Si algo ha caracterizado a Donald Trump desde que asumió el cargo de presidente, es su postura resuelta ante sus más arraigadas convicciones gubernamentales. En ese sentido, la controversia siempre ha estado presente, desde su confrontación con Huawei, la gigante compañía china de comunicaciones, hasta su más reciente e incisiva denuncia a la aplicación Tik Tok. Se trata de la plataforma digital más popular actualmente, la cual ha encontrado en la situación de crisis sanitaria una oportunidad para explotar la interactividad de sus servicios. Sin embargo, Bytedance, empresa que desarrolló dicha aplicación, se encuentra ante un conflicto geopolítico que involucra directamente al gobierno de China y al de Estados Unidos.
El mandatario estadounidense sorprendió a la comunidad de internautas por exigir la venta inmediata de Tik Tok, denunciando que el gobierno chino le da a un uso inadecuado e irresponsable a sus servicios. Ante ello, sostiene que se trata de un mecanismo de espionaje que atenta flagrantemente contra la intimidad y seguridad de los usuarios americanos. En consecuencia, las tensiones gubernamentales que rodean a ambos países parecen encontrarse en un punto de quiebre innegable. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, indicó que, efectivamente, la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional permitiría forzar la venta de la aplicación, bloquear su uso o congelar sus activos en el país.
De esta forma, el accionar de Donald Trump podría verse justificado y avalado legalmente, al considerarse que Tik Tok puede significar una “amenaza inusual y extraordinaria” contra la seguridad nacional y la economía de Estados Unidos. No obstante, es necesaria una rigurosidad desarraigada de componentes políticos que difuminen dichas denuncias. Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China rechazó de forma tajante dichas acusaciones y se opuso rotundamente a las órdenes ejecutivas. “China defenderá los derechos e intereses legítimos de sus empresas”, señaló Wang Wenbin, portavoz del ministerio, en una conferencia de prensa a medios locales e internacionales.
Las prohibiciones suponen una escalada significativa de Trump en su confrontación con Pekín, ya que EE. UU. pretende contrarrestar el poder de China en el ámbito de la tecnología global. A poco de las elecciones, Trump ha convertido su disputa ante China en un tema icónico de su campaña, en la que se enfrenta al candidato demócrata Joe Biden. Paul Triolo, responsable de política tecnológica global en Eurasia Group, afirmó para la agencia Bloomberg: “Es otro momento decisivo en la guerra fría tecnológica entre Estados Unidos y China, en la que el gobierno estadounidense se está centrando en la aplicación del momento y dice, esencialmente, que tiene problemas de seguridad nacional. Todo ello, muestra el nivel de preocupación que envuelve a Estados Unidos”.
Las disputas también recaen sobre las relaciones que rodean a Huawei, ya que la incursión de dicha compañía en la implementación del 5G en Europa podría debilitar las bases más sensibles de sus aliados. En consecuencia, el secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, sostiene: «Tenemos que despertar ante el desafío chino y su manipulación de las reglas del orden internacional, ya que el Partido Comunista chino avanza deprisa hacia una dirección incorrecta, con más represión interna, más prácticas económicas depredadoras y una postura militar más agresiva. La colaboración con Huawei hará vulnerables los sistemas estratégicos de nuestros aliados a ataques, manipulación y espionaje. Si no comprendemos y hacemos algo al respecto, al final la OTAN, la alianza militar más exitosa de la historia, se verá comprometida».
Por su parte, el secretario de Estado, Mike Pompeo, aseguró que Huawei es «el caballo de Troya de China» en las campañas de desinformación que condicionan los procesos electorales occidentales. Las advertencias se intensifican con el transcurrir de los días y la disputa constante desemboca, como hoy lo vemos, en servicios que conforman la cotidianidad de los americanos. China considera que el conjunto de medidas son parte de una “represión política” y actualmente se encuentra elaborando un descargo legal que esclarezca la totalidad de los hechos. La venta forzada de Tik Tok y el enfrentamiento con Huawei a causa de la tecnología 5G y sus supuestos mecanismos “ilegales” o “terroristas” envuelven gradualmente a China y Estados Unidos en una aguda postura comercial que genera incertidumbre en el absoluto panorama mundial.
¿Se trata de una manifestación autoritaria infundada o de un sobresfuerzo por resguardar la integridad de los estadounidenses? Lo cierto es que la opinión pública, bombardeada mediáticamente por los grandes medios y plataformas digitales, cede fácilmente ante la desinformación. Aun así, los resultados tangibles de dicha confrontación geopolítica serán visibles con el transcurrir del tiempo, al igual que el destino de la aplicación más famosa actualmente. Sin embargo, eso no configura ningún impedimento para que continúen surgiendo nuevos cruces entre China y Estados Unidos en la lucha por la dominación del mercado global.