No me pasa por la cabeza que ninguno de los cerca de 33 millones de peruanos se haya ido a la cama sin esbozar una sonrisa y sin volver a soñar en ver a nuestra Selección en un mundial de manera consecutiva. La fórmula nos dio frutos en ciertos pasajes del partido: jugar el balón a ras de campo, ‘cortita’ como diría alguien. Sin embargo, esta vez el héroe no fue el que más veces disparó al arco contrario o más rivales dejó ‘tirando cintura’. Esta vez, la figura estuvo bajo los tres palos. Perú vuelve a soñar con Qatar 2022
Venezuela salió al campo del estadio Olímpico de la UCV con una sola misión: ganar a toda costa. A pesar de todas las dificultades deportivas e institucionales que atraviesan desde varios años, la Vinotinto se las arregló para llevar peligro al arco de Pedro Gallese. El arquero peruano, a través de sus actuaciones en Caracas, avizoraba que su presencia no iba a pasar desapercibida por nadie.
Aparecieron los referentes
Si bien la Blanquirroja no tuvo un funcionamiento perfecto como contra Bolivia, en Lima, las individualidades de algunos jugadores ayudaron a camuflar algunos puntos flacos. Christian Cueva, un jugador con una relación de amor y odio con el Perú debido a un error que le costó un partido a la selección, hoy volvió a demostrar con un abrazo a Gareca y a todos porqué es el futbolista más trascendental del plantel. Cuando aflora todo su talento es elevado hasta el altar de los máximos representantes de nuestra Selección.
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Perú no descansó hasta buscar abrir el marcador. Las imprecisiones de Peña o el mismo Yotún tuvieron en André Carrillo un efecto inverso. Su desequilibrio por la banda derecha ocasionó que un centro suyo, que nació en los pies de Cueva y Lapadula, terminase en gol tras el soberbio cabezazo del Bambino. Darwin Machís igualaría las cosas en la segunda mitad. No obstante, Cueva frotaría la lampara y con un poco de suerte colocaría el 2-1 de tiro libre.
San Pedro, más que un arquero
El gol nos devolvió la tranquilidad que perdimos cuando nos empataron, pero una mano de Trauco en el área ponía todo en una encrucijada. No tuvimos ni siquiera tiempo para pestañar cuando el arbitro sancionó en contra nuestra. Pedro Gallese intuía que su momento de volver a poner el pecho como en la Bombonera era este y su presencia causó en Machís, que se paró en el punto de penal para buscar su doblete, angustia y presión. El disparo fue potente y el trayecto hacia el 2-2 se había firmado. Sin embargo, Gallese, como él solo lo sabe hacer, se convirtió en ese héroe que necesitábamos al adivinar el remate.
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Gallese no celebró, no tuvo tiempo ni siquiera de gritar de alegría. Eso no va con él. Lo suyo es estar siempre tranquilo y sereno, pues saber medir las intensidades de sus emociones. Miraba con cierta sangre fría lo que había sucedió. Trauco y compañía se abalanzaron sobre él con abrazos y arengas que solo ellos escucharon. Pedro se convertía en figura y su atajada se celebró como si hubiese sido un gol en el último minuto.
Se sufrió como ningún otro partido por Eliminatorias. La Selección Peruana sigue demostrando que el plantel está preparado para asumir esta clase de encuentros. Gareca y compañía, con el agregado de contar con un héroe bajo los tres palos, pudieron conseguir los tan ansiados seis puntos. Cerramos el año como en el 2017. San Pedro nos cumplió el milagro de ubicarnos en la quinta casilla de repechaje hacía Qatar 2022 para hacernos soñar y seguir luchando ante tantas dificultades que atravesamos en Qatar 2022.
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