El viernes 18 de marzo, se hizo historia en la plataforma de streaming Netflix al estrenarse la primera producción peruana original de la plataforma. ¿Será un buen estreno del talento y el potencial peruano en esta plataforma internacional?
Un romance de distintas perspectivas
Protagonizada por Stephanie Cayo y el español Maxi Iglesias, esta película nos cuenta la historia de Salvador Campodónico, un exitoso empresario con el plan de abrir un hotel 7 estrellas en Cusco. Al viajar ahí para iniciar su ambicioso proyecto, conoce a Ariana, quien le hará replantearse todos sus ideales hasta el momento y conocer el amor.
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La belleza del Perú
Sin lugar a duda, lo mejor de la película es su producción, dirección y fotografía. Desde el inicio se nota la propuesta moderna de la cinta, teniendo un ritmo acelerado con muchos incentivos visuales que hacen de la experiencia más dinámica para el espectador.
Y cuando la cinta entra de lleno a explorar la cultura peruana y los paisajes hermosos que el país tiene para ofrecer, no decepciona en lo absoluto. Si bien para el tercer acto ya explotan de este recurso, la película cumple su tarea de dar visibilidad al país para que así todos los extranjeros que la vean tengan ganas de experimentar lo mismo que nuestros protagonistas.
Un amor ¿convincente?
Sin embargo, el núcleo de esta cinta no es solo la belleza del país, sino el romance entre los protagonistas, tan distintos entre sí. Y aquí es cuando dejan un poco que desear. El guión no dista de un romance genérico con todos los clichés del género que ya tenemos tan conocidos.
Tanto Cayo como Iglesias son buenos actores y se nota que hacen lo máximo que pueden con el guión que tienen. Especialmente al inicio, la química entre los dos dista en convencer y si bien en el segundo acto su romance intenta desarrollarse un poco más, no logra sentirse más que una aventura amorosa superficial.
Estreno con potencial
Si bien no fue un inicio perfecto del país en la plataforma de Netflix, no significa que sea un fracaso. Y el hecho de que sea una producción peruana, tampoco significa que esté carente de fallos. Es momento de analizar en conjunto para reconocer los fallos, y también la capacidad de mejora y evolución que estas producciones puedan tener. La industria cinematográfica peruana está en crecimiento y este es un paso gigante en el proceso.