La presencia de empresas chinas en el sector energético de la capital peruana ha generado alerta en Estados Unidos, según informó el medio The Financial Times. El gigante asiático manejaría el 100 % del suministro eléctrico en Lima si se concreta la venta de activos de Enel a China Southern Power Grid.
En los últimos años, compañías chinas han comprado activos energéticos, mineros y portuarios en América Latina. Sin embargo, la magnitud de la inversión en Perú y su posición estratégica han causado especial preocupación.
Acuerdos previos
En abril de 2023, la empresa italiana Enel anunció la venta de su negocio eléctrico en Perú a la china China Southern Power Grid (CSGI) por cerca de $3.000 millones. Este acuerdo fue observado negativamente por el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi) de Perú, al considerar que tenía «potenciales efectos restrictivos a la competencia».
Y es que Luz del Sur, que abastece al sur de Lima, ya es propiedad de la empresa china Three Gorges Corporation, adquirida en 2020. De concretarse la venta de Enel a CSGI, se generaría una concentración del 100 % del mercado eléctrico de la capital peruana en manos chinas. Así lo advirtió en su momento la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) de Perú.
Un funcionario estadounidense citado por Financial Times señaló que el capital chino «ha adquirido electricidad, minería y otras compañías» en Perú.
Participación china
Además del sector energético, Estados Unidos también ha mostrado preocupación por la participación china en el megapuerto de Chancay, ubicado al norte de Lima. La empresa estatal china Cosco posee el 60 % de este proyecto mientras que la minera peruana Volcan tiene el 40 % restante.
El megapuerto, que se inaugurará el próximo año, ha sido promocionado por el gobierno peruano como un proyecto que convertirá al país en el hub portuario de Sudamérica. Pero Estados Unidos teme que la participación china pueda tener también fines militares.
De hecho, el embajador chino en Lima, Song Yang, ha manifestado que «China está apostando que Chancay se convierta en el Shanghái de Perú», lo que evidencia el interés del gigante asiático en esta estratégica obra de infraestructura peruana.
También cabe recordar que anteriormente Estados Unidos ha recomendado a países latinoamericanos establecer comités intergubernamentales para revisar inversiones extranjeras, en aras de proteger su soberanía y seguridad.
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Posibles efectos
En síntesis, se evidencia un intento de China por ejercer control e influencia geopolítica en la región. Queda por verse si el gobierno peruano finalmente aprueba la venta de activos de Enel y se concreta el dominio chino sobre la electricidad en Lima. Esto significaría que el suministro de energía de Lima dependería totalmente de la voluntad del régimen chino, aunque pueda sonar extremo pensarlo así.
Por ejemplo, si el gobierno peruano quisiera defender sus intereses nacionales frente a las inversiones chinas en otros sectores, como el minero o el portuario, podría enfrentarse a presiones o represalias por parte de China.
Por otro lado, China podría enfrentar sus propios problemas técnicos para abastecer en algunos casos y seríamos perjudicados por contar con un solo proveedor.
Estas inversiones chinas en la infraestructura crítica de Perú han generado preocupaciones entre expertos, analistas y funcionarios estadounidenses, que ven una amenaza para la seguridad y la soberanía nacional peruana.
Por ahora, el escenario evidencia la pugna entre las dos grandes potencias mundiales por ampliar su presencia e influencia en América Latina, una región con abundantes recursos naturales y ubicación estratégica. El gobierno peruano aún puede gestionar hábilmente esta situación para no quedar atrapado en la tensión geopolítica entre China y Estados Unidos.