El llamado trabajo informal es algo que los peruanos recordamos escuchar desde que tenemos uso de razón, sea por las noticias o conversaciones cotidianas. La explicación es sencilla. El tema es tan recurrente, debido a que se estima que 3 de cada 4 peruanos trabajan en la informalidad.
¿Qué es la informalidad y cómo se diferencia de la autonomía?
El trabajo informal es toda actividad laboral que no está dentro de algún régimen comprendido dentro del marco legal. En otras palabras, los trabajos hechos sin un contrato laboral de ley son informales.
Por lo tanto, los trabajadores informales no tienen los derechos que tienen los empleados regulares, como son el seguro de salud, correctas remuneraciones y gratificaciones garantizadas por ley. En adición, no se le garantiza un salario digno, como es el mínimo establecido por ley, S/ 930 actualmente.
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Además, hace falta hacer la salvedad entre los informales y los autónomos, también llamados freelancers. Los autónomos tampoco poseen un contrato laboral fijo, pero estos brindan servicios especializados a través de apps o páginas webs que les aseguran el pago. Asimismo, los freelancers tienen el control de establecer sus precios y no están bajo el mando de nadie, que en el caso de un empleo informal, podría tener un trato abusivo.
¿Por qué más del 70% de los peruanos trabajan informalmente?
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el 71,6% de los peruanos se encuentran trabajando de manera informal. Ante ello, surge la pregunta de por qué tantas personas se encuentran laborando en esta precaria situación.
Entre las principales razones, se encuentra que los costos de la formalidad son muy altos, ya que la mayoría de trabajos regulares exigen cierto nivel de educación. Esto requiere de tiempo y dinero. De igual manera, sucede con el capital para empezar un negocio, suele ser muy alto y más para una persona que no ha tenido correctas remuneraciones.
Adicionalmente, el propio sistema regulatorio puede llevar a ciertas personas a la informalidad. Algunos ejemplos son el no detectar las universidades informales a tiempo, exceso de burocracia y la corrupción.