La economía peruana no logró recuperarse en agosto, registrando una disminución del 0,63% en la producción nacional. Esta caída se atribuyó, principalmente, a resultados desfavorables en sectores como Agricultura, Manufactura, Construcción, Transporte, Alojamiento, Telecomunicaciones y Finanzas.
El Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) divulgó estos datos en su informe técnico sobre la Producción Nacional publicado el día de ayer.
A pesar de este declive, hubo un parcial contrarresto gracias al crecimiento en sectores como Pesca, Minería, Energía, Comercio y Servicios Empresariales.
En términos acumulados, la economía peruana ha experimentado una contracción del 0,58% en los primeros ocho meses del año 2023. No obstante, en un análisis anualizado (de septiembre 2022 a agosto 2023), se observó un crecimiento del 0,25%.
Las más recientes evaluaciones de dos entidades públicas independientes confirman que la economía peruana está en una situación más frágil de lo anticipado. El Consejo Fiscal (CF) ha actualizado su informe de agosto con datos hasta septiembre sobre las proyecciones preliminares del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) para el período 2024-2027, presentadas por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). En su informe inicial, el CF consideró que la proyección de crecimiento del PBI para este año era demasiado optimista, llevando al MEF a ajustarla del 1.3% al 1.1%. Sin embargo, ahora el CF señala que la proyección para el 2024 aún tiene un sesgo optimista.
El MMM estima un crecimiento del 3% del PBI para el próximo año, basándose en varios supuestos, desde el efecto estadístico hasta una mejora en la demanda interna impulsada por el gasto privado, y una disminución de los conflictos sociales, entre otros. No obstante, el CF especifica que factores como el bajo nivel de ahorro privado pueden retrasar la recuperación del gasto privado respecto a lo planeado. También destaca riesgos como la persistente negatividad en las expectativas de los actores económicos, la posibilidad de nuevas paralizaciones mineras debido a conflictos sociales.
En un contexto altamente volátil, donde las incertidumbres a corto plazo superan a las certezas, es prudente realizar proyecciones basadas en supuestos cautelosos. Las predicciones optimistas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) cuestionan su credibilidad en este escenario. Por ejemplo, pronosticaron que la economía se reactivaría en el segundo semestre, pero el PBI de julio fue negativo. Además, la proyección de crecimiento del PBI para 2024 fue fundamental para calcular el Presupuesto Público correspondiente. Si esta proyección no se ajusta a la realidad, tampoco lo harán las cifras de ingresos tributarios y, por ende, del gasto público.
El Banco Central de Reserva (BCR) también evaluó la situación económica. Los indicadores adelantados y las expectativas económicas para septiembre mostraron un empeoramiento en comparación con el mes anterior. Se señaló que los impactos de los conflictos sociales y El Niño costero fueron mayores de lo esperado. Dado que las expectativas de inflación se mantienen estables, el BCR optó por reducir su tasa de interés por segundo mes consecutivo (actualmente en 7.25%). Esto hará que el crédito sea más accesible, lo que puede impulsar el consumo. Es posible que esta medida resulte más efectiva para fomentar la inversión de empresas y familias que los anuncios gubernamentales.
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Claves para Restaurar la Confianza Económica
En estos días, la confianza es difícil de construir y fácil de destruir, algo que se refleja en nuestra sociedad y en la forma en que nuestros líderes políticos erosionan la confianza ciudadana y económica, salvo algunas excepciones notables.
El pesimismo se ha arraigado no solo entre los ciudadanos, sino también entre los empresarios, profundizándose aún más. Consultoras de renombre, como Macroconsult y Phase Consultores, predicen una contracción económica en Perú para este año. Más allá de las cifras, hay consenso en que la actividad económica está en deterioro, y el próximo año se percibe como incierto, especialmente con la amenaza del fenómeno de El Niño.
La encuesta reciente de Datum Internacional revela que el 65% de los peruanos siente que el Gobierno de la presidenta Dina Boluarte no impulsa la inversión privada, un porcentaje mayor al registrado durante la presidencia de Pedro Castillo. Esto debería ser una llamada de atención para la actual gestión sobre cómo recuperar la confianza y estimular la inversión privada, vital para el crecimiento y desarrollo.
Es fundamental que el Gobierno actúe con humildad, reconociendo sus fallas y la insatisfactoria efectividad de medidas como los programas «Con Punche». Deben ir más allá de las cifras optimistas y demostrar acciones concretas para reconstruir la confianza, tanto en la ciudadanía como en los agentes económicos. Sin acciones creíbles, la credibilidad se desvanece.