Entre aplausos y hurras concluyó la votación por la moción de censura contra María del Carmen Alva. Fueron 83 votos en contra los que salvaron a la presidenta del Congreso por la acusación sobre su persona de intento de desprestigio al gobierno de Castillo. De esta manera, el lugar de la congresista de la lampa parece estar asegurado en el Hemiciclo.
Intento de censura contra Alva
El perúlibrista Guillermo Bermejo fue el autor de la moción de censura tras haberse revelado que la presidenta del Congreso, presuntamente, habría intentado influir en los diputados españoles de la Comisión de Asuntos Exteriores para que expresen su desapruebo al actual gobierno por ser ilegítimo y comunista.
Para el parlamentario del lápiz, la conducta de Alva «contiene un desconocimiento de las leyes peruanas y el proceso electoral» que evidenciaría la vulneración del principio de separación de poderes. A este pedido, se adhirió la bancada de Juntos por el Perú que suele votar en bloque con el partido oficialista del gobierno.
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El debate usual
El Pleno, como de costumbre, estuvo acompañado con idas y venidas de comentarios externos al asunto de discusión. Entre ellos, se hizo tendencia la participación de Sigrid Bazán que en su intervención afirmó sentirse avergonzada del Congreso. Ante ello, Alejandro Cavero manifestó lo siguiente:
«Si tanto odia y le avergüenza el Congreso, que pida licencia sin goce de haber permanente, que nadie la va a extrañar».
¿Una izquierda dividida?
Sorpresivamente, pese a que el pedido de censura provenía del partido del lápiz, fue la misma bancada que no apoyó totalmente el pedido contra Alva. Ello quedó demostrado al momento de la votación que marcó los 16 votos en abstención.
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Respaldo hacia Alva
Al concluir el tema de la censura, se discutió la moción de respaldo a la presidenta del Congreso, la cual fue aprobada con 73 votos a favor, 36 en contra y 4 abstenciones. Ello permitió que Alva reasuma la conducción de la sesión y reafirme su compromiso por la democracia y el Estado de Derecho.
«La libertad de prensa y la libertad de expresión tienen que ser defendidas siempre a pesar de los excesos y las distorsiones producidas por titulares de diarios nacionales sin rigor periodístico. […] Vamos a defender nuestra institucionalidad parlamentaria con la vida si fuera necesario. […] Siempre con el pueblo y la Constitución en la mano», concluyó.