‘The Special One’ está de regreso. De hecho, nunca se fue. Tan solo esperaba un gran noche para volver a relucir su figura triunfadora. Y es que, tras un último lustro en el que parecía perder vigencia ganadora, José Mourinho requería llamar la atención de todos los focos para dejar en claro que es imposible desterrarlo.
El pedestal dorado en el que él mismo se ha colocado así lo certifica. Independientemente de cuán bien o mal simpatice a unos u otros, el portugués es sinónimo de prestigio. Él mismo que ha transmitido en todos los clubes donde ha pasado. Sea en Porto, Milán, Manchester y, actualmente, Roma su sello está inscrito. No hay pierde con ‘Mou’.
El primer laurel continental
Luego de haber sido despedido del Benfica en apenas cuatro meses y de haber reconducido su carrera en el Leiria, a Mourinho se le abrieron las puertas hacia la fama. Recayó en el Porto sin generar mucho ruido, pero la turbulencia se manifestó conforme transcurrió su primer curso. Creó un equipo pragmático, contundente y solido para ganar el ‘doblete’ en su estreno con el gigante portugués. La guinda, eso sí, la pondría en Sevilla. En una extenuante final, su equipo lograría dar el golpe de gracia para vencer al Celtic (3-2) en tiempo extra y así ganar la Copa UEFA 2002/03. ‘Mou’ plantó la primera bandera.
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Golpe de dragón
El idilio de Mourinho con los euritorneos recién tomaba punto de partida, pero rápidamente alcanzó cuotas de grandeza. Y es que su logro internacional por excelencia llegaría una temporada después. En una edición de Champions League atípica por la cantidad de sorpresas y proezas realizadas, el Porto no fue la excepción. Volviendo a exhibir atributos de escuadra inquebrantable, firme y depredadora, lograron vencer al Mónaco (3-0) para obtener su segunda ‘Orejona’. Solo alguien tocado por la varita podía conseguirlo. Por primera vez, toda Europa se rindió a los pies de Mou.
‘The Mou effect’
Una vez llevó al Chelsea al estatus de los mejores clubes de Europa, y ser despedido en el proceso, Mourinho aterrizó en Milán para recuperar galones. No fue la primera ni tampoco sería la última oportunidad vez que lo hiciera. Cruzando caminos con un gigante también necesitado como el Inter, que anhelaba recobrar presencia en el olimpo europeo. Y vaya que dieron un doble golpe jerárquico.
Compitiendo de menos a más durante toda la campaña en la Champions League 2009-10, los ‘neroazzurros’ se plantaron en la final del Bernabéu. Allí, los lombardos batieron al Bayern Múnich (0-2) para reconquistar el viejo continente y, de paso, certificar el ‘triplete’. Una refrenda sin antecedentes que le valió al de Setúbal su contratación por el Real Madrid.
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Éxito asegurado
Una vez la ‘era Van Gaal’ llegó a su fin con la consecución de la FA Cup en 2016, el Manchester United quería seguir ganando. Y nada mejor para ello que llamar al especialista. Desvinculado del Chelsea una vez más, Mourinho se mudo al norte de Inglaterra para tocar metal y devolver a los ‘red devils’ a la máxima competición continental.
La Community Shield y la Copa de la Liga fueron un primer paso y para conseguir el segundo objetivo tuvo que recurrir a su torneo fetiche. Progresando con tenacidad en la Europa League 2016-17, los mancunianos doblegaron en la final al Ajax (0-2) para sellar una temporada reconfortante. Si bien las cosas no terminarían bien entre ambas partes, ‘Mou’ cumplió con la labor encomendada.
Gloria al nuevo emperador romano
Ese gen ganador llevó a que sea el emblema de bienaventuranza que tanto tiempo habían esperado en el lado ‘giallorossi’ de Roma. Sin embargo, ahora le tocaba el reto más complicado en un club sumido en una constante presión de ganar títulos por más de no contar con presupuesto ni plantilla para hacerlo. Redimir a la Roma era la labor principal y no falló.
Tuvo que hacer cambios drásticos en el juego y mentalidad del gigante italiano en poco tiempo, pero al final obtuvo recompensa. En el tramo decisivo de la temporada, los capitalinos encontrar su mejor forma y se hicieron con la Conference League, su primer entorchado europeo en 61 años. Todo por obra y gracia de su nuevo ‘emperador’.
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Incomparable
Y renaciendo una vez más como el ave fénix, Mourinho recupera su puesto en el vergel celestial del balompié. Lo hace como no podía ser de otra: a lo grande. La conquista de la Conference le otorga un galardón nunca antes visto: ser el único entrenador en ganar las tres competiciones UEFA. Legendario resulta poco para describir al excéntrico luso. Aquel que podrá tambalear y caer, parecer anticuado y quizás alejarse de las vertientes actuales del fútbol; pero que al final siempre acabará tocando metal. No por nada lleva 20 años conquistando Europa.