En las últimas semanas, ha habido escasa asistencia presencial en las comisiones del Congreso del Perú, a pesar de que recientemente se planteó volver al 100% de presencialidad.
El 4 de abril de 2024, se anunció que los 130 congresistas de la República debían asistir al 100% de manera presencial a las sesiones plenarias del Parlamento. Esta decisión fue adoptada por mayoría en la Junta de Portavoces, a solicitud del congresista José Cueto del partido Renovación Popular.
Sin embargo, días después, el 9 de abril de 2024, la Junta de Portavoces del Congreso de Perú anunció que solo una sesión del pleno a la semana sería presencial. Se acordó que las sesiones del pleno serían semipresenciales los días miércoles y presenciales los días jueves, con excepciones previamente autorizadas. Además, se estableció que cuando se convoque a sesión del pleno del Congreso, las comisiones ordinarias, investigadoras y especiales no podrán programar sesiones.
Preocupación por la baja asistencia y falta de compromiso
La escasa asistencia presencial en las comisiones del Congreso ha generado preocupación y cuestionamientos sobre la efectividad de las decisiones tomadas y el compromiso de los congresistas con sus responsabilidades.
En numerosos casos, solo entre uno y tres legisladores asistieron físicamente, mientras que la mayoría se conectó de forma remota o simplemente no acudió. Las comisiones de Hambre Cero, Comercio Exterior y Turismo, Mujer y Familia, y la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales llegaron al extremo de sesionar únicamente con la presencia del presidente, con las sillas vacías a su alrededor. Esta situación refleja una actitud de desidia y falta de compromiso por parte de muchos congresistas, quienes parecen preferir la comodidad de participar remotamente en lugar de acudir presencialmente a cumplir con sus funciones legislativas.
En síntesis, en las últimas semanas se ha evidenciado un uso excesivo de la modalidad virtual por parte de los congresistas peruanos para asistir a las sesiones del pleno y de las comisiones, dejando las instalaciones del Congreso prácticamente vacías.
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Consecuencias del exceso de virtualidad
Un claro ejemplo es la última sesión de la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales, donde de los 17 congresistas que marcaron asistencia, solo Lady Camones, la presidenta de dicha subcomisión, estuvo presente físicamente. El resto de parlamentarios asistieron de forma remota o virtual.
Esta situación generó cuestionamientos, pues se había acordado que la asistencia a los plenos sería de forma presencial obligatoria. Sin embargo, solo una semana después, los legisladores se resistieron a dejar las facilidades de la virtualidad.
Finalmente, se llegó a un acuerdo intermedio donde los plenos del jueves serían presenciales obligatorios, mientras que los del miércoles serían semipresenciales, dejando la puerta abierta al uso de la modalidad remota.
Esta flexibilización de la presencialidad ha generado críticas, pues como señala José Cevasco, ex oficial mayor del Congreso, «una sesión vacía no produce nada» y los debates son más ricos cuando los parlamentarios están físicamente presentes, pudiendo ver los rostros y la euforia de los debates cara a cara.
Sesión de la Comisión de Ética suspendida por falta de quorum
Cabe recordar que el pasado 15 de abril se suspendió la sesión de la Comisión de Ética por falta de quorum. Se conoció que 8 legisladores pidieron licencia para ausentarse. Se tenía previsto evaluar el caso de Darwin Espinoza por uso indebido de recursos del Estado para la inscripción de su partido.
“No es posible que la Comisión de Ética Parlamentaria siendo la única del Congreso que sesiona presencialmente, no lo pueda hacer, por falta de quorum. Lamento este hecho y exhorto a sus miembros a participar con responsabilidad y velar por el cumplimiento del código de ética”, indicó Bazán en su cuenta oficial de X (antes Twitter).