La última colección de Alta Costura 2022 de Schiaparelli, presentada en el Petit Palais de París, atravesó el mundo de las pasarelas. Esta llega en un momento donde la moda tiembla por las pérdidas millonarias y la falta de creatividad. Daniel Roseberry, diseñador creativo de la Casa desde 2019, decide retomar la genética y promover los valores diferenciales de una de las marcas más provocativas dentro de las vanguardias artísticas.
«An age of discipline», es el nombre de la nueva colección. Esta re-significa los conceptos surrealistas representados por símbolos encarnados en obras de arte del vestir.
Este fenómeno conceptual se traduce en prendas dramáticas creadas en colores sobrios como: negro, dorado y crudo. Los mismos que necesarios para crear tendencia al maximalismo. Además, dan lugar a una llamativa propuesta de accesorios de oro que por su tamaño dejan claro los iconos que identifican a la corriente surrealista. Recordemos que la marca cuenta con un grupo de artistas artesanos que elaboran moldes y patrones de objetos en arcilla. Entre ellos destacan: el candado, la langosta y la paloma creados por Elsa Schiaparelli durante la corriente surrealista en las vanguardias.
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Una silueta inspirada en el cielo fue para Roseberry un viaje emocional con Elsa Schiaparelli. Esto debido a que era sobrina de un astrónomo; estudiar los cielos fue su gran pasión. Por ello, este creador decide abrazar el futuro a través de la galaxia como objeto de valor para crear pines y carteras. Estas tienen formas geométricas y orgánicas inspirados en un mundo cósmico.
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Una de las piezas más impactantes de la colección fue la capa inspirada en la Fuente de Apolo. Esta confirma la fuerte conexión de Roseberry con la marca, explorando con teatralidad los objetos simbólicos del surrealismo desde su sentido más extravagante.
Looks dramáticos y sofisticados levitaron en pasarela con la reinvención del clásico vestido esqueleto y la chaqueta de palmeras, que suspiran de nostalgia y suman estructuras con piezas 3D que le dan la bienvenida a la tecnología y marcan el regreso artístico de Schiaparelli.