Al sureste de nuestro país, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional del Manu, Ruthmery Pillco y Andrew Whitworth pasaron los últimos tres años para estudiar el ciclo vital del oso andino, especie en peligro de extinción. Los investigadores, como parte de una expedición amazónica de National Geographic en conjunto con Rolex Perpetual Planet, utilizaron una de las tecnologías más innovadoras para este tipo de seguimientos en animales: cámaras con collar. Recientemente, la revista Ecology and Evolution publicó los hallazgos obtenidos, donde se evidencian muchos comportamientos antes no documentados sobre la única especie de oso de Sudamérica.
Revista Sociedad conversó con Ruthmery Pillco, quien además es ecóloga peruana de fauna Silvestre, para conocer más detalles y conclusiones con respecto a la ardua y particular investigación.
“Fue un proceso bastante largo, especialmente, con el uso de las tecnologías. El oso andino es una de las especies de oso menos estudiadas en comparación con sus primos: los osos pardos, negros, pandas. Una de las razones por las que no se había avanzado tanto es por la zona donde viven, pues son lugares difícil de acceder y muy accidentados. Justamente por ello empezamos a indagar más y, con la tecnología de collares satelitales, hemos aprendido más de cerca sus movimientos”, enfatizó.
Las imágenes de las cámaras de los collares hicieron notar una gran cantidad de datos novedosos, entre ellos:
- · Los osos andinos interactúan dentro de su especie fuera del apareamiento o la crianza de los hijos. También interactúan en pareja, jugando, cortejándose o durmiendo juntos.
- · Los osos andinos consumen más de 21 especies diferentes de plantas, siendo la cecropia una de las más importantes.
- · Los primeros incidentes registrados de osos andinos apareándose en la copa de los árboles.
- · El primer caso registrado de osos andinos que hacen geofagia, el consumo de tierra o arcilla.
- · El segundo caso registrado de cualquier especie de oso que se alimenta de un primate no humano.
“Hemos descubierto que uno de nuestros osos usa un área de 300 km², un espacio bastante grande, y nos llama la atención porque estos animales utilizan el Parque Nacional del Manú, un área de conservación regional y hasta cinco comunidades. Esto es un llamado para el trabajo conjunto del Gobierno, organizaciones locales y las comunidades en el tema de la conservación, pues una de las principales amenazas del oso es la reducción del hábitat para que estas especies puedan vivir”, comentó la exploradora de National Geographic.
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En esa línea, también resalta el papel activo que debería tener el Perú para poder impulsar el uso de estas herramientas tecnológicas y su expansión al sector universitario en búsqueda de la fomentación de investigaciones sobre más especies.
“Creo que también es una reflexión a nivel de Perú para que empecemos a usar estas tecnologías, y también un llamado al gobierno para que facilite este tipo de estudios. Fue un verdadero reto importar estos collares, porque son nuevos, nadie los había utilizado en el Perú. Esto es una invocación también a las universidades, para que puedan usar estas tecnologías para ver otras especies aparte del oso andino que son amenazadas”, apuntó.