburgo antes de la gran final del próximo año. Ya con su rival, el Zenit y ellos con su destino marcado, será curioso ver cómo se desenvuelven los ingleses en una Rusia donde vivieron su más triste derrota: perder su primera ‘Orejona’ ante el Manchester United en la tanda de penales en 2008. A lo mejor el vigente rey busca otro tipo de experiencia antes de plantarse en las rondas eliminatorias y poner su corona en juego. ¿Volverá a la ‘segunda capital de Rusia’ a sostener su trofeo? Veremos que le depara el destino a los ‘blues’.
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