El congresista peruano Juan Carlos Lizarzaburu, del partido Fuerza Popular, fue suspendido por 120 días por comentarios sexistas, provocando indignación y debate en la sociedad peruana. La Comisión de Ética del Congreso aprobó la suspensión, aduciendo que el actuar del parlamentario viola las normas éticas de la institución.
Este incidente resalta la necesidad de un cambio cultural en la política peruana y plantea cuestiones sobre el ordenamiento jurídico del país. La ley 31155, promulgada en 2021, previene y sanciona el acoso contra las mujeres en la vida política, representando un paso importante hacia la protección de las mujeres y la promoción de un ambiente de respeto y equidad. Este texto fue escrito para recordar lo importante que es que todos trabajemos juntos para cambiar esta realidad en el país, promoviendo la igualdad y el respeto para todos, independientemente del género.
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Controversia
Lizarzaburu, conocido por su afiliación al partido Fuerza Popular, ha sido una figura prominente en la política peruana. Sin embargo, sus comentarios inapropiados hacia la parlamentaria Patricia Juárez han provocado una ola de indignación y han llevado a un intenso debate sobre la libertad de expresión y sus límites. La Comisión de Ética del Congreso aprobó la suspensión con 13 votos a favor, uno en contra y cero abstenciones, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre si los comentarios de Lizarzaburu constituyen una violación de las normas éticas del Congreso.
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Implicaciones legales y sociales
El ordenamiento jurídico peruano, que se basa en la Constitución, leyes, decretos, reglamentos, entre otros, tiene como objetivo regular el funcionamiento de la sociedad. En este marco, la suspensión de Lizarzaburu plantea varias cuestiones importantes.
En primer lugar, está la cuestión de si los comentarios de Lizarzaburu constituyen una violación de las normas éticas del Congreso. Según el informe de la Comisión de Ética, Lizarzaburu violó los artículos 2 y 4 del Código de Ética, que establecen que el congresista debe ejercer el cargo conforme al principio del respeto y el cuidado de la investidura parlamentaria.
En segundo lugar, está la cuestión de si la sanción impuesta a Lizarzaburu es proporcional a la gravedad de su conducta. La suspensión por 120 días sin goce de haber es una sanción severa. Sin embargo, es necesaria para enviar un mensaje claro de que el sexismo y la misoginia no tienen cabida en la política peruana.
En tercer lugar, está la cuestión de si la suspensión de Lizarzaburu es coherente con el ordenamiento jurídico peruano. El Perú es un estado unitario y descentralizado, con tres niveles de gobierno: central, regional y local. Cada uno de estos niveles tiene autonomía en los asuntos de su competencia y puede emitir normas jurídicas. En este caso, la Comisión de Ética del Congreso ha emitido una norma jurídica (la suspensión de Lizarzaburu) en el ejercicio de su competencia.
Finalmente, está la cuestión de cómo este incidente afectará a la política peruana en el futuro. La suspensión de Lizarzaburu podría ser un catalizador para un cambio cultural en el plano político, donde el sexismo y la misoginia son desafortunadamente comunes. También podría llevar a una mayor conciencia de los problemas de género en la política peruana, lo que podría conducir a políticas más inclusivas y equitativas.
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Un paso hacia la equidad y el respeto
En abril del año 2021, se promulgó la Ley 31155, que previene y sanciona el acoso contra las mujeres en la vida política. Esta ley busca visibilizar una problemática que aqueja a candidatas, militantes, funcionarias y autoridades a nivel nacional para evitar la violencia en cualquiera de sus formas. La normativa representa un paso importante hacia la protección de las mujeres en la política y la promoción de un ambiente de respeto y equidad.
Es imperativo que todos nos unamos para cambiar esta realidad que aqueja al Perú. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en la promoción del respeto y la igualdad de género. Ya sea votando por candidatos que promueven la igualdad de género, participando en debates políticos o simplemente tratando a todos con respeto y dignidad, podemos hacer una diferencia. Juntos, podemos crear un Perú donde todos sean tratados con igualdad y respeto, independientemente de su género.