Un 8 de diciembre de 1987, ocurrió lo que sería la tragedia más recordada del fútbol peruano. El avión de la Marina de Guerra del Perú, que transportaba a los jugadores y cuerpo técnico de Alianza Lima, junto con árbitros, hinchas y tripulantes, terminó por caerse en el mar de Ventanilla dejando sin vida a 43 personas. Solo sobrevivió el piloto, actualmente con paradero desconocido.
Los «potrillos» como eran llamados, por su juventud, habían sacado una victoria por 1-0 contra Deportivo Pucallpa. Gracias a ello, se encontraban punteros del torneo descentralizado. Lamentablemente, el regreso a Lima no se dio.
Fueron unos días intensos de búsqueda. Después de aproximadamente dos días, se encontraron los cuerpos, confirmando de esta manera, el fallecimiento de los pasajeros del Fokker F-27. No solo fue un duro golpe anímico para el club, sino también económico.
El campeonato de ese año terminó por suspenderse. Jugadores como Teófilo Cubillas, Cesar Cueto y José Velásquez volvieron del retiro y decidieron usar la camiseta blanquiazul una vez más. El equipo Chileno Colo Colo se solidarizó con el club y mandó a algunos de sus jugadores para que jueguen por Alianza.
No solo fue este el único equipo que mostró su apoyo. Su clásico y máximo rival de la historia, Universitario de Deportes, tuvo un gran gesto mostrando un cartel que decía «Alianza, amigo, la U esta contigo», al igual que cánticos de sus hinchas. Todo esto en un partido donde se enfrentaban ambas escuadras.
Hasta el día de hoy se recuerda al conjunto, quienes venían haciendo una gran campaña. Jugadores como José González, uno de los más emblemáticos de Alianza Lima y también tío de Paolo Guerrero. O Luis Antonio Escobar, que con apenas 15 años debutó en el primer equipo y marcó historia en el poco tiempo que defendió los colores blanquiazules, nunca serán olvidados.
Fuente fotográfica: Rpp