Actualmente, la educación inicial es el primer nivel de la educación básica regular y ésta se centra en niños menores de 6 años. Además, se divide en dos etapas: «la primera es para niños “menores de tres años” y la segunda para niños entre “tres y cinco años”».
- En la primera etapa (0-3 años) encontramos la estimulación temprana. Acá el niño aprende a través de todos los sentidos y también de la manipulación que tiene con el objeto por su tacto y olfato. Su pensamiento es concreto, más no abstracto.
- En la segunda etapa (3-5 años) se centra en actividades para la prelectura y preescritura, para trabajar la psicomotricidad fina y gruesa; al igual que las relaciones sociales con otros niños de su edad; de tal forma, estará listo para ingresar a primer grado preparado y con sólidos conocimientos.
La importancia de dicha división radica en que permite el reconocimiento de un desarrollo armonioso e integral que posteriormente deriva en aprendizajes.
Asimismo, las experiencias obtenidas en base a los factores genéticos y ambientales -por lo que necesitan espacios saludables, seguros y ordenados para un mejor desenvolvimiento- tienen gran influencia en el desarrollo y manejo de habilidades cognitivas, emocionales y sociales.
Al respecto, Diario El Gobierno se contactó con María Fernanda Coli, directora del Nido Festini y magíster en neuropsicología y educación.
¿La familia influye directamente en el desarrollo del niño?
Definitivamente, el primer lazo es de los padres con el hijo porque un niño vinculado demuestra que es seguro, tiene mayor capacidad de descubrir otras habilidades e integrarse socialmente.
El niño que no posee un apego positivo con sus padres, lo más probable es que demuestre mayor inseguridad y dificultad de adaptación tanto en el nido como su entorno social.
Sin embargo, los niños pueden revincularse con algún familiar, cuidador o profesor; de esa manera, entienden y aprenden cómo son las relaciones interpersonales.
¿Cómo se ha desarrollado la etapa preescolar durante la pandemia?
Los niños están en una era tecnológica y durante la pandemia -como colegio- nos hemos visto en la obligación de insertar aparatos que faciliten las clases y la comunicación entre ellos porque es el único medio por el que pueden interactuar.
Cabe recalcar que sí es bueno medir y segmentar en qué momentos serán utilizados. De lo contrario, podría ocasionar que se sientan agobiados y adopten una posición sedentarista desde pequeños. Yo recomiendo no utilizar el celular, la televisión, la tablet y entre más aparatos electrónicos por la noche.
¿Cómo el docente puede llegar al niño sin ser rechazado?
En el nido, los profesores tienen que tener la flexibilidad de adaptarse con sus pensamientos y rutinas; ya que si en presencial las actividades se realizaban en grupo, ahora la mayoría son por medio de la virtualidad con tareas individuales. Adicionalmente, requiere el doble de esfuerzo del docente para que el material sea de impacto y entretenido para el alumno; es decir, debe ser más lúdico y corto.
Observo muy a menudo que los niños están siendo muy demandantes durante las clases virtuales porque quieren intervenir constantemente. Esto demuestra algo positivo en las habilidades blandas, como: la escucha activa, el tener que respetar el turno, esperar al otro y la comunicación asertiva.
Por mi parte, recomiendo que los salones deben ser reducidos; al igual que rotar al alumnado para que socialice con otros niños de su grado.