La economía peruana ha entrado oficialmente en recesión técnica, registrando una caída de su Producto Bruto Interno (PBI) por dos trimestres consecutivos durante 2023, según informó el Banco Central de Reserva del Perú. Abordaremos los principales factores que explican este retroceso.
Desde hace unos años, el país ha vivido una creciente inestabilidad, con el gobierno de Castillo, su golpe de estado fallido en diciembre de 2022, las protestas contra su sucesora Dina Boluarte y la sensación de ingobernabilidad. A esto se ha agregado el continuo impacto de la pandemia, con sucesivas olas que han afectado duramente a sectores clave como el turismo y los servicios, así como los desastres naturales como el ciclón Yaku y el Fenómeno de El Niño.
Inestabilidad económica en el gobierno de Castillo
El gobierno de Pedro Castillo enfrentó desafíos económicos significativos, incluyendo la necesidad de recuperar la confianza tras la inestabilidad política y la caída económica por la pandemia en 2020. También tenía que abordar el aumento de la pobreza durante la pandemia. Sin embargo, su gestión careció de medidas efectivas y se vio limitada por la corrupción, sin ofrecer una visión clara para la crisis.
La incertidumbre en los mercados se generó debido a la tardía juramentación de Pedro Francke como ministro de Economía el 30 de julio de 2021. La corrupción representó un problema significativo en 2021, con pérdidas de más de S/24 mil millones por corrupción en la administración pública, lo que equivale al 14% del presupuesto. Además, el expresidente Pedro Castillo enfrenta numerosas investigaciones fiscales por corrupción.
Por otro lado, los frecuentes cambios en el gabinete ministerial afectaron la confianza de los inversores y la estabilidad económica del país.
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Inflación en 2022
La alta inflación del año pasado reflejó las complejas coyunturas económicas y políticas del país. En 2022, la inflación en Perú llegó al 8.46%, más del doble de la meta del Banco Central del 3%. Fue la tasa más alta en 26 años y afectó principalmente a alimentos, transporte y restaurantes, impactando negativamente en el bolsillo de los ciudadanos.
Esta inflación se debió a la inestabilidad política, cambios de gabinete y la vacancia presidencial, que dificultaron la gestión económica. Además, eventos como El Niño afectaron la producción agrícola. El Banco Central respondió elevando las tasas de interés, pero los conflictos sociales y bloqueos de carreteras complicaron la situación.
Las estrictas condiciones crediticias limitaron el gasto de los hogares, especialmente en agro, pesca y turismo. Esto, junto con la contracción económica, afectó la recaudación tributaria y el déficit fiscal del gobierno se elevó debido a medidas como la baja temporal del IGV a restaurantes y hoteles mypes.
Desempeño económico en 2023
De acuerdo al informe elaborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática, la actividad económica experimentó una contracción del 0.5% en los primeros seis meses de 2023.
Diversos factores contribuyeron a esta desaceleración. Por un lado, la agitación política generada tras la destitución de Castillo y la asunción de Dina Boluarte generó meses de protestas sociales. Esto trajo como consecuencia la paralización de actividades, bloqueos de carreteras y dificultades en el abastecimiento.
Otro factor fue la contracción del 3.61% registrada en el sector minero, motor tradicional de la economía. Esta caída se debió principalmente a menores volúmenes de producción de metales como plata, oro y cobre.
Asimismo, el Fenómeno de El Niño afectó negativamente a la pesca y generó una severa sequía que impactó cultivos agrícolas. Esto sumado a la inflación por encima del promedio y la desaceleración en construcción, terminaron de impactar el desempeño económico en el periodo, así lo afirmó el exdirector del BCRP, Elmer Cuba.
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Principales detonantes
En 2023, la economía peruana se ha visto afectada principalmente por la incertidumbre política, protestas y desastres naturales. Aunque la inflación ha disminuido, aún está por encima del rango objetivo, y se espera un modesto crecimiento del PIB. A pesar de algunos aspectos positivos, como la reactivación laboral, persisten desafíos como el cambio climático y la necesidad de inversión privada en sectores con valor agregado para crear empleos de calidad.