Se ha convocado un paro nacional de los repartidores por aplicativo para el próximo 11 de marzo, lo que ha reanudado el debate sobre la verdadera naturaleza de la relación laboral entre los repartidores y las empresas digitales para las que prestan servicios. En su mayoría, los riders recurren a esta actividad como una fuente de ingresos temporales, sin aspirar a una carrera profesional en el reparto. Para muchos, las plataformas digitales son simplemente un medio para subsistir en un mercado laboral difícil de acceder. Es preocupante que alrededor de 145,000 personas reciban salarios por debajo del mínimo establecido, a pesar de trabajar más de 50 horas semanales según Fairwork Perú.
Cerca de 9 de cada 10 repartidores desconoce la naturaleza de su vínculo laboral, lo que evidencia una falta de claridad en las relaciones laborales entre los trabajadores y las empresas de aplicativos.
Los repartidores, que desempeñan un papel crucial en la cadena de suministro diario, reclaman que a menudo se ven confrontados con salarios bajos, largas jornadas laborales, la ausencia de beneficios sociales y riesgos relacionados con la seguridad vial. Desde una perspectiva legal, siempre ha estado la interrogante sobre el nivel de control y supervisión ejercido sobre los repartidores por parte de los aplicativos. A pesar de ser presentados como trabajadores independientes, su incapacidad para operar en la plataforma de manera autónoma y su dependencia directa sugieren que sus demandas por beneficios sociales, aparentemente, son legítimas.
¿Quiénes están al frente de los pedidos? Los riders
Los repartidores por aplicativo son individuos que, armados con bicicletas, motos o vehículos motorizados, se encargan de llevar a cabo la entrega de productos a domicilio en nombre de empresas de aplicativos como Rappi, PedidosYa, entre otras. Los repartidores representan una fuerza laboral diversa, compuesta por jóvenes en busca de flexibilidad laboral, trabajadores migrantes en búsqueda de ingresos adicionales y personas que encuentran en este tipo de empleo una opción viable en un mercado laboral cada vez más competitivo.
La importancia de su labor radica en la comodidad que ofrecen a los consumidores, permitiéndoles acceder a una amplia variedad de productos desde la comodidad de sus hogares u oficina. Sin embargo, a pesar de la importancia de su labor, los repartidores por aplicativo a menudo se enfrentan a condiciones laborales precarias. La falta de estabilidad laboral y la ausencia de protecciones legales adecuadas contribuyen a una sensación generalizada de inseguridad entre los riders.
Después de años de esfuerzo por parte de los repartidores de delivery que trabajan para empresas como Rappi y Pedidos, se formó el Sindicato Nacional de Trabajadores de Plataformas Digitales del Perú, inscrito formalmente en 2023. Su propósito fundamental es representar y defender los derechos laborales de los repartidores. La misión del sindicato abarca la lucha por condiciones laborales equitativas y seguras, que incluyen salarios justos, protección social y seguridad en el trabajo por parte de las empresas de aplicativos.
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Un día como repartidor: Ingresos y gastos
Hacia mediados de julio de 2023, un video para YouTube de Maicol Miranda reveló la experiencia de un repartidor de Rappi, quien logró obtener un total de 114.36 soles durante una jornada laboral de 8 horas. Sin embargo, una vez que se descontaron los gastos asociados, tales como el desgaste de la moto, el consumo de combustible y otros costos de mantenimiento, su ganancia neta se redujo drásticamente a aproximadamente 89 soles. Esto implica que, en promedio, ganó alrededor de 11.17 soles por cada hora trabajada en un día de alta demanda.
Asimismo, es importante tener en cuenta que los días de baja demanda pueden representar un desafío aún mayor para los repartidores. Durante estos períodos, los ingresos pueden disminuir drásticamente debido a la escasez de pedidos, lo que resulta en un promedio por hora trabajada aún más bajo. Los repartidores pueden encontrarse esperando largos períodos entre pedidos, lo que significa que períodos de tiempo perdidos sin generar ingresos. En tales casos, es posible que algunos riders no logren cubrir ni siquiera los gastos asociados con el mantenimiento de sus vehículos, lo que agrava aún más su precaria situación financiera.
¿Qué piden los repartidores?: Demandas laborales
Las demandas principales de los trabajadores del servicio de delivery incluyen el reconocimiento de derechos laborales básicos. Esto abarca desde la falta de una tarifa base establecida hasta problemas con pagos irregulares y la falta de respuesta de los aplicativos frente a accidentes de los riders. Además, exigen un pago justo por los kilómetros recorridos, que actualmente promedian S/ 0.70 por kilómetro, así como por el tiempo de espera en tiendas y en el punto de entrega en los hogares de los clientes. En la actualidad, muchos repartidores enfrentan situaciones injustas en las que no se les paga el recorrido completo o no se les compensa adecuadamente por el tiempo de espera, lo que impacta negativamente en sus ingresos y calidad de vida.
Asimismo, demandan protección ante cancelaciones y retornos a tienda. En la actualidad, si un pedido es cancelado por el cliente o debe ser devuelto a la tienda, los repartidores son responsabilizados por esta situación y se les hace cargar con el costo asociado, lo cual no es sostenible. Esta situación crea una carga financiera adicional para los trabajadores y afecta su capacidad para ganarse la vida de manera digna. Del mismo modo, respecto a la modalidad llamada «envíos económicos», que permite a los usuarios realizar 2 o 3 pedidos pagando únicamente el precio de uno, también perjudica a los riders.
