El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta una rebaja en el crecimiento mundial en su proyección para 2022 y 2023. Ello surge como consecuencia de la guerra en Ucrania, el alza de la inflación global y el retraso de la recuperación económica luego de la pandemia. Desde luego, en la mayoría de los países no se producirá una recesión, estimó Kristalina Georgieva, directora general de la entidad.
«Proyectaremos otra rebaja del pronóstico de crecimiento mundial [la última fue a 4.4%] tanto para 2022 como para 2023. Afortunadamente, en la mayoría de los países el crecimiento continuará en terreno positivo. Ahora bien, el impacto de la guerra contribuirá a recortar los pronósticos de 143 economías este año», señaló Georgieva en un discurso para la Fundación Carnegie.
Mayores dificultades, disyuntivas más espinosas
A una semana de la presentación del Informe de Perspectiva Económica Mundial, la directora general alertó que la inflación se ha convertido en una amenaza para la estabilidad financiera. «En muchos países se ha transformado en un apremiante motivo de preocupación y existe un riesgo creciente de que las expectativas inflacionarias se desanclen, con lo cual la inflación podría arraigarse y ser más difícil de controlar», dijo.
En este contexto, la directora del FMI señaló que otra preocupación es el alza del crecimiento del nivel de deuda. Dijo que el gasto debe focalizarse en sectores vulnerables sin “comprometer la sostenibilidad de la deuda pública”.
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¿Riesgo existente o próximo?
Kristalina Georgieva, directora del FMI, también alerto de un riesgo mayor para el crecimiento global: la posible fragmentación de la economía en bloques geopolíticos con diferentes normas comerciales y tecnológicas, sistemas de pagos y monedas de reserva.
«Esta fragmentación de la gobernabilidad mundial podría ser la amenaza más grave para el marco basado en reglas que ha regido las relaciones internacionales y económicas durante más de 75 años», dijo la directora».
En resumen, se solicita prudencia a los agentes políticos para que las ventajas sean aprovechadas y las debilidades sean subsanadas para un crecimiento económico estable.