Domingo 1 de mayo, Estadio Monumental de Universitario de Deportes. Eran las 2:55 de la tarde y el ambiente intenso, cargado tenía el valor propio del silbatazo del máximo juez del día. No hacía falta ningún otro ruido para entender que el partido estaba por empezar. Tampoco era necesario mirar el reloj.
Al ritmo de «Hasta verte campeonar», la tribuna occidente encendía a sus leonas. Ante la consagración de Alianza Lima como uno de los mejores equipos del torneo local femenino el pasado 30 de abril, Universitario de Deportes no podía fallar, y su gente lo sabía.
Si uno de los compadres vapuleaba a su rival, como fue el caso de las blanquiazules con un 11 a 1 contra Atlético Trujillo, el otro, como mínimo, tenía la obligación de ganar. Y así fue.
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Como un equipo grande
Fuera del terreno de juego, el ambiente mostraba claras señales para creer en una liga profesional atractiva en un tiempo no muy lejano. El calor de cada una de las voces que se encontraban en el estadio tuvo la capacidad de opacar a la estrella más grande que han visto nuestros ojos. O quizás, es que las estrellas de Universitario pesan más. Bueno, sea cual fuese el motivo, las chicas merengues jugaron como las más grandes del Perú.
Y bien se dice que el jugador número 12 pesa, y mucho. Desde los primeros minutos del encuentro, el partido se jugaba al son de la ‘U’. Cindy Novoa y Scarleth Flores fueron las directoras de una orquesta que no desentonaba. Sin embargo, frente a una composición tan ordenada, ‘Muni’ se iba a encargar de ser pulcro y cauteloso en la zona baja, como ese espectador exigente, exquisito que no se deja endulzar.
Sin embargo, Universitario ya generaba ocasiones, presionaba y pisaba el área rival en reiteradas oportunidades durante los primeros 15 minutos. No obstante, el muro férreo de Municipal iba consolidándose. La propuesta era clara. El partido lo iba a manejar el cuadro local.
A medida que avanzaba el tiempo, la ‘U’ conseguía desordenar el bloque defensivo rival. Sin embargo, en muchas ocasiones, la desesperación pasó factura y se desperdiciaron muchas situaciones de gol. Hasta que llegó la más clara.
Una internada del equipo local acabó en una falta dentro del área y penal para el equipo merengue. Era el momento de aperturar el marcador. Geraldine Cisneros, como bien manda el manual, pateó fuerte y arriba. Para su infortunio, el balón chocó en el travesaño y la ‘U’ perdió su oportunidad de abrir el arco.
Hasta el final del primer tiempo, la ‘U’ fue la misma gran orquesta y ‘Muni’ la encargada de exigir la pulcritud. Así, las locales desperdiciarían infinidades de ocasiones claras mientras que el cuadro visitante asomaba al acecho en busca del error. Por el lado de Municipal, sus oportunidades pasaban por el contrataque. Sin embargo, sus atacantes se encontraban en soledad al tener el balón y eran neutralizadas rápidamente; de la misma forma con la que pasó el primer tiempo.
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Las soluciones llegaron
Arrancó el segundo tiempo, pero con los papeles del primero: una barra inagotable, la ‘U’ como protagonista del partido y ‘Muni’ resistiendo. Sin embargo, llegaría una acción temprana que cambiaría el transcurso del encuentro.
En el minuto 14, la guerrera solitaria de Municipal dio la última estocada para caer rendida en el verde. En una arremetida, un cruce contra su defensora la obligó a tener que salir lesionada del encuentro. Universitario ya no tenía tantas preocupaciones con perder el balón y lo aprovechó.
Cuatro minutos después, los locales harían un triple cambio. Xioczana Canales sería una de ellas. De momento, la ‘U’ no encontraba a la personalidad del gol. Pasaron los minutos y solo se escuchaban los ‘uff’ seguidos de un ‘vamos que se puede’ para autoconvencerse y no bajar las manos por cada ocasión que seguían desperdiciando.
Por el otro lado, las visitantes jugaban muy bien su papel. Sin su máxima guerrera, el empate era la presea que anhelaban. Y no escatimarían en recursos para conseguirlo. En cada choque, falta o cruce entre las jugadoras de Universitario y Municipal, ‘las chicas de la franja’ acababan tendidas, en el césped, durante minutos interminables.
No obstante, cerca de la media hora del segundo tiempo, la desesperación se hacía sentir. El calor inmenso de las voces en la tribuna ya no era el mismo. El frío se comenzó a sentir. De repente, en una jugada sin mucho peligro que acababa en saque de arco, el juez principal cobró penal a favor de las locales. Mano, decía su gesto corporal. Debe ser la primera mano no gritada en todo el torneo, pues los barristas estaban anonadados con la decisión. Nadie vio la falta acusada.
De regreso al partido, Canales ya se encontraba en el punto de penal. Con la responsabilidad de abrir el arco reacio, frío, verdaderamente, es lo que hizo en ese momento. Fuerte y al medio, marcó el 1 a 0 para las leonas. La banca dio resultado.
Con ello, todo se facilitó para las locales. Ya casi para el cierre del partido, era imposible definir a la mejor jugadora del encuentro. Novoa y Flores fueron los pilares de la gran actuación de Universitario. Sin embargo, a los 44 minutos, el debate quedaría cerrado, aparentemente.
La ex Alianza Lima, tomó el balón en la banda diestra, se llevó hasta a dos jugadoras del muro debilitado de ‘Muni’ y remató con una zurda impecable para anotar el segundo. Ya no había discusión.
Aún con ello, Flores no se quería quedar atrás. Instantes previos al final, un gran pase la habilitó, completamente, sola en el área para marcar el tercero cruzado. Sin embargo, por una obra divina para quienes eligen a la mejor del terreno, el gol fue anulado por fuera de juego.
Municipal, con un dos a cero en contra, no renunció a pelear el partido. Su postura defensiva fue buena, pero hizo que olvidaran la parte ofensiva. Así, en los rostros de cada una de sus atacantes, se notaba un desconcierto, pues, cada vez que tocaban el balón, estaban rodeadas por camisetas cremas y no encontraban su franja.
De esta forma, se acabó la fiesta en el Monumental. Definitivamente, el compadre no iba a quedarse atrás y rescató una victoria importante, una victoria de 2 a 0, pero con sabor a más.
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