El mayor acto de corrupción en la historia del fútbol mundial no está para nada cerrado. De hecho, sigue habiendo más cofres por abrir conforme la Fiscalía de Estados Unidos profundiza más en las investigaciones. Una de ellas, por no decir la última, relaciona al actual presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), Alejandro Domínguez, con una presunta coima de 1.500 millones de dólares que debe aclarar. Desde todas las pruebas, la relación del mandatario con el FIFAGATE aparenta ser clara.
¿Desde que punto comienza la investigación?
El caso tiene su origen en el misterioso contrato que Domínguez, entonces presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), firmó con CIFFART, empresa de marketing deportivo, en mayo de 2015. El acuerdo envolvía los derechos de televisación de los partidos de la Selección de fútbol de Paraguay en las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018 por el monto de 9 millones de dólares. Hasta ahí nada fuera de lo común. Anteriormente la APF, con Juan Ángel Napout, había cerrado el mismo trato pero para las Clasificatorias camino a Brasil 2014. Lo raro comienza después.
En el Diario ABC Color, el periodista Marcos Velázquez desveló que, en el 2018, Domínguez había rechazado una oferta de 17 millones de dólares de parte de la firma TENFIELD para aceptar la de CIFFART por 6 millones menos. Debido a estas acusaciones, el actual jefe del fútbol sudamericano denunció a Velázquez por difamación y calumnia. No obstante, los documentos, que él hizo públicos, corroboraban los hechos. Una oferta que Domínguez dejó para preferir seguir con CIFFART, que guarda turbias conexiones a sus espaldas.
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CIFFART, al descubierto en los ‘Pandoras Papers’
Acorde a la investigación ‘Panama Papers’, CIFFART es creada por el bufete Mossack Fonseca, denunciado por lavado de activos, evasión fiscal y otros delitos. Sin embargo, gracias a las recientes revelaciones sacadas a la luz por los ‘Pandora Papers’, se dio a conocer que la compañía perteneciente a Antonio Verci es en realidad una intermediaria de FULL PLAY -cuyos dueños son Mariano y Hugo Jinkis-, sociedad netamente ligada al FIFAGATE. Es por ello que, apenas estalló el escándalo, el propio Verci ordenó el cierre de CIFFART para abrir otras sucursales ligadas.
Cabe resaltar que los Jinkis son acusados de ser cabecillas de los sobornos (200 millones de dólares) hechos a dirigentes de la CONMEBOL. Junto a Alejandro Burzaco (T&T) y José Hawilla (TRAFFIC), se apoderaron de derechos de marketing y TV de los grandes torneos futbolísticos sudamericanos. En esa línea, las confesiones de un exempleado de CIFFART son claves para destapar muchos tratos bajo la mesa. Incluyendo el de Domínguez. Aunque todo esto también enrola el primer contrato firmado en 2014 entre Napout, cabeza de la APF, y Pablo Troche, representante de CIFFART por 15 millones de dólares (de los cuales 8 tenían que ser ‘reconsiderados’ por el nuevo mandato, el de Domínguez, después).
Tras ello, CIFFART realizó enseguida un nuevo escrito aparte con FULL PLAY en el cual cedían los derechos de televisación obtenidos por esta última al precio de 10 millones de dólares. Los mismos dueños de FULL PLAY, Mariano y Hugo Jinkis, se presentaron a estampar su firma con Troche. En toda esta seguidilla, el testigo, de nombre Santiago Peña, aseguró que FULL PLAY hizo dos pagos a la APF para asegurar los derechos. Uno de 1 millón de dólares (Eliminatorias Brasil 2014) y otros de 1.500 millones (Eliminatorias Rusia 2018), la cantidad por la que Domínguez es investigado.
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En la búsqueda de la ruta monetaria
Lo que definitivamente parece cerrar la involucración del máximo jefe de la CONMEBOL en el caso FIFAGATE es la acusación de Burzaco. En el juicio realizado a Napout, el ex trabajador de (T&T) señaló -entre otros a Manuel Burga- que Domínguez , como presidente de la APF, iba a pedirle los sobornos a Napout por su cuenta. Entre esos ‘encargos’, el medio millón dólares que presuntamente tiene al paraguayo como destinatario salió a la luz. Aunque todavía esto no se puede afirmar. Mientras tanto, el FBI y otras autoridades continúan rastreando los caminos en los que la millonaria suma podría haberse movido
Diversas fuentes asumen que el ex secretario de la CONMEBOL, Cesar Balbuena, sería quien conozca a la persona que recibió el dinero. Por su lado, el propio Domínguez se ha negado tajantemente a responder sobre estas acusaciones en su contra. A la par, en Paraguay empieza a ver cuestionamientos al respecto de la auditoria que Robert Harrison, actual director la APF, realizó, puesto que no se ha informado si esos 1500 millones de dólares ingresaron a las arcas de la entidad. Aún queda misterio por delante, pero lo cierto es que el FIFAGATE debe resolver sus asuntos en Sudamérica.