El Congreso de la República tiene agendado debatir en las próximas sesiones del Pleno la controversial ley de reforma constitucional que plantea el retorno a un sistema bicameral en el Parlamento, con una cámara de diputados y otra de senadores.
El debate se llevará a cabo en el pleno del Congreso esta semana, según lo programado. Podría realizarse el miércoles a partir de las 5 pm o el jueves desde las 10 am.
Esta propuesta legislativa, que requeriría la modificación de más del 25% de la Constitución, fue aprobada inicialmente en junio con 86 votos a favor, pero no alcanzó los 87 votos necesarios para evitar ir a un referéndum. Por ello, se presentó una reconsideración para intentar conseguir más apoyos y no tener que consultar a la ciudadanía.
La iniciativa no cuenta con respaldo popular debido al desprestigio del Congreso, pero algunos expertos señalan beneficios como una mejor representatividad y deliberación legislativa. Por otra parte, advierten riesgos de incrementar la burocracia y los costos del Estado.
La propuesta de retorno a la bicameralidad tiene una larga historia de intentos fallidos en los últimos años. Ya en el 2001, durante el gobierno de Alejandro Toledo, se conformó una comisión para sentar las bases de una reforma constitucional sobre la estructura del Parlamento. En 2004 y 2007, la Comisión de Constitución del Congreso llegó a aprobar sendos dictámenes planteando el regreso a un sistema bicameral, pero ninguno prosperó.
El año pasado, en junio del 2022, el Pleno del Congreso aprobó en primera votación el texto sustitutorio para restablecer la bicameralidad, impulsado por el fujimorismo y con apoyo de bancadas como APP, Acción Popular y Perú Libre. Sin embargo, sólo obtuvo 71 votos a favor, insuficientes para los 87 (dos tercios) requeridos para evitar un referéndum.
Ahora, el nuevo dictamen que el Congreso agendó debatir plantea modificar 53 artículos de la Constitución para restablecer un Parlamento con dos cámaras: una de Diputados y otra de Senadores.
La Cámara de Diputados tendría 130 miembros, mientras que el Senado estaría conformado por 60 integrantes. Entre los requisitos diferenciados está que para ser senador se requeriría tener más de 35 años y haber sido diputado, ministro, viceministro, congresista, gobernador regional o alcalde. Además, se estipula que la Cámara de Diputados tendría la facultad de interpelar y censurar ministros, mientras que el Senado se encargaría de revisar los proyectos de ley que se presenten.
La propuesta de retornar a la bicameralidad ha generado opiniones encontradas entre expertos y grupos de la sociedad civil. La abogada Milagros Campos señala que el cambio debe ir acompañado de reformas para fortalecer los partidos y elevar requisitos a candidatos.
Desde la Asociación Civil Transparencia, Iván Lanegra considera que el dictamen actual tiene vacíos sobre representación indígena y requisitos flexibles para ser senador que podrían favorecer a congresistas actuales.
Entre los principales riesgos que advierten los críticos de la bicameralidad están el mayor gasto público que implicaría mantener otra cámara legislativa, así como un incremento de la burocracia y lentitud en los procesos de aprobación de leyes.
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Por su parte, quienes promueven el retorno a dos cámaras argumentan que se mejoraría la representatividad de las regiones en el Senado, el debate y control político entre ambos órganos, y se evitaría la aprobación apresurada de leyes populistas.
El abogado Domingo García Belaunde agrega que la proporción de trabajo, con la Cámara de Diputados enfocada en la labor legislativa y el Senado en la ratificación de autoridades, sería positivo.
La propuesta de retorno a la bicameralidad se presenta en un contexto donde el Congreso tiene un alto nivel de desaprobación ciudadana, que alcanza el 80% según recientes encuestas. Esto se debe a los constantes escándalos de corrupción, aprobación de leyes controversiales y polémicas entre el Legislativo y el Ejecutivo.
De concretarse el nuevo debate en el Pleno del Congreso, está por verse si la propuesta finalmente logrará los 87 votos para aprobarse o si deberá someterse obligatoriamente a un referéndum, escenario que ocurrió ya en 2018 cuando más del 90% de peruanos dijo “No” a la bicameralidad.