Diligencia de más de cinco horas sin declaraciones a la prensa
La presidenta de la República, Dina Boluarte, se presentó el viernes 5 de abril ante la Fiscalía de la Nación para brindar su testimonio en relación con el caso conocido como Rolex. Acompañada por un fuerte contingente de seguridad, Boluarte llegó a la sede del Ministerio Público a las 8:18 a.m. para una cita programada para las 8:30 a.m. Lo que siguió fue una jornada prolongada, que se extendió hasta cerca de las 2:00 p.m., durante la cual se le interrogó sobre el presunto delito de enriquecimiento ilícito y omisión de declaraciones.
LEE TAMBIÉN: Incendio en edificio de Barranco: Daños materiales y un perrito fallecido
Solicitudes de adelanto de declaración y rechazo por la Fiscalía
Previamente, la mandataria había solicitado adelantar su declaración, argumentando la «turbulencia política» generada por el caso. Sin embargo, la Fiscalía rechazó esta petición, manteniendo la cita para el viernes 5 de abril, a las 8:30 a.m. Esta decisión alimentó la expectativa en torno al desarrollo de los acontecimientos.
Críticas y expectativas durante la diligencia
Durante el transcurso de la declaración, se observó un notable interés público, con diversos grupos manifestándose en las inmediaciones de la Fiscalía. Mientras simpatizantes de Boluarte se congregaron para expresar su apoyo, grupos opositores demandaron justicia y transparencia en el proceso. Esta polarización reflejó la magnitud del escrutinio hacia la figura presidencial y la importancia de una investigación imparcial.
LEE TAMBIÉN: Cancillería confirma que la visa para ciudadanos mexicanos será obligatoria
Respuestas de Boluarte y contradicciones
Tras la extensa diligencia, Boluarte ofreció mediante un mensaje a la nación, una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, intentando despejar las dudas surgidas durante la investigación. En un esfuerzo por justificar la posesión de los Rolex, afirmó haberlos recibido como préstamo de un amigo cercano, Wilfredo Oscorima, a quien refirió como su «wayki». Sin embargo, esta explicación plantea nuevas incógnitas, ya que no se ha encontrado evidencia documentada que respalde esta versión. Además, mientras Boluarte insiste en que las joyas que posee no son de marcas lujosas, como sugieren los investigadores, sino más bien de marcas accesibles como Unique, la disparidad entre sus afirmaciones y los hallazgos de la investigación profundiza el escepticismo público.
Estas discrepancias entre las explicaciones de Boluarte y la evidencia recopilada durante la investigación aumentan la desconfianza en su gestión. En un momento en que la transparencia y la rendición de cuentas son esenciales, es imperativo que los líderes gubernamentales se sometan a un escrutinio riguroso y demuestren un compromiso inequívoco con la integridad y la legalidad.
La integridad en entredicho
La gestión de Boluarte ante este caso plantea serias interrogantes sobre la transparencia y la integridad en el ejercicio del poder. Su reluctancia inicial para cooperar plenamente con la investigación y las contradicciones en sus declaraciones socavan la confianza pública en su liderazgo. En un contexto donde la corrupción y el abuso de poder son preocupaciones persistentes, es fundamental que las autoridades, incluida la máxima representante del país, sean escrutadas con rigor y que rindan cuentas de manera transparente y responsable.