En una dramática y sorprendente serie de eventos, Ecuador se encuentra sumido en una crisis de violencia sin precedentes, marcada por secuestros, atentados con coches bomba y una militarización de la capital. El presidente Daniel Noboa Azín, recién posicionado y con menos de un mes en el cargo, ha firmado un decreto declarando el estado de conflicto armado contra las bandas delincuenciales que han sumido al país en un estado de terror. La violencia alcanzó su punto álgido el martes nueve de enero del 2024, cuando incluso un canal de televisión fue secuestrado en vivo por delincuentes, llevando a la intervención de las fuerzas especiales de la policía.
Ecuador: De la calma a la tormenta
Hasta hace aproximadamente una década, Ecuador se destacaba en América Latina como un país relativamente tranquilo, una excepción en una región marcada por conflictos internos y problemas de narcotráfico. Sin embargo, la situación ha cambiado drásticamente, y los números actuales sitúan a Ecuador como el país más violento de la región, con una tasa de homicidios que supera a cualquier otro país latinoamericano.
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La base de Manta: Una pieza clave que se perdió
Durante la década del 2000, Ecuador mantenía niveles de violencia relativamente bajos, en parte gracias a la presencia de la base estadounidense en Manta. Esta base no solo servía para controlar el narcotráfico desde la costa del Pacífico, sino que también simbolizaba la cooperación entre Ecuador y Estados Unidos en la lucha contra el crimen transnacional. Sin embargo, la decisión del presidente Rafael Correa en 2009 de cerrar la base como parte de una política de soberanía nacional marcó un cambio significativo.
Correa y su enfoque en la seguridad ciudadana
Durante su presidencia (2007-2017), Rafael Correa implementó medidas que lograron reducir drásticamente la tasa de homicidios. Aumentó la presencia policial, dirigió políticas para reducir la pobreza y desigualdad, y adoptó una estrategia polémica de transformar pandillas en asociaciones pacíficas mediante acuerdos y legalización. Aunque exitosa en reducir la violencia, esta estrategia ha sido criticada por ser una bomba de tiempo.
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El giro de Moreno y sus consecuencias
La presidencia de Lenín Moreno, quien sucedió a Correa en 2017, marcó un cambio significativo en la política ecuatoriana. Moreno, que prometía ser, el Stalin de Lenin, un digno heredero y sucesor de sus políticas, pero sin embargo se alejó del modelo político y económico de Correa, y su enfoque en la seguridad fue cuestionado. La eliminación de pruebas del polígrafo y otros errores estratégicos crearon un vacío de poder, exacerbado por el crecimiento de la influencia de carteles mexicanos en el país.
La era de Guillermo Lazo: Incautaciones récord y corrupción rampante
Bajo la presidencia de Guillermo Lazo, iniciada en 2021, Ecuador vio niveles récord de incautaciones de droga, indicando la persistente presencia del narcotráfico. Sin embargo, la corrupción penetró diversas instituciones estatales, desde la Policía Nacional hasta la propia presidencia, evidenciando una falta de capacidad del Estado para enfrentar la creciente amenaza.
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Bandas delictivas: Alianzas y violencia desbordada
La escalada de violencia en Ecuador ha sido liderada por diversas bandas delictivas como Los choneros, chone Killers, lagartos, tigron y Los Lobos, que se han diversificado en actividades criminales más allá del narcotráfico. La infiltración de carteles mexicanos ha intensificado la violencia y el tráfico de drogas en el país, mientras que la corrupción y la falta de control estatal han debilitado los esfuerzos de seguridad.
¿Camino similar al conflicto armado colombiano?
Las similitudes entre la situación actual en Ecuador y el conflicto armado colombiano durante la época de Pablo Escobar son evidentes. Aunque los contextos son distintos, hay lecciones valiosas que Ecuador podría aprender de la experiencia colombiana. Sin embargo, la estrategia debe adaptarse a la realidad ecuatoriana para evitar violaciones de derechos humanos y desplazamientos masivos.
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El desafío de Noboa: ¿Es posible revertir la violencia en 18 meses?
El actual presidente, Daniel Noboa, enfrenta un desafío monumental. La rápida curva de violencia en tan corto tiempo requiere medidas efectivas y rápidas. Las decisiones que tome el joven líder Ecuatoriano, durante las siguientes semanas, medirá la capacidad de su gobierno para empezar el proceso de finiquitar la infiltración del crimen organizado en sus estructuras y la reconstrucción de la seguridad, para nuevo futuro para Ecuador .
Conclusiones: Raíces de una crisis profunda
La trágica realidad que enfrenta Ecuador en materia de seguridad es el resultado de una serie de decisiones políticas desacertadas a lo largo de las décadas. Desde la cerradura de la base de Manta hasta la polémica estrategia de Rafael Correa de legalizar pandillas, cada paso ha debilitado la seguridad del país. La falta de continuidad en las políticas de seguridad, evidenciada por el giro tumultuoso de Lenín Moreno y las incautaciones récord bajo Guillermo Lazo, ha dejado a Ecuador vulnerable y expuesto a la infiltración del crimen organizado.
Bajo la presidencia de Daniel Noboa, el país enfrenta una urgente encrucijada, y la sociedad merece respuestas y acciones inmediatas para restablecer la paz y la seguridad que alguna vez caracterizaron a esta nación. La reconstrucción debe abordar no solo los síntomas, sino también las causas fundamentales que han llevado a Ecuador a esta situación crítica en la que se encuentra hoy en día.