El Golpe de Estado es un hecho que está presente de manera continua durante nuestra era republicana. Siendo Castillo el último en intentar esta acción y fracasando en el proceso, esta situación nos hace mirar al pasado, recordando aquellas veces que la presidencia de la República fue tomada mediante insurgencia.
El Perú, en los últimos tiempos, se caracteriza por sus prolongados periodos de inestabilidad política. En tan solo seis años tuvimos seis presidentes distintos. Empezando por PPK en el 2016, desde ahí el país pasó por cierres del Congreso, vacancias presidenciales y ahora un golpe fallido, perpetrado por Pedro Castillo.
Un golpe de Estado siempre deja consecuencias nefastas para una democracia liberal como la nuestra. Por eso es importante recordar la historia y no olvidar aquellas aventuras golpistas y el daño que le hicieron al Perú. Para esta nota, hemos compilado los episodios golpistas más recordados de nuestra historia.
Golpes de Estado más recordados
El Perú en total tuvo un aproximado de 14 Golpes de Estado hechos de manera exitosa. Asimismo, durante los años 1821 hasta 1845 hubo un total de 56 gobiernos y hasta 6 constituciones diferentes.
Hablar de todos los movimientos de insurgencias y golpe de Estado en el Perú es un tema que podría dar para un libro de investigación dedicado al tema, por eso solo se recordarán las más conocidas.
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Motín de Balconcillo de 1823
En el año 1823, se registró el primer golpe de Estado en la historia del Perú. Esta se denominó el Motín de Balconcillo, suceso que también dio inicio al caudillaje militar.
Durante este proceso, se tuvo como objetivo derrocar a la entonces Junta Gubernativa del Perú. El alzamiento de los militares en Lima resultó exitoso, llevando al poder a José de la Riva Agüero, quien sería el primer jefe de Estado del Perú en ostentar el título de presidente de la República.
Golpe de Estado de 1919 – «El Oncenio de Leguía»
Nos remontamos al siglo XX. Durante las elecciones presidenciales de aquel año, Augusto B. Leguía había ganado las elecciones al vencer al civilista Ántero Aspíllaga, político que gozaba del apoyo del presidente José Pardo y Barreda.
Sin embargo, el número de votos inválidos era alto, representando el peligro de anulación de dichos comicios. Por tal motivo, Leguía, sus partidarios y la guarnición militar de Lima, un 4 de julio del mismo año, realizarían un golpe de Estado.
El hecho hizo que se instaurara la dictadura denominada “el oncenio de Leguía”, que finalizaría en 1930 con otro golpe de Estado que sería perpetrado por Luis Miguel Sánchez Cerro.
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Golpe de Estado de 1948 – «El Ochenio de Odría»
Corría el año 1948, cuando el general Manuel Odría insistió en declarar ilegal al Partido Aprista Peruano. El presidente José Luis Bustamante y Rivero no accedió al pedido, haciendo que Odría acuse al mandatario de debilidad ante los pedidos promovidos por los “desórdenes” del APRA, un importante aliado del gobierno con bastante apoyo popular.
Este escenario motivó a que el general Odría inicie un levantamiento militar, recibiendo el respaldo de las Fuerzas Armadas e instaurando la “Revolución restauradora de Arequipa”, terminando con el presidente Bustamante exiliado.
Con el golpe de Estado realizado de manera exitosa, inició una de las dictaduras más cruentas de la historia del Perú, en gran parte por la persecución a los miembros del Partido Aprista y a todo opositor a su régimen. A este periodo se le denominó “el ochenio de Odría”, concluyendo en 1956 al convocar a elecciones generales.
Golpe de Estado de 1968 – Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas
En 1968, Juan Velazco Alvarado desató un golpe de Estado al entonces presidente Fernando Belaúnde Terry, a quien acusó de entreguista luego de firmar la famosa “Acta de Talara” como medida para resolver el problema de los yacimientos petrolíferos de la Brea y Pariñas.
Velasco Alvarado instauró el “Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas”, caracterizándose por la nacionalización económica agresiva a través de una reforma agraria, además de las expropiaciones a distintos medios de comunicación.
Su mandato duraría hasta 1975, concluyendo con un golpe de Estado (o “relevo”) perpetrado por Francisco Morales Bermúdez, en el conocido “Tacnazo”.
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Autogolpe de Estado de 1992 – “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional” de Alberto Fujimori
El 5 de Abril de 1992, el presidente Alberto Fujimori se dirigió a la nación anunciando que adoptaría una actitud de excepción con el objetivo de pacificar al país frente a la amenaza terrorista y la crisis económica que aquejaba al Perú de aquel entonces. Por tal motivo, anunció la disolución del Congreso, la reorganización del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y el Ministerio Público. En adición al cierre del Legislativo, dio a conocer sus primeras intenciones para convocar a un proceso constituyente que redactaría una nueva carta magna sometida a plebiscito.
La crisis económica y el accionar terrorista de grupos subversivos fueron usados como argumento justificador por Fujimori para clausurar el Congreso y por consiguiente, gobernar por decreto para combatir de manera más efectiva la crisis, además de recibir el respaldo de las Fuerzas Armadas. Este episodio dio inició al último gobierno de más larga duración ocurridos en el Perú, prolongándose hasta el año 2000.
El autodenominado “Gobierno de Emergencia y Reconstrucción Nacional” concluyó en teoría con la proclama de Fujimori como Presidente Constitucional por parte del recientemente electo Congreso Constituyente Democrático, el 6 de enero de 1993.
El intento de Golpe de Estado de 2022 – “Gobierno de Excepción” de Pedro Castillo
Tuvieron que pasar más de treinta años para volver a oír un anuncio de golpe de Estado. Si bien no se materializó,
Pedro Castillo intentó lo que anteriores presidentes a lo largo de la historia del país hicieron. La gran diferencia es que en esta oportunidad era más que claro que el jefe de Estado no gozaba del apoyo fundamental de las Fuerzas Armadas para lograr su cometido. A pocas horas de iniciar el debate sobre su posible vacancia del cargo, el profesor anunció un “gobierno de excepción”, aplicando en literal las mismas medidas que Alberto Fujimori anunció en 1992. Ninguna llegó a concretarse, y el ahora exjefe de Estado se encuentra vacado por rebelión, además de confrontar múltiples cargos por corrupción.
En esta última oportunidad, la democracia fue preservada, en gran parte, por la decisión de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional de no avalar el golpe.