En una esperada «reunión bilateral» que no llegó a concretarse, la presidente de Perú, Dina Boluarte, y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sólo sostuvieron un breve diálogo el viernes 3 de noviembre. Esta situación ha generado críticas y demandas de explicaciones por parte de congresistas de diversas bancadas, quienes calificaron el hecho como una «burla» al país.
La Cancillería emitió un comunicado en el que informó que la reunión programada no pudo llevarse a cabo debido a limitaciones de tiempo. Sin embargo, destacó que ambos líderes conversaron sobre temas de interés mutuo, como la migración y la lucha contra el narcotráfico. Posteriormente, caminaron juntos hacia el auditorio de la Casa Blanca, donde se llevó a cabo la Cumbre APEP (Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica).
Esta inusual situación ha dejado a muchos con interrogantes sobre el motivo detrás de la cancelación de la reunión bilateral. Asimismo, ha llevado al presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Alejandro Aguinaga, a considerar citar a la canciller Ana Gervasi para que explique lo sucedido. El breve encuentro entre los líderes de Perú y Estados Unidos ha suscitado debate y análisis sobre su impacto en las relaciones bilaterales y los asuntos de interés compartido.
Reacciones desde el congreso
Varios legisladores han exigido respuestas y aclaraciones sobre diversos aspectos de este controvertido viaje:
El primer vicepresidente del Congreso, Arturo Alegría, fue uno de los primeros en alzar la voz. Esto al solicitar a la canciller Ana Gervasi que rinda cuentas al país y responda a las preguntas planteadas en una misiva. La falta de claridad en torno a la cancelada «reunión bilateral» con el presidente estadounidense, Joe Biden, ha generado interrogantes. Los legisladores consideran que todo ello debe ser aclarado de manera transparente.
La congresista Norma Yarrow, perteneciente a Avanza País, se sumó a esta demanda de explicaciones. Ella instó al primer ministro, Alberto Otarola, a brindar claridad sobre el asunto. Asimismo, Patricia Chirinos, también de Avanza País, solicitó explicaciones a la canciller Gervasi en relación con la no realización de la reunión con Biden. Ello ha aumentado la inquietud en el Congreso.
La bancada de Fuerza Popular, por su parte, está trabajando en una moción para invitar a la canciller Ana Gervasi a comparecer ante el pleno del Congreso y abordar la cuestión de la fallida reunión bilateral entre Dina Boluarte y el presidente Biden.
En conjunto, estas acciones y demandas reflejan preocupación en el Congreso. Esto debido a la opacidad y la falta de claridad que rodea a la gira de la presidenta Boluarte en Estados Unidos. Los legisladores están buscando respuestas y una explicación adecuada para disipar las dudas que han surgido en torno a este controvertido viaje y su impacto en la reputación de Perú a nivel internacional.
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Desconexion Nacional
La actual situación pone de manifiesto que la presidenta Dina Boluarte se encuentra en una gira por Estados Unidos que plantea serias dudas sobre su justificación. Además, revela una profunda desconexión con la realidad en el pais. Un ejemplo de esto se evidenció durante su participación en el Foro de Inversión Responsable organizado por el Banco Interamericano de Desarrollo. En él, afirmó que «el Perú ahora es un país en calma y en paz». Esta es una afirmación gravemente desacertada dadas las circunstancias actuales.
Esto plantea la interrogante de si la presidenta Boluarte está verdaderamente al tanto de lo que ocurre en las calles de su propio país. País en donde grupos criminales amenazan con abrir fuego contra ciudadanos de una nacionalidad específica, y donde las autoridades locales están solicitando declarar estados de emergencia (indebidamente fundamentados y sin plan de accion especifico) debido a la inseguridad y la violencia que persisten.
El estado de emergencia focalizado parece carecer de una solución inmediata para estos actos de «justicia popular» teñidos de xenofobia. Además, la reacción de las autoridades es confusa. La violencia diaria es tan variada y preocupante que, en algunos casos, como el homicidio en un restaurante en Miraflores, se recibe con un alivio relativo al no estar relacionado con una disputa territorial entre mafias, sino más bien con un posible caso de feminicidio o incluso un accidente. Las fuerzas de seguridad y el Ministerio del Interior parecen estar abrumados. Además, la respuesta del Ejecutivo, liderado de manera remota, no parece estar a la altura de la gravedad del problema. A pesar de las promesas del ministro Vicente Romero, la ansiedad y el escepticismo persisten en torno a la prontitud de resultados efectivos.
La violencia se ha extendido geográficamente y la tenencia de armas es cada vez más común. Asimismo, existe un componente migrante que requiere respuestas integrales y la cooperación de múltiples sectores. Desafortunadamente, no se percibe un liderazgo coordinado y eficaz por parte del Ejecutivo para impulsar una respuesta adecuada a esta problemática.
El incidente con la denominada «reunión bilateral» con el presidente estadounidense Joe Biden también resulta altamente problemático. Parece más un intento premeditado de engañar al público y a su propio Congreso, en lugar de un simple desliz.
Este tipo de maniobras erosionan la confianza en la administración de Boluarte y plantean serias dudas sobre su transparencia y honestidad.
La utilización de una supuesta cumbre con el presidente estadounidense como argumento para obtener la autorización del Congreso y el respaldo del jefe del Gabinete, Alberto Otárola, es profundamente problemática. Como resultado, varios parlamentarios han exigido explicaciones y algunos incluso han solicitado la renuncia de la canciller Ana Cecilia Gervasi.
En resumen, la presidenta Boluarte no solo ha fallado en mantener una reunión bilateral con su homólogo estadounidense, sino que también ha demostrado una preocupante falta de honestidad y compromiso con la verdad. Esto no solo socava su credibilidad, sino que también proyecta una imagen preocupante de su liderazgo en un momento en que se requiere estabilidad y transparencia en el país.