El Domingo 3 de abril de 1983 a las 8 de la mañana, en el distrito de Santiago de Lucanamarca en Ayacucho, 70 miembros del grupo terrorista Sendero Luminoso iniciaron un ataque con hachas, machetes y cuchillos a cinco poblados (Yanaccollpa, Ataccara, Llacchua, Muylacruz y Lucanamarca). En total, asesinaron a 69 peruanos y peruanas, entre los que se encontraban menores de edad, niños y mujeres en estado de gestación.
Los hombres de sendero
De acuerdo con la Comisión de la Verdad y Reconciliación, la columna senderista que atacó Lucanamarca estuvo integrada por aproximadamente 70 miembros “armados con hachas, machetes, cuchillos y armas de fuego”. Asimismo, menciona que el líder de esta columna terrorista fue Hildebrando Pérez Huarancca, un escritor, medianamente, conocido por su libro de cuentos “Los ilegítimos” (1980). Este miembro, probablemente, falleció a mediados de los 80 y no fue juzgado por la masacre.
Otro integrante fue Víctor Quispe Palomino, quien meses después dirigiría una matanza aún más grande en Soras, en la provincia ayacuchana de Sucre. Quispe Palomino, actualmente, está libre y comanda al Militarizado Partido Comunista del Perú, una guerrilla narcoterrorista en el VRAEM.
Los sobrevivientes de la masacre de Lucanamarca
La causa principal de este crimen fue la negativa de la comunidad a aceptar las normas impuestas por Sendero Luminoso en Ayacucho. La matanza de Lucanamarca se percibió como un mensaje para quienes no estuviesen dispuestos a someterse a las reglas de SL.
“Me capturaron y me llevaron a la plaza de armas y nos rociaron kerosene en la puerta de la iglesia, pero un llamado de los ‘sinchis’ (policías) nos salvó para huir
Epifanio Quispe, juez de paz de la comunidad en 1989
En Santiago de Lucanamarca, un poblado dedicado a la agricultura y la ganadería, habitan unas 2,600 personas cuyo idioma materno es el quechua, y que viven en viviendas de adobe y ladrillo. En su pequeña plaza de Armas se ha colocado un monumento en forma de pirámide con los nombres de las 69 víctimas de la matanza, incluidos 22 niños y 14 mujeres.
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El informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación
En el informe, se da cuenta de la crueldad del ataque que sufrió una comunidad que se protegía con armas rudimentarias, en rondas campesinas y Comités de Autodefensa. Ni los niños ni las mujeres se salvaron de las torturas que cometieron los senderistas. La operación del terror fue decidida y planificada por la Dirección Central de Sendero Luminoso bajo el mando de Abimael Guzmán, quien después declaró:
“Ahí fueron aniquilados más de 80, hubo exceso […] lo principal fue hacerles entender que éramos un hueso duro de roer, y que estábamos dispuestos a todo”, refirió sin remordimiento.
Abimael Guzmán
Además de Hildebrando Pérez Huarancca, la columna sendenrista estaba integrada por Víctor Quispe Palomino, René Carlos Tomayro Flores, Gilber Curitumay Allaucca, Raúl Allccahuamán Arones y Félix Quichua Echajaya.
Ellos incursionaron en el distrito de Santiago de Lucanamarca con el propósito de aniquilar a su población, con carácter de “sanción ejemplar” por haberse rebelado contra esa organización y haber colaborado con las fuerzas del orden en la lucha contra la subversión».
Por temor a represalias, los familiares sólo denunciaron formalmente el hecho 18 años después, en el 2001, ante funcionarios de una Comisión de la Verdad y Reconciliación que investigó el conflicto interno peruano (1980-2000).
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