Chile autorizó la aplicación de emergencia de la vacuna rusa Sputnik V en el marco de su estrategia para enfrentar la pandemia. Hasta el momento, el Gobierno del país sudamericano ha negociado la adquisición de entre tres y cuatro millones de dosis que deberían llegar durante el segundo semestre del año.
La vacunación en Chile
Antes de aceptar el uso del fármaco ruso, el Instituto de Salud Pública (ISP) ya había aprobado el uso de cinco inmunizantes. Las autoridades sanitarias permitieron la inoculación con las vacunas de Pfizer, Sinovac, AstraZeneca, CanSino y Janssen. Con estas autorizaciones, Chile ha importado más de 27 millones de dosis, de las cuales más de 24 millones ya han sido aplicadas.
Gracias a ello, el país latinoamericano ha sido uno de los que más rápido ha avanzado el proceso de inmunización en la región. Hasta el 18 de julio, el 70.8 % de la población chilena ya contaba con al menos una dosis de alguna vacuna contra el coronavirus.
Además, la posible necesidad de colocar una tercera dosis ha elevado la presión sobre los gobiernos para establecer nuevos convenios de adquisición de fármacos. Tomando ello en cuenta, es posible que la Sputnik V sea utilizada como una tercera inyección de refuerzo a los chilenos ya vacunados.
¿Qué se sabe de la Sputnik V?
Inicialmente, la efectividad de la vacuna estuvo en tela de juicio por su falta de aprobación por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y de la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos. Sin embargo, según la prestigiosa revista médica The Lancet, la Sputnik V tendría una eficacia superior al 90 %.
“Lo que se sabe es que hay publicaciones serias, en la revista The Lancet, por ejemplo, con un panel de control muy importante, que muestran que la vacuna produce una protección muy grande contra infección y contra muertes, del orden de 95 %, como si fuera Pfizer”.
Jaime Mañalich, exministro de salud de Chile
Debido a ello, y a las dificultades del mundo en desarrollo para adquirir inmunizantes producidos en occidente, casi 70 países han aprobado el uso de la alternativa rusa. Incluso, algunos países iniciarán la producción doméstica de estas vacunas. Solo en América Latina, Argentina y México ya firmaron contratos para embotellar las dosis en su territorio nacional.
El pasado 8 de junio, 400 000 dosis del componente 2 llegaron a Argentina, 81 850 del componente 1, y 300 litros del principio activo de la Sputnik V. Estos insumos fueron posteriormente entregados a Laboratorios Richmond, que iniciará la producción de 500 000 dosis semanales, las cuales podrían llegar a cinco millones al mes.
En México, a fines del mes de junio, arribó la sustancia activa del inmunizante. Con ello, el 5 de julio se completó el primer lote de prueba. Esta producción inicial ya fue enviada a Rusia y se espera que el laboratorio Birmex obtenga el visto bueno para iniciar la manufactura masiva del fármaco.