Las precarias condiciones en las que trabajan ellos también han contribuido a intensificar la indignación. Muchos de ellos se ven obligados a laborar jornadas extenuantes de hasta 16 horas diarias, sin contar con seguro de salud ni garantías de seguridad. También se ha señalado que, a menudo, cuando los trabajadores reclaman, sus cuentas son bloqueadas y no tienen respaldo en los términos y condiciones de los contratos. Estas condiciones, combinadas con salarios insuficientes y la falta de transparencia en el pago de propinas, hacen que muchos trabajadores enfrenten una situación de vulnerabilidad económica y laboral.
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¿Cuál es la posición de los aplicativos Rappi y PedidosYa?
La posición de los aplicativos Rappi y PedidosYa frente a las demandas de los repartidores ha sido objeto de debate y crítica. Ambas empresas han implementado diversas medidas en respuesta a las preocupaciones planteadas por los trabajadores, pero la percepción general entre los repartidores es que estas acciones son insuficientes para abordar los problemas estructurales.
Por ejemplo, Rappi ha realizado ajustes en su plataforma, introduciendo cambios en las tarifas de entrega y en los incentivos ofrecidos a los repartidores. Asimismo, ha prometido mejoras en la comunicación con los trabajadores y en la transparencia de sus políticas laborales. Sin embargo, muchos repartidores siguen expresando insatisfacción con respecto a los salarios y las condiciones laborales.
Por otro lado, PedidosYa también ha tomado medidas para abordar algunas de las demandas de los repartidores, como la implementación de un sistema de propinas voluntarias para aumentar los ingresos de los trabajadores. Sin embargo, estas medidas han sido criticadas por ser insuficientes para resolver los problemas fundamentales relacionados con los salarios y la seguridad laboral.
Ausencia de una regulación específica para los repartidores por aplicativo
La ausencia de una regulación específica para el trabajo de repartidores por aplicativo es una preocupación central en este ámbito laboral. La falta de un marco legal claro deja a los repartidores vulnerables y sin protección, enfrentando condiciones precarias y careciendo de garantías laborales básicas como ingresos mínimos fijos mensuales y seguro de salud. Esta situación también dificulta la implementación de medidas para abordar las preocupaciones laborales de los repartidores, permitiendo a las empresas de aplicativos operar en un entorno regulatorio ambiguo y mantener prácticas laborales injustas sin consecuencias significativas.
Además, la ausencia de normatividad puede conducir a una competencia desleal entre las empresas de aplicativos, con algunas reduciendo costos laborales a expensas de los derechos de los riders. Esto podría desencadenar una carrera hacia el fondo en términos de salarios y condiciones laborales, empeorando aún más la situación. En última instancia, la falta de regulación clara y efectiva representa un obstáculo significativo en la lucha por condiciones laborales justas y seguras en el sector de reparto por aplicativo.
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Regulación comparada: Caso de Colombia y Argentina v. Perú
La comparación de los marcos regulatorios para los repartidores por aplicativo en Colombia y Argentina frente a Perú revela diferencias significativas. Mientras que Colombia y Argentina ha avanzado cierto reconocimiento y regulaciones específicas para este sector, Perú aún carece de un marco legal claro al respecto.
En Colombia, por ejemplo, la Unión de Trabajadores de Plataformas Digitales (Unidapp) y Rappi, con mediación del Ministerio de Trabajo de Colombia, han alcanzado acuerdos para mejorar el bienestar de más de 150,000 repartidores. Estos incluyen modificaciones en las notificaciones del proceso de recogida de órdenes, la exclusividad de las órdenes de ‘RappiFavor’, y la revisión de los sistemas que generan la inhabilitación de las cuentas de los repartidores. Aunque se establecieron la realización de reuniones mensuales entre el sindicato y la Defensoría del Repartidor, todavía quedan pendientes temas importantes como la negociación de una tarifa mínima garantizada, revisión de procesos de inhabilitación de cuentas y, temas de seguridad y salud en el trabajo.
En Argentina, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha impuesto multas significativas a las aplicaciones de delivery, como Rappi y PedidosYa, debido a la falta de pago de cargas sociales. La AFIP exige que los aproximadamente 300,000 repartidores que trabajan como monotributistas sean registrados como empleados en relación de dependencia, lo que ha generado una disputa entre las empresas de entrega y el gobierno. Varios fallos judiciales respaldan la posición de la AFIP, argumentando que los repartidores están sujetos a la organización y control de las empresas, lo que sugiere una relación laboral subyacente a pesar de su condición de autónomos.
En última instancia, el inminente paro de los repartidores por aplicativo, quienes gestionan un promedio de 30 pedidos diarios, tendrá un impacto significativo no solo en la economía de los repartidores, sino también en la experiencia de los consumidores. Más allá de sus demandas específicas, este movimiento busca entablar un diálogo con las empresas de aplicativos y las autoridades para abordar las condiciones que enfrentan como repartidores. Su determinación refleja un llamado urgente para garantizar condiciones justas y seguras en un sector crucial para la economía y la vida cotidiana de los peruanos.