Eran alrededor de las 11 de la mañana del último 25 de octubre cuando Jaime Carbajal se enteró de que su hija de 12 años se había caído del cuarto piso del colegio Saco Oliveros. «Un vecino se dio cuenta del accidente y alertó al colegio. Es una negligencia de la institución educativa porque no había ningún personal ni auxiliar en el pasadizo. ¿Cómo permiten que una niña llegue hasta el balcón del cuarto piso en pleno horario de clase?», criticó entre sollozos.
Luego confesó que la menor de edad siempre regresaba acongojada y fastidiada de la escuela, y cuando le preguntaba qué pasaba, la mozuela respondía que estaba cansada. También comentó que a veces no quería asistir a clases de Biología. Entonces comenzó a revisar el celular de la estudiante y se llevó la sorpresa de que sus compañeros se burlaban de su cuerpo, estatura y cabello. «La profesora sabía que los alumnos le hacían bullying a mi hija. Pero nunca se comunicó con nosotros. […] Solamente la docente le decía que las personas que le hacían bullying están peor que ella», sentenció.
Hasta la fecha, según el Sistema Especializado en la Atención de Casos de Violencia Escolar del Ministerio de Educación, se han registrado 7 621 casos de bullying en el Perú. La modalidad de abuso más recurrente en los colegios responde al bullying físico con 3 383 casos, seguido del psicológico (2 686) y sexual (1 552).
Para el psiquiatra Jorge Castro-Morales, las reacciones violentas y agresivas de los educandos «son una forma de canalizar la rabia que sufren sin que exista una causa aparente». Además, el especialista precisó que las conductas belicosas de los escolares suelen enmascarar situaciones de acoso escolar que no revelan al entorno familiar.
Situación médica de la víctima de bullying
La hija de Jaime Carbajal está en el área de Trauma Shock del hospital Guillermo Almenara. Llorando, el padre de familia solicitó la ayuda del Ministerio de Salud, pues no consigue una cama UCI para que los galenos realicen intervenciones quirúrgicas a la menor de edad que sufría de bullying en el colegio Saco Oliveros.
«Está a punto de morirse. Desde ayer está perdiendo sangre. Requiere múltiples cirugías. Porque tiene la columna fracturada y la pelvis destrozada. Su corazón está débil. Si tiene un paro cardíaco no podrá recibir reanimación cardiopulmonar», dijo apesadumbradamente.
LEE TAMBIÉN: Colegios de Cusco,Huancavelica y Pasco contarán con una infraestructura educativa peruana de alta calidad
El entorno escolar
En el Perú existe una ley que promueve la convivencia sin violencia en instituciones educativas. Dicha norma prohíbe el acoso escolar en cualquiera de sus modalidades. Sin embargo, siguen habiendo víctimas de bullying. Pues la expulsión de educandos sindicados como agresores contraviene la Ley 29719.
El psiquiatra Jorge Castro-Morales detalló que el docente juega un rol importante en el entorno escolar. A menudo, según el especialista, los pedagogos crean expectativas positivas o negativas de los estudiantes.
«Los estudiantes de altas expectativas suelen recibir muchos elogios y los de bajas expectativas, muchas críticas. Así, la motivación de estos últimos disminuye y se sienten discriminados respecto al resto de la clase», arguyó. Asimismo, dilucidó que una mala relación entre docentes y alumnos causaría ansiedad y depresión en los chicos. Para prevenir escenarios hostiles, el especialista recomienda reforzar las tutorías.
Por su parte, la psiquiatra Katherine Arias Gutiérrez comentó que el bullying perjudica el desarrollo integral de las víctimas. «En la etapa escolar, el niño ve afectada la autoestima, las habilidades sociales y el rendimiento académico. También se afecta la parte cognitiva, y al momento de llegar a la vida altura, no socializa ni puede trabajar de manera autónoma e independiente», explicó. Incluso comentó que el bullying puede acarrear ideas suicidas.
Entorno familiar
El entorno familiar influye en los estudiantes. «Una situación de maltrato del niño por parte de los padres contribuye a deteriorar la interacción familiar y el comportamiento del niño en otros entornos», puntualizó el psiquiatra Jorge Castro-Morales. Asimismo, el especialista dilucidó que, cuando los niños están expuestos a la violencia intrafamiliar, pueden ver el mundo «como si existieran dos papeles»: agresor y agredido.
«Un importante factor de riesgo de violencia familiar son las condiciones de pobreza y dificultades que de ella se derivan (hacinamiento, promiscuidad, abuso sexual, etc.), ya que esto aumenta el estrés entre los padres y los hijos, tensión que muchas veces es superior a su capacidad para afrontarlo», argumentó. Recomendó mejorar las condiciones de vida de familiares para prevenir acciones violentas.