La candidata presidencial de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, ha experimentado un leve repunte de popularidad en la intención de voto; de acuerdo al último informe de opinión del Instituto de Estudios Peruanos (IEP). Sin embargo, la encuesta también apunta al nivel de rechazo que registra la hija del ex presidente Alberto Fujimori. Solo entre los cinco primeros candidatos que encabezan la encuesta, Fujimori alcanza niveles de rechazo mayores al 8%.
Los candidatos Yohny Lescano (Acción Popular), Verónika Mendoza (Juntos por el Perú) y Geroge Forsyth (Victoria Nacional) encabezan la encuesta del IEP, respectivamente. Entre estos líderes, Keiko recibe los mayores niveles de rechazo por parte del electorado. De los potenciales votantes de Acción Popular, el 14.1% señala que no votaría por Fujimori; de Juntos por el Perú, el 11.2%; mientras que el 10.8% de potenciales votantes de Victoria Nacional tampoco la apoyaría en los comicios de abril.
La desaprobación a nivel geográfico
Si dividieramos el mapa, Perú urbano registra el mayor nivel de desaprobación (56%). Sigue Lima Metropolitana con un 54% y Perú rural con un 52%. Así también, la zona sur del país -donde candidatos como Rafael López Aliaga (Renovación Popular) y Yonhy Lescano (Acción Popular) han ganado popularidad- señala, con un 64%, que no votaría definitivamente por la candidata de Fuerza Popular. El centro del país responde con un 60% y el norte con un 49%.
A diferencia de los comicios electorales del 2016, donde Fujimori llegó a una segunda vuelta con el ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, Fuerza Popular no se perfila como una de las agrupaciones políticas llamadas a ser protagonistas el once de abril. El descenso de popularidad y el crecimiento de su rechazo puede responder a los procesos penales a los que Keiko Fujimori ha estado sometida, además de que Fuerza Popular no ha logrado llegar al poder en 2011 y 2016. El rechazo puede leerse como una migración de los votantes de Fuerza Popular hacia otros partidos políticos, con nuevos ideales y un plan de gobierno potenciado